Carlos Escribano: «Los grandes logros pastorales no se pueden alcanzar nunca sin el laicado»

Carlos Escribano: «Los grandes logros pastorales no se pueden alcanzar nunca sin el laicado»

El arzobispo de Zaragoza y presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, Carlos Escribano Subías (Carballo, A Coruña, 15 de agosto de 1964), participó el pasado 12 de agosto en la jornada inaugural de la XIV Asamblea General de la HOAC.

En este diálogo con Noticias Obreras muestra su interés en las conclusiones del encuentro con el fin de conocer hacia dónde va a caminar este movimiento apostólico en la evangelización del mundo obrero en los próximos años. Invita a ser creativos en el desarrollo de la misión y apuesta por tender puentes y romper muros dentro y fuera de la propia Iglesia. Asimismo, destaca que el pontificado de Francisco ha supuesto un momento especial para afrontar el presente y el futuro de los grandes retos de la humanidad, especialmente en el acompañamiento que las personas creyentes podemos desplegar en nuestra acción evangelizadora.

XIV Asamblea General

¿Qué supone para la vida de la Iglesia la celebración de un acontecimiento como esta Asamblea General?

A partir de la experiencia que voy teniendo en mi tarea de acompañamiento al laicado en España, para los movimientos y asociaciones, las asambleas son un momento fundamental, de mucha inspiración y de acción del Espíritu Santo. Para la HOAC, después de estos últimos años en los que no se ha podido celebrar por el cambio en la periodicidad y la pandemia, su Asamblea General está siendo indudablemente una gracia. La gente tenía ganas de encontrarse y es verdad que los proyectos también se van agotando, por lo que era el momento en el que realizar un trabajo previo, que se ha hecho con gran intensidad, para llegar aquí y ver por dónde hay que continuar los próximos años. Por tanto, es un momento de gracia para el movimiento, para el mundo obrero y para la Iglesia en España, porque, al final, la encomienda que tiene la HOAC es abrir caminos para la evangelización del mundo del trabajo y eso es una necesidad que cada vez es más acuciante. Es una realidad donde nos cuesta mucho movernos, por lo que hay una esperanza y unas expectativas en conocer las conclusiones del encuentro, por dónde se quiere caminar y por dónde sopla el Espíritu.

¿Qué le sugiere el lema de esta Asamblea General de Tendiendo puentes, derribando muros, en un momento como el actual donde se vive la fragmentación o la polarización a muchos niveles? ¿Cree que es una invitación a adoptar otro tipo de actitudes?

Es verdad que sugiere eso, porque en una sociedad fragmentada es muy importante aquel que intenta ser factor de comunión, a la hora de buscar esos espacios y crearlos. Yo considero que es una de las grandes tareas de cualquier realidad eclesial. La Iglesia debe distinguirse por tener la capacidad de generar comunión. Por otro lado, también puede tener otra lectura, que es la de buscar espacios, a lo que nos insiste tantas veces Francisco en la Evangelii gaudium, ya que nosotros hacemos una pastoral para los presentes, pero también para los alejados, para los ausentes. Es muy difícil llegar a ellos si realmente no tienen puentes más allá del aspecto de la expresión de la comunión. Es la expresión de una Iglesia en salida.

En una sociedad fragmentada
la Iglesia debe distinguirse
por tener la capacidad
de generar comunión

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que a veces no puede salir, a veces hay que organizarse de una manera adecuada, buscando una pastoral diferenciada, con elementos necesarios que realmente nos pueden ayudar a acertar a la hora de buscar esos caminos y esos puentes. También es necesario derribar los muros del prejuicio, porque hay mucha gente que entiende que la Iglesia en este momento ya no puede aportar nada. Que es una reliquia del pasado. Que la trascendencia ya no tiene excesivo sentido. Cuando tú intentas hacer una propuesta, te encuentras con una pared. Con lo cual, también a nosotros esto nos exige una cierta habilidad a la hora de ver cómo podemos abrir ventanas o puertas para poder traspasar los prejuicios que existen. Y a la inversa, porque en ocasiones nosotros podemos estar en nuestro palacio de cristal y tenemos que derribar esos muros para tener un diálogo sincero y abierto, y escuchar de corazón cuáles son las necesidades.

