En la tradición clásica, el hado es esa fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos. Esa fuerza mediante la que podemos entender muchos de los acontecimientos que nos envuelven en este comienzo del otoño. El proceso catalán o las elecciones en Alemania, si queremos traspasar las fronteras regionales. El despertar de una ciudad con el rechazo al muro del AVE o la marcha de Pedro Antonio Sánchez del primer plano de la política institucional si nos quedamos en los dominios del antiguo Reino de Murcia. Lo curioso es que el hado de alguna gente, esa divinidad o fuerza desconocida hipotética que rige su vida, anda un tanto descarriado a la vista de cómo se precipitan los acontecimientos.

En realidad hablo de un encadenamiento fatal de los sucesos, que nos llevan a contemplar esta semana el resentimiento que alberga, por ejemplo, quien parecía destinado a regir los destinos de esta Región desde jovencito, apadrinado por quien presidió su gobierno durante casi veinte años. Sin palabra de autocrítica alguna dice mucho de quien se ha visto obligado a marcharse no por culpa de otros, no, sino por las decisiones que tomó o se vio envuelto cuando desempeñaba alguno de los muchos cargos públicos que ha ocupado. Quien busca siempre culpables fuera es incapaz de mirarse dentro con libertad plena. Y eso habla también de los valores que lo sustentan.

www.pixabay.com

En el caso que nos ocupa, y en otros protagonizados por personajes del mundo de la política de uno y otro signo, no seré yo, líbreme Dios, quien juzgue las convicciones y las motivaciones profundas que llevan a actuar a las personas. Solo puedo analizar lo que he visto, he comprobado o se desprende de sus comportamientos públicos. Y de su trayectoria profesional. Quien decide construir un auditorio y aceptar el procedimiento con el que se hace o negociar de una determinada manera con empresas e intermediarios, tiene después que asumir sus responsabilidades. Como no denunciar los caminos que bordean la legalidad y la ética. Son los riesgos que tiene la gestión pública.

Las primarias en el PSRM, como cualquier proceso democrático, también tienen sus tensiones

Y esa fuerza desconocida se presenta en mitad de un proceso de cambio al frente del partido al que achaca PAS la causa de todos los males. ¡Ay Señor, baja y carga! Su relevo en el PP se hace por designación digital, a dedo, con una ‘votación secreta’ dictada por quien lo acogió primero, y le ha indicado el camino, después, para que abandone la política. Allá ellos con su manera de entender la participación y la democracia en las organizaciones. No salen mejor parados otros partidos, supuestamente centristas y liberales, que forman parte de la franquicia de una marca a los dictados de su dirección nacional, antes ubicada en Barcelona y ahora en Madrid.     

María González, Diego Conesa y Francisco Lucas disputaron la primera vuelta de las Primarias del PSRM.

Las primarias en el PSRM, como cualquier proceso democrático, también tienen sus tensiones, porque se enfrentan opciones que tienen que ver con la continuidad o con la renovación, y la libertad, sobre todo de entender que la política no es una profesión, sino una vocación, sin liderazgos con adhesiones personales incondicionales, sino hacia lo que representa. Y en este proceso deciden quienes forman parte de este club. Frente a ello, en el otro, el que cambia de cabeza según establezca el líder supremo, ahora empieza a vivir un proceso de duelo que puede ser el principio de una etapa más larga de soledad. Es lo que tiene crecer desde la adolescencia creyendo disponer de un destino reservado. Mientras tanto, la ciudadanía volverá esta tarde #Alasvias para gritar #NoalMuro. ¿Cuándo recuperaremos la confianza en la política?