Lo público envejece
Cualquier persona que acuda a solicitar algún servicio de la Administración pública, sea del Estado o de su comunidad autónoma o ayuntamiento, comprobará que el tiempo no pasa en balde. Que un hombre o una mujer, de una edad que ya cada vez más difícil de definir como mediana, tratará de atender su demanda o bien ellas la reclamarán a unos compañeros o compañeras que rozan su misma edad. Y en todos los casos sobrepasará los 52 años, porque esta es la edad media de quienes trabajamos en las administraciones públicas. La política de recortes en los servicios públicos de la última década ha conseguido aportar una madurez a esta nuestra Administración que ríete tú de los centros de día o de los de la tercera edad. Una política que siempre han defendido quienes han querido desprestigiar lo público, porque en lo privado se aprieta siempre mejor a la parte débil de la cadena. (más…)