El panorama no puede ser más desolador. Las medidas anunciadas hoy por Mariano Rajoy son la continuidad de un camino de no retorno. Todo vale. La mentira, la hipocresía, la manipulación… Y lo más lamentable es que, como dice Antoni Gutiérrez-Rubí, sin debate no hay alternativa. Y es verdad. Frente a una derecha descarnada, brazo ejecutor de los poderes financieros, con aliados potentes como los poderes mediáticos, hay una izquierda dividida… y lo que es peor, difusa. No porque no mantenga principios ideológicos. Es que una parte de ella carece de credibilidad ante la opinión pública. Por mucho que Rubalcaba se empeña en explicar con pedagogía una posición política, lo tenemos muy difícil.

Y lo grave es que la incertidumbre puebla este camino. No sabemos hacia dónde vamos. Pero sí sabemos que la situación es grave, muy grave, porque se ha apostado por pagar, por pagar lo que los mercados financieros reclaman. Esto es, lo que los bancos alemanes, suizos y holandeses, entre otros, prestaron a nuestra banca para que especulara y ganara dinero a espuertas. Mientras tanto, nos creíamos mejor que nadie, más potentes que nadie, y con una billetera dispuesta a llevarse por delante lo que se presentase.

A mí lo que me preocupa, de verdad, es que no tengamos la suficiente templanza para analizar lo que sucede. Más que analizar, para actuar en consecuencia. Y este es el camino verdaderamente complejo. Porque hace falta tener esperanza en que las cosas pueden cambiar. En que no podemos resignarnos a creer que este es el único camino. Que nuestros hijos tienen que tener referentes potentes a la hora de abordar el presente. Es decir, que debemos mantener viva la esperanza desde una óptica distinta a la del engaño.

Como la caradura demostrada por el presidente murciano Ramón Luis Valcárcel, que tiene la desfachatez, antes de marcharse a Europa como presidente del Comité de las Regiones, de justificar estas medidas de su partido por la herencia recibida. ¡Qué lecciones va a dar en la Unión Europa! ¡Menudo ejemplo de gestión en su Región de Murcia! Y aquí, mientras tanto, hoy de nuevo una vuelta de tuerca con el Trasvase del Ebro, ese mantra que sale cuando menos se lo espera uno para seguir intentado engañar al personal.

Las cosas tienen que cambiar. Esto no puede seguir así.