La novela negra del Sur de Europa tiene a dos destacados veteranos del género: el italiano Andrea Camilleri y el griego -pero de origen turco- Petros Márkeris. Uno es el padre del comisario siciliano Salvo Montalbano, en homenaje al creador de Pepe Carvalho, y el otro es el descubridor del comisario Kostas Jaritos. Si al primero hemos tenido oportunidad de abrirle nuestras casas a través de la serie televisiva que se emitía en La 2 emitida hace unos años, el policía griego aún no es muy conocido, pese a disponer en las librerías de más de una docena de entregas de su serie.

Sumergirte en cualquiera de las historias de Petros Márkeris permite conocer más de cerca la historia reciente de Grecia, la dictadura de los coroneles, la transición y su particular crisis que se asemeja en muchas circunstancias a nuestra Gran Depresión de finales de la primera década de nuestro siglo. Y todo ello en torno a las historias de asesinatos que resuelve con ingenio el comisario de la Brigada de Homicidios de Atenas, su Seat Ibiza, su mujer Adrianí, su hija Katerina, su yerno… y un personaje entrañable como es el antiguo comunista Lambros Zisis, acogido como uno más a esta familia de la clase media ateniense.

La denominada Trilogía de la Crisis la formaban los títulos Con el agua al cuello ( 2010), Liquidación final (2011), y Pan, educación, libertad (2012), pero en realidad esta parte de la serie se convirtió en una tetralogía con Hasta aquí hemos llegado (2015). Una experiencia literaria que los lectores españoles hemos echado de menos con nuestros autores y autoras del género, puesto que la mejor novela negra siempre tiene un componente social y crítico de la realidad del momento en la que es escrita.

En su última entrega, Universidad para asesinos, nos presenta a un comisario Jaritos en plena madurez, en el tránsito a sustituir a su eterno jefe, el director Guikas, camino de la jubilación. Esa lucidez fruto de la experiencia y el conocimiento del ser humano viene acompañada de la gran noticia que le brinda su hija, ya que le va a hacer abuelo, y esta nueva situación le aporta una visión distinta de la vida. La trama vuelve a atrapar al lector, en este caso envuelta en una serie de asesinatos de políticos que provienen del mundo universitario. Unas complejas investigaciones conducirán, casi sin darnos cuenta, a un desenlace inesperado, por lo que de nuevo tenemos que aplaudir el genial ritmo con el que Márkaris construye sus relatos.

La literatura, una vez más, nos brinda la oportunidad de encajar la realidad con una mirada distinta. Una balón de oxígeno ante la mediocridad en la que se ha convertido la realidad social y política de nuestro país.