Entrevista Carlos Escribano
Carlos Escribano (i) y Pedro J. Navarro, durante la entrevista. FOTO | Yeli

¿Qué oportunidades le ve a la HOAC en el momento en el que estamos?

Pues esperemos que esta Asamblea General sirva para renovar el cómo afrontar lo que la HOAC tiene entre manos, que no es otra cosa que la evangelización del mundo obrero, que es evangelizar este mundo secularizado. Y ver, por tanto, qué pasos se pueden dar para no caer en la tentación de que la estructura condicione una cierta frescura en esas respuestas, frente a los argumentos de que siempre se ha hecho así. Se trata de no tener miedo a renunciar al corsé en beneficio de una necesidad que tiene la Iglesia y que ha puesto en las manos de la HOAC. Y tratar de responder, asimismo, a la iniciación de nuevos militantes, en la que se deberán tener en cuenta aspectos que tienen que ver con los procesos de formación, con herramientas y estilos adaptados a estos tiempos.

Papa Francisco y pontificado

Pero, en estos tiempos, y para esto, en la Iglesia tenemos a un gran maestro como Francisco, ¿no le parece?

Por supuesto. Creo que Francisco, desde el principio, ha sido muy intuitivo. Toda la herencia ha marcado su pontificado desde el principio con la Gaudete et exsultate, una exhortación programática que, conforme la vamos desarrollando, nos damos cuenta de la riqueza y de la potencia que tiene. Porque está todo incoado y desarrolla lo que es su programa, con una capacidad de síntesis. Es un documento inicial, que hay cosas que no terminan de entenderse, pero que luego va desarrollando con aspectos como el del acompañamiento. Ha sido capaz de recuperar una figura que estaba un tanto denostada pero que, en un contexto cultural como el actual, sin acompañamiento es imposible. Y luego está el hecho de que te genere una crisis pastoral, porque tú propones la realidad del acompañamiento y solo la encuentras en los movimientos y las asociaciones, porque lo tienen metido en su ADN, ya que es su modo de trabajar. Muchas veces, las iglesias diocesanas o parroquiales no estamos preparados para hacer un acompañamiento como se requeriría.

El pontificado de Francisco
va a marcar un período importante
de la vida de la Iglesia

¿Cuál es el legado que va a quedar del pontificado de Francisco? ¿Hacia dónde va a caminar la Iglesia?

El pontificado de Francisco va a marcar un período importante de la vida de la Iglesia y las improntas se tienen que asentar y, a veces, cuesta que lo hagan. Yo creo que ha dado un giro importante al timón y con una intención, además, que lo hace desde la vocación de la continuidad. Él no intenta la ruptura sino desde una adaptación a un contexto cultural que requiere un modo nuevo de situarse. Y lo hace al venir de América, porque la Iglesia latinoamericana está en otra tesitura, menos secularizada que la europea, y ha ido aprendiendo de nuestras propias carencias. Eso Francisco lo tiene muy interiorizado y por eso hace propuestas que se anticipan a elementos que son fundamentales. Yo creo que muchas de las propuestas que ha hecho no tienen retorno. El Espíritu dirá, el Espíritu juzgará, yo creo que esa es la clave, y será el que convalide todas las apuestas que el Papa ha hecho. Y su concreción, cosa que no es sencilla, porque supone una verdadera conversión pastoral.

¿Ha habido tanta oposición en la Iglesia como en algunos momentos ha parecido?

