No paguéis vuestras deudas con los bancos, no paguéis las tarjetas de crédito, no paguéis los plazos de las hipotecas. No paguéis los créditos al consumo ni los préstamos personales, no paguéis a los que nos han hundido.
¡No paguéis! No debéis nada a los bancos que os han expoliado y sumido en deudas. Que os lleven a los tribunales para embargaros vuestros bienes. Los jueves tardarán cinco años en fallar a su favor. Si es que los bancos no han quebrado antes. Pero no irán a los tribunales, buscarán un acuerdo, que será a vuestro favor. Vuestra deuda será menor y los plazos más largos.
¡No paguéis! Hace dos años el gobierno repartió 28.000 millones entre los bancos. Un dinero que ellos no necesitaban para nada. Que resten vuestras deudas de esos 28.000 millones, porque los recibieron de vuestros impuestos, es decir, de vuestro bolsillo. Los que entendemos un poco de balances no tenemos más que echar un vistazo a las cuentas bancarias para ver los beneficios astronómicos que han obtenido sólo en la última década.
¡No paguéis! ¡No pueden haceros nada!
Una invitación a la desobediencia civil. A la insurrección que puede llevar a que tiemblen de verdad los cimientos del sistema financiero que nos atenaza. Un alegato que podemos leer en la novela Con el agua al cuello, la primera de la trilogía que refleja la crisis griega, junto a Liquidación final y Pan, Educación, Libertad, del escritor nacido en Turquía y de padre armenio Petros Márkaris, uno de los grandes descubrimientos recientes del género negro actual. Descubrimiento para quien esto escribe, porque Márkaris es un veterano traductor, dramaturgo, guionista y narrador. Padre literario del comisario Kostas Jaritos, protagonista de nueve novelas que no tienen desperdicio y en las que los españoles de la mayoría absoluta del PP y de la estafa económica que sirve de excusa para las políticas neoliberales nos sentiremos muy identificados.
La trastienda de cada una de las tramas de esta trilogía de la crisis es real como la vida misma. Precisamente hace unos días escuchaba el relato de uno de los activistas de las Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) que contaba muchas circunstancias que aparecen en estas obras literarias. Los fondos buitres que gestionan las hipotecas que los bancos dan casi por perdidas o los dramas personales que aparecen ligados a los impagos. La corrupción política y económica, de la que no se salvan los líderes políticos y sindicales que antaño protagonizaron la transición democrática tras la Dictadura de los Coroneles, tiene un reflejo en la España de hoy en acontecimientos que nos son muy familiares.
Te invito, querido lector, querida lectora, a sumergirte en las historias del comisario Jaritos, a entrar en su vida, en la de su mujer Adrianí, en la de su hija Katerina, en las relaciones con sus subordinados que le apoyan en las investigaciones y en las que establece con su superior, su jefe Guikas, al que siempre debe dar cuentas.