Uno es mortal y también tiene derecho a llegar al estado natural de las personas humanas que tienen vacaciones. Desde hace años no las ansiaba tanto. Estoy como Pedro Sánchez, que no sé lo que va a pasar desde hace meses. Y lo que te rondaré, morena. Aquí nadie da un paso, porque el contrario nos puede pillar desprevenidos. Moverse, lo que se dice moverse, sólo avanzan un poco las estrellas de los diferentes Sálvame, porque con las conexiones con Cantora y los reencuentros amargos de amistades pasadas y vueltas a empezar, nos enfrentamos a un bucle que amenaza con no dejar títere con cabeza.

Es el momento de los segundos de a bordo. Las estrellas de la radio y la televisión andan de vacaciones y su lugar lo ocupan los aspirantes a convertirse algún día en las figuras a las que suplen en el estío. Los supermercados de la costa están repletos de legiones de jóvenes reponedores e inexpertas cajeras en busca de una oportunidad para alcanzar la cima del mileurismo y poder pasar el invierno, cual oso hibernando en las profundidades de un bosque de asfalto precario. Las brigadas de limpieza cambian sacos y sacos de desperdicios que transportamos a diario a las playas, con el ansia de pillar cacho de arena, pellizco de sol, bronceado de urgencia y selfie con contraste del atardecer con reflejo del agua.

Los porteadores de sombrillas, silletas, neveras, cubos y palas, raquetas e hinchables varios desfilan a todas horas, cual nazarenos veraniegos en busca de un trono a venerar. Los más intelectuales se hacen sombra con los e-books o agotan los capítulos de las series de moda de Netflix o HBO para luego poder hacer ostentación en grupo de que las han visionado todas. La mayoría de los mortales no deja de lanzar carcajadas ante ridículos vídeos de catástrofes, peleas o accidentes varios de YouTube o las últimas cadenas de fake news que les llegan a través de los innumerables grupos de whatsApp. Mientras tanto, senegaleses, nigerianos y magrebíes tratan de colocar, entre sombrilla y sombrilla, entre toldos de campaña, esos pareos gigantes de última moda que no se sabe muy bien qué son, si esterillas ligeras o toallas que no secan, como las del Decathlon, las que ya sabemos por qué no ocupan casi nada.

Ya estamos en modo “on”, en modo vacaciones, en modo holganza, en modo asueto. ¡Qué felicidad! Sin más obligaciones que completar el autodefinido del día, el crucigrama blanco y, los de ciencias, el sudoku o el jeroglífico de turno. Las redes sociales también están para dormir el sueño de los justos (¡bendita desconexión digital!). Por no preocuparnos, no nos importan los fichajes de la Liga ni si habrá repetición electoral. Qué cansinos. No me digan que no se les pone la carne de gallina si piensan que ahora Cayetana Álvarez de Toledo va a hacer dúo en las galas de verano con Teodoro García Egea. Menuda Pimpinela-2  nos espera. ¡Que descansen también, por favor!