Hombre, habrá habido oposición, pero como también la hubo con Juan Pablo II o con Benedicto XVI. No todas las propuestas encajan de igual modo. Es evidente que ha habido cuestiones que han suscitado opiniones contrarias. Pero también es verdad que antes había opiniones particulares que se quedaban en un entorno muy reducido y ahora, con las redes, cualquiera opina, y su eco crece de manera exponencial. Pero yo también entiendo que muchas de las propuestas de Francisco se están asumiendo y la mayoría de los planes pastorales reflejan la experiencia del aterrizaje del Sínodo, la implantación de la Evangelii gaudium, la potenciación de Laudato si’, y yo creo que eso está en el entorno de todos.

Presencia de la Acción Católica

¿Cómo se hace frente a los recelos que existen frente a modelos como el de la Acción Católica, que en algunos momentos se plantea como algo del pasado, de otros tiempos?

Eso es cierto, pero es que las vicisitudes por las que ha pasado la Acción Católica a veces le crean una cierta fama. Las nuevas generaciones no han crecido al albor de la Acción Católica, con lo cual a veces hay un desconocimiento. A veces, los movimientos se asocian a personas concretas, que han podido acertar más o menos en las propuestas que han hecho. Es verdad que yo creo que hay que ser un tanto pragmático, ¿no? Tú debes tener claro cuáles son los objetivos que pretendes alcanzar y, al final, independientemente de las siglas, ver quién te proporciona un proceso para ello. Hay veces que si tú haces ese discernimiento te das cuenta de que hay elementos que forman parte de los movimientos de Acción Católica que pueden abrir un horizonte muy grande también en la vida de las parroquias. Y se trataría de ver cómo podemos integrar una cosa que es básica, como los equipos de fe y vida en una vida parroquial. Pues es como una Acción Católica, aunque no le llames como tal, y lo que buscas y lo que pretendes es eso. Uno debe tener claro hacia dónde quiere ir, quién ofrece los medios para conseguirlo, darte cuenta de que la Iglesia tiene una riqueza y que los propios movimientos van evolucionando y buscando caminos nuevos y se convierte en un servicio para la evangelización. Es verdad que eso cuesta proponerlo, que en ocasiones los prejuicios impiden aceptar. También es verdad que hay un relumbrón en nuevos movimientos y nuevas asociaciones que a veces, aparentemente, tienen más adeptos, porque proponen nuevas formas de evangelizar.

Las nuevas generaciones
no han crecido al albor de la Acción Católica,
con lo cual a veces hay un desconocimiento

Pero yo creo que el bagaje que nosotros tenemos en la Acción Católica es muy rico. Yo lo digo también por experiencia pastoral, tanto en Logroño como en Zaragoza. Cuando me planteo cómo consigo que haya equipos de fe y vida, cómo consigo la vocación bautismal como un camino de vida plena, cómo incorporo el acompañamiento de modo ordinario a la gente que vive en las parroquias… Esa es la Acción Católica, aunque le puedes llamar movimiento parroquial o como quieras, sí, pero en el fondo es ese trasfondo: son los laicos a los que tú acompañas para que sean apostólicos y sean evangelizadores con espíritu.

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¿En qué lugar queda la implicación en un sector o en un ambiente determinado, como hacen los movimientos especializados de la Acción Católica?

Sí, eso está claro, pero incluso en eso puede haber un aterrizaje en el tejido diocesano. Es decir, hay mucho que aprender de la propuesta de la Acción Católica, y eso también debe interpelarla a ella misma y a sus movimientos, en su apertura, en el sentido de recorrer nuevos caminos y a lo mejor no tenemos claro cuáles son, con una vocación de servicio. O sea, cómo puedo poner todo lo que tengo, que es muy rico, en lo que es la aproximación al mundo obrero, más allá de lo que puede ser un elemento que me constriña, porque a veces las estructuras nos pesan mucho. Y la tradición, en el mal sentido, también nos puede pesar demasiado.

