
Diez lecciones del 23J
¿Qué podemos aprender de los resultados electorales del 23 de julio? En primer lugar, que nunca hay nada escrito de antemano. Y que hay debates que deben resolverse sin estridencias.

Superioridad moral
No es fácil mirar por encima del hombro al contrario, sin dejar escapar nuestras miserias morales.

Caras de póquer
La derecha polÃtica se cree investida, por derecho divino, para ejercer el poder y el gobierno, aunque a lo mejor se le queda cara de póquer.

¿Qué hay de nuevo, viejo?
No queramos atribuir a cuestiones del calendario las diferencias vitales existentes entre quienes viven a gusto frente al riesgo de cambiar

El valor de la palabra
Los boomers fuimos educados en el valor de la palabra dada. Muchos recordamos a nuestros padres cuando afirmaban que un apretón de manos, un acuerdo verbal o una mirada directa a los ojos iba a misa y sellaba un pacto o un contrato.

Compartiendo los Cuadernos Islandeses
https://cuadernosislandeses.wordpress.com/2023/06/29/primer-acto-los-origenes/

Deshumaniza, que algo queda
Desde el instante en el que descalificamos a la persona diferente, le despojamos de las únicas vestimentas que no ha necesitado comprar.

Perseguir los sueños
En la vida es necesaria una dosis de rebeldÃa e inconformismo para no quedarnos con las ganas de perseguir los sueños.

Problemas de comunicación
Argumentar problemas de comunicación cuando no se quieren abordar en serio los problemas que nos aquejan es una excusa de mal pagador.

Cuidado con el cuidado
El concepto del cuidado (o el más amplio, de los cuidados) está ya ocupando el centro de los debates sobre el presente y el futuro de la humanidad.

Aprender de la ira
Hay que aprender de la ira y gestionar la rabia que nos producen determinadas situaciones que no somos capaces de afrontar.

La noche que besé a Gala
El mejor recuerdo que guardo del escritor Antonio Gala tiene que ver con su participación en la campaña del referéndum de la OTAN, en marzo de 1986.

Las peores heridas
Las peores heridas son las que uno se causa a sà mismo, porque entra en un terreno del que resulta muy complicado salir.
Al cabo de la calle
Al cabo de la calle fue un programa radiofónico de los 80 en Radio Cadena Española que pulsaba la cara más oscura de la vida cotidiana. Con este tÃtulo de cabecera publiqué durante varios años a finales de la década de los 90 del pasado siglo decenas de artÃculos semanales en el diario La Opinión de Murcia, en los que trataba de acercarme a los hechos cotidianos desde una visión muy personal. Esos que nos mantienen vivos y con los pies sobre el suelo. Con ese mismo propósito me acerqué años después a las páginas de frescura evangélica de la revista 21RS en este tortuoso mundo de los medios de comunicación en la era electrónica.

Sin grandes pretensiones, Al cabo de la calle volvió de nuevo a las páginas impresas y a la edición digital de La Opinión a finales de 2016. Para volar al aire más libre como parte de un blog personal (también ampliado en lista de blog del diario) en el que pulsar lo cotidiano, desde la polÃtica en zapatillas, la de andar por casa, a la actualidad más cercana  de alguien que no se conforma con lo establecido. En un contexto determinado, como es el hecho de vivir en el sur, en la Región de Murcia, en una sociedad aún marcada por el caciquismo en pleno era de los smartphones y a web 3.0 que nos invade. Muchos de los textos que vas a poder leer aquà son aquellos artÃculos de finales del pasado siglo,  remasterizados tres lustros después, asà como otros textos publicados en diversas revistas y diarios. Estos artÃculos se mezclarán con los del pasado reciente más duro, el del austericidio, el de la estafa económica que llaman crisis, y con un presente marcado por los pactos post electorales.