El nuevo año nos va a traer un escenario distinto en el Congreso de los Diputados. La fragmentación política de la Cámara tras las ya lejanas segundas elecciones del pasado junio aventura una etapa diferente a las que estábamos acostumbrados. Un nuevo tiempo en el que los análisis preestablecidos deben de ser modificados y en el que todos los actores sociales y políticos deben aprender. En este breve análisis que ofrecemos, nos vamos a detener en el papel que quiere jugar el Partido Socialista, inmerso en un proceso interno convulso que le llevará hasta el congreso previsto en vísperas del próximo verano.

“El PSOE quiere liderar una oposición útil, con el objetivo de alcanzar una agenda económica y social que pretende reducir las desigualdades y las injusticias en nuestro país, porque pensamos que es necesaria para que la gente vivía con dignidad y crecer económicamente”. Quien lo afirma es Pedro Saura, el portavoz socialista en la Comisión de Economía y azote en los últimos años del ministro Cristóbal Montoro, especialmente contra la amnistía fiscal que promovió durante la legislatura de la mayoría absoluta de Rajoy.

En esa agenda social y económica se enmarca la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la derogación la reforma laboral, medidas alcanzadas en las últimas semanas, así como una Renta Mínima de Inserción, junto a las comunidades autónomas, y la eliminación de los copagos a los pensionistas. También que se recupere el poder adquisitivo de los pensionistas, la mejora de las ayudas a los parados mayores de 50 años y a los de larga duración, “que necesitan unas prestaciones de desempleo dignas y políticas activas para incorporarse al mercado de trabajo, y medidas contra la pobreza infantil”. Y todo eso con una reforma fiscal que permita la financiación del Estado de bienestar, “no con más deuda y déficit, sino que reviertan los regalos fiscales que el gobierno del PP ha concedido en los últimos años de manera irresponsable”, asegura Saura.

El PSOE no quiere en el Congreso solo derogar las políticas que van contra la justicia social, como la ley de educación o la política sanitaria, “sino poner encima de la mesa una agenda para avanzar en el Estado del bienestar, que no olvidemos que es uno de los más pequeños de la Unión Europea, y vamos a estar en la calle con los sindicatos”.

En cuanto a la negociación de los Presupuestos, el PSOE ve prácticamente imposible su apoyo, y ya ha dicho que no al techo de gasto y sí a los objetivos de déficit. ¿Y por qué? “Pues porque es el techo de gasto del Estado, que incluye recortes. La Seguridad Social supone el 34 por ciento del PIB, y es una parte del Estado de bienestar, porque éste no solo reside en las comunidades autónomas. Hablamos de las pensiones, de las prestaciones por desempleo, la dependencia, las ayudas de maternidad… Y pensamos que aquí va a haber recortes, porque el gobierno ya anunciado que van a crecer menos que la inflación”. Por lo que resulta prácticamente imposible el apoyo a los presupuestos.

En cuanto al resto de grupos, el Partido Socialista pretende seguir liderando la oposición, porque en el Congreso se puede sentar con todas las fuerzas políticas. Recuerda Saura que “ahora mismo no hay ninguna norma que se pueda aprobar en el Parlamento sin contar con nosotros y por eso el PSOE no puede pensar en estrategias sino como ser más útil a la gente, liderando el cambio político y reduciendo el sufrimiento de la gente”. Un ejemplo de ello es la aprobación el pasado 13 de diciembre (por 168 votos a favor, 131 en contra y 42 abstenciones) de su proposición no de ley en la que se pide la derogación de la reforma laboral que aprobó el PP en solitario en la legislatura de su mayoría absoluta.

Agenda socialdemócrata

No se ocultan, sin embargo, los problemas derivados de la crisis interna de los últimos meses. “El PSOE tiene que resolver el problema del liderazgo, buscar la cohesión interna y conseguir una narrativa potente desde el Grupo Parlamentario, que va a ser muy importante en estos años”, indica el portavoz de Economía, quien no oculta las discrepancias con Podemos. “El problema de Podemos es que detrás de un proyecto político tiene que haber un proyecto económico sólido, y ese no lo conocemos, porque el que tiene está pensado para una economía cerrada, que a medio plazo tendría problemas para financiar el estado de bienestar”.

Hay una coincidencia en que hay que resolver el problema de la austeridad, “pero ellos lo plantean con más endeudamiento, y eso supone más austeridad en el futuro y en algún momento habrá que parar. Nosotros pensamos que la austeridad se combate con más ingresos públicos, por eso le hemos exigido al Gobierno que revierta una parte de la reforma fiscal, de tal manera que de los 7.500 millones de euros que se van a recaudar más el año que viene, casi 5.000 vienen del impuesto de sociedades a las empresas más grandes. El PSOE está condicionando de tal manera que la agenda socialdemócrata entra en la política española progresivamente sin estar en el gobierno”.

A la pregunta final de si la ciudadanía llegará a percatarse de esta nueva manera del PSOE de hacer política, Pedro Saura concluye que “me preocupa más en este momento alcanzar medidas que permitan que las familias lleguen a final de mes que la gente entienda un planteamiento estratégico. Me parecen mejor los principios que las estrategias. Porque este tipo de acuerdos o de mejoras no son incompatibles con hacer oposición en el Congreso. Y pone el ejemplo del voto contrario del PSOE frente al acuerdo alcanzado por el PP y Ciudadanos para nombrar al presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que venía del mundo de las empresas cotizadas, y venía a ser una puerta giratoria al revés. El Gobierno pierde en el Congreso, cada semana, en comisiones y pleno, en torno al 80 por ciento de las votaciones. No es incompatible hacer oposición con obtener objetivos. Es frustrante oponerse a todo, sino conseguir acuerdos que beneficien a los ciudadanos.

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Artículo publicado en la revista Noticias Obreras de enero de 2017 (número 1.591)