Entonces ese tender puentes y romper muros también tiene que darse entre nosotros…

Yo creo que muchas veces es más fácil tener ese posicionamiento de apertura si los dos somos capaces de coincidir en una urgencia en la evangelización. Está claro que hay que evangelizar al mundo obrero y la metodología de la HOAC puede ser interesante. También que la autoevalúe la propia HOAC. En la asamblea de hace ocho años la opción que se hizo fue por el mundo obrero empobrecido, un elemento muy importante al que salir al paso y en el que se proponía también una reconversión de la propia vida personal, siguiendo a Francisco: conversión personal para la conversión pastoral. Pero también es verdad que, a lo mejor, reduce mucho el espacio, porque el mundo del trabajo es muy amplio, ya que, por ejemplo, está en los autónomos, en la gente de los hospitales, quienes están en los andamios… Por ahí debe de ir la reflexión con una gran creatividad como tiene la HOAC y con la seriedad y el rigor con los que lleva a cabo sus procesos.

¿Y cree que entre sus hermanos del episcopado existe esta misma visión?

Yo creo que todos tenemos urgencia en la evangelización y luego cada uno intenta buscar caminos que realmente sean un estímulo. A veces ese trabajo lo tenemos que hacer las comisiones, no en el sentido de facilitar esas fórmulas mágicas, no es la expresión, pero sí los elementos concretos que a veces ayudan a que se puedan establecer caminos. A veces nos cuesta entablar ese diálogo y masticar un poco el elemento antes de ofrecerlo, y eso tendría que ser también un trabajo que se pudiera hacer desde la Comisión en comunión con la Acción Católica.

Entrevista Carlos Escribano
Carlos Escribano (i) y Pedro J. Navarro. FOTO | Yeli

Futuro de la Iglesia: jóvenes y laicado

Además de esa necesidad en tender puentes dentro de la misma Iglesia, ¿hay preocupación en la renovación de la Iglesia? ¿Qué lugar ocupan los jóvenes?

Hay un problema en la renovación de la Iglesia porque es muy difícil la evangelización de los jóvenes sin contar con los propios jóvenes. Yo creo que esa es la gran clave, ¿no? Y es por donde hay que intentar acompañarlos para que descubran que tienen que ser auténticos evangelizadores. Hay muchos elementos que lo dificultan, pese a que también es verdad que hay jóvenes que son muy entusiastas. Ellos viven la experiencia de la fe desde cómo viven la experiencia del mundo. Para ellos el tema del sentimiento es un elemento que realmente les puede servir de entrada de vía de diálogo, y así poder entablar un primer encuentro. Pero luego hay que dar pasos más serios, porque si no, al final, el edificio no sostiene. Y yo creo que eso es un reto y aprendizaje también para la Iglesia. Ahora ha mutado lo que es la realidad de nuestros jóvenes, como toda la sociedad, y creo que ese tipo de retos nos tienen que apasionar, nos tienen que preocupar, pero, a la vez, nos tienen que ocupar e intentar dar respuesta, buscando alianzas con ellos. Los jóvenes son listos. Los jóvenes entienden perfectamente a lo que son llamados y muchos de ellos tienen un deseo real de evangelizar. Son minoría, pero es verdad que también pueden ser enormemente activos y ellos hablan el lenguaje que hablan los otros jóvenes, por lo menos los que están en su entorno. Hay que introducir en ellos una experiencia de misión, de misión real. Nosotros estamos con ese reto también en Zaragoza. Fuimos un grupo amplio a Lisboa, pero claro, la gracia es ahora cuando, a la vuelta, esa siembra fructifique, teniendo claro el proceso y que tienen que ser ellos los que evangelicen en el contexto en el que estamos viviendo. Y sin olvidar el rostro de las nuevas iglesias.

¿A qué se refiere con ese rostro de nuevas iglesias?

