Hace poco más de 9 horas que dio comienzo oficialmente la campaña electoral. Nos jugamos mucho el próximo día 22, tanto en los ayuntamientos -especialmente en el de Yecla- como en la Región de Murcia. No votamos ni a Rajoy ni a Zapatero. Elegimos a quienes nos deben representar en nuestro pueblo y en nuestra comunidad autónoma. Y vamos a saber muy bien quién dice la verdad y quién le echa la culpa de todo al otro, al lejano, al que no se presenta.
Anoche, en Yecla, durante la pegada de carteles con el futuro alcalde Antonio Villaescusa, recordé a mi padre. Estaría con el corazón partido. Sus/nuestros compañeros de Izquierda Unida, a escasos metros del lugar donde nos tocaba a nosotros fijar las fotos de nuestros candidatos. Anoche estaría feliz, porque vería posible el cambio. Porque es posible el cambio, para que gane Yecla… y con la gente de izquierdas. Una gente que fue capaz de transformar nuestro pueblo desde 1979 a comienzos de los 90. Haciendo política de verdad. Sin enfrentamientos. Sin excluir al otro. Atendiendo especialmente a los más débiles, y situando la cultura en el referente de la acción política desde el Ayuntamiento.
Por eso creo que nos jugamos tanto. Las encuestas se deben quedar al margen. Los tristes, también. Y no digamos nada de los pesimistas. Hay que mirar de frente a la gente. Desde lo que somos y lo que estamos dispuestos a dejarnos por resolver los problemas de los vecinos y vecinas. También para llevar la voz de Yecla y del Altiplano a la Asamblea Regional. ¡A jugar!
P.D. En la imagen de anoche de El Periódico de Yecla, junto a Antonio Villaescusa.