En el comienzo del Año de la Misericordia nos llega La misericordia de Dios en tiempo de crisis, un pequeño regalo en forma de librito con meditaciones bíblicas en torno a misericordia como la mayor expresión de la pedagogía amorosa de Dios.

Su autor es Cristóbal Sevilla un sacerdote murciano, profesor de Teología Bíblica del Antiguo Testamento y Lectio divina, que nos invita a un recorrido en torno a la misericordia a partir de una lectura canónica de la Biblia, desde un supuesto claro: escuchar el sufrimiento del otro es el principio de misericordia.

Lo hace el autor a partir de una experiencia personal que a muchos lleva a afirmar en numerosas ocasiones que cuando nos encontramos con el Dios que aparece en la Biblia como “compasivo y misericordioso” nos parece que no es más una ilusión para dar consuelo. Nada más lejos de la realidad.

La propuesta de ese camino arranca en el primer capítulo con la misericordia en el desierto del éxodo. Experiencia del desierto, lugar de prueba, lugar de encuentro. En el contexto del éxodo y del desierto es donde tenemos que buscar el origen del encuentro con el Dios misericordioso. Nuestra vida es un desierto sin camino trazado. El Dios de la misericordia no es siempre un dios cómodo y adaptable, y debemos ser conscientes de la conversión del corazón que implica acceder a él. La misericordia no es un sentimiento momentáneo, sino un estado permanente que nace del amor, y por eso tiene una pedagogía para mantenerse en el tiempo. En el libro del Deuteronomio podemos encontrar muchas de estas reflexiones.

023D3CTGP1_1Cristóbal Sevilla es un apasionado del profeta Oseas, y a la experiencia interior que refleja en sus textos dedica el capítulo segundo, que titula al igual que el libro: La misericordia en tiempo de crisis. Compasión de Dios en Oseas que recuerda el desierto del éxodo con un lenguaje vivo e imaginativo. Amor apasionado que proviene de lo más íntimo, hecho de ternura y compasión, de perdón sincero, siempre dispuesto a acoger y a seguir educando a su pueblo.

“Quiero misericordia y no sacrificio;
conocimiento de Dios, más que holocaustos” (Os 6,6)

El corazón en la Biblia es el órgano donde se localizan no solo el sentimiento y los afectos, sino también la razón y la toma de decisiones. Y las meditaciones tienen presente a los profetas Jonás, Jeremías, Ezequiel… Misericordia y compasión del padre que ve venir a su hijo pródigo, que lleva a la consolación del profeta Isaías, llamado por Dios para consolar a su pueblo preparándole un camino en el desierto, no de arena, sino de la lejanía de Dios experimentada durante el exilio babilónico.

A la oración como encuentro con la misericordia divina se refiere el tercer capítulo, oración como diálogo de amor que nos abre a la misericordia divina como fruto de su amor, y en ella captamos su presencia y nos dejamos guiar por su pedagogía amorosa. Lo vemos en el Libro de los Salmos. O en el Libro de Job, modelo de paciencia bajo la misericordia divina.

Llegamos al Nuevo Testamento, en el capítulo IV del texto, en el que se nos habla de la misericordia de Dios en Jesús (pág. 93). Experiencia humana de la misericordia, puesto que Jesús la expresa por un corazón humano y es adquirida a través de las experiencias dolorosas de la vida humana. Misericordia en la predicación y en los sentimientos expresados en las relaciones familiares. Reflejo en las parábolas de la oveja perdida y la moneda perdida y la del hijo pródigo, que en realidad es la parábola de los dos hijos perdidos. Parábola del samaritano y referencias a las obras de misericordia, por la que seremos juzgados.

El último de los capítulos, el quinto, nos señala a la misericordia en el tiempo de la Iglesia. Es llamad a habitar los desiertos de este mundo con misericordia, hablando y actuando según la ley de la libertad que ha recibido. Carta de Santiago. Obras de misericordia. Nuestra crisis de fe es crisis de misericordia, de hablar y obrar con misericordia, con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser, es decir, con autenticidad evangélica. Es la imagen que podemos visualizar de una Iglesia con alas de misericordia para ir al desierto.

Un bello y sugerente texto el de Cristóbal Sevilla que cierra con Lucas 6, 36-38:

“Sed misericordioso, como vuestro Padre es
Misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados;
no condenéis, y no seréis condenados; perdonad,
y seréis perdonados; dad, y se os dará; os verterán
en vuestro seno una medida generosa, colmada,
remecida, rebosante, pues con la medida con que
midiereis se os medirá a vosotros”.

Jesús nos pide que nuestra capacidad de misericordia sea también colmada, sin borde que establezca la medida.

Sevilla, Cristóbal
La misericordia de Dios en tiempo de crisis
Verbo Divino
Estella (Navarra), 2015

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Una versión más breve de este artículo ha sido publicado en el número de febrero de la revista Noticias Obreras, editada por la HOAC.