Ahora que estoy haciendo la visita pastoral en Zaragoza, y entiendo que a mis hermanos les pasará en sus diócesis, compruebo que hay una nueva Iglesia en Zaragoza que tiene rostro latino o rostro africano. Y no es que sea gente que viene a buscar una asistencia, no. Ya llevan años en España y compruebas que, en esas parroquias, los que están de catequistas, los que animan los cantos, los que llevan la liturgia… son latinos o africanos, especialmente en barrios populares donde han ido a vivir ellos. Hay parroquias donde el español es minoritario, que es la gente más mayor de la comunidad de siempre. Pero quien sostiene el día a día de la comunidad ya es la nueva Iglesia de Zaragoza. Y eso te hace situarte de un modo nuevo, porque sus jóvenes tienen el mismo problema que los nuestros, quizá con una mayor precariedad, con una situación más compleja. Yo creo que todo eso son un cúmulo de retos impresionantes que nos deben ayudar a la hora de analizar también las prioridades y ver cómo se abordan.

Hay un problema en la renovación de la Iglesia
porque es muy difícil la evangelización
de los jóvenes sin contar con ellos

En el momento que vive la sociedad española tan polarizada y de tanto enfrentamiento, ¿qué podemos aportar los laicos?

Yo creo que mucho. Es verdad que hoy, cuando tú te adentras para entablar un diálogo con la clase política o con la realidad social, te encuentras la ausencia de la síntesis de la fe con la vida. Es verdad que los movimientos a veces la dan, pero otras no. Una síntesis que también deberían dar las parroquias. La fe debe iluminar no solo la vida ordinaria, ya que en esa síntesis personal debía incorporarse también el conocimiento profesional. Porque eso te permite realmente entablar un diálogo con el contexto cultural y social en el que estás viviendo. En generaciones anteriores era una cosa como más establecida, tal y como recuerdo a mis padres o a sus amigos. Tenían una formación religiosa muy potente, con lo cual realizaban una síntesis que les servía para la vida construida socialmente. Cuando prestaban un servicio público lo hacían desde la perspectiva cristiana, a lo mejor sin definirla, pero sí la practicaban. Ahora, por el contrario, cuando buscas forjar equipos cuesta mucho encontrar a la gente que tenga hecha esa síntesis, no a gente con voluntad o ilusión, con lo cual a veces tienes que hacer un recorrido más largo. Porque si no encalla. No basta solo la buena intención que es necesaria, sino que deben tener claro hacia dónde hay que caminar y cómo hay que caminar, cómo hacerles propuestas. Una insistencia que hago muchas veces cuando me encuentro a personas con vocación política para la cosa pública es decirles que se empapen de la Doctrina Social de la Iglesia y hagan una síntesis personal. Hoy es verdad que no hay muchos católicos que por opción entren en política, pero los hay. Y sí, hay gente que ha entrado en política por su fe. Yo los conozco en todo el espectro. Gente que por fe está metida en política. Y habitualmente son excelentes políticos, discretos, con vocación de servicio.

Es el debate de la presencia creyente en la vida pública.

Por supuesto. Es un trabajo que debemos hacer como Iglesia. La presencia en la vida pública tiene que ser el de la presencia en el mundo del trabajo, el de la denuncia de situaciones de injusticia, pero también el diálogo con quienes ocupan puestos de responsabilidad en las instituciones. Hay momentos en los que estoy cansado, en los que la cruz pesa mucho, pero en general soy una persona que veo oportunidades, y creo que en este terreno las tenemos. Siempre he trabajado con el laicado, con jóvenes, durante siete años con la Acción Católica y ahora desde la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, y creo que entendéis mucho mejor lo que se propone que nosotros, que somos más de sota, caballo y rey. Vivimos un tiempo en el que hay que aprovechar cualquier oportunidad que se presenta para trabajar juntos, y aunque a veces me han acusado de practicar la pastoral del limón, la de exprimir a los laicos, tengo claro que los grandes logros pastorales no los he podido alcanzar nunca sin vosotros, con experiencia de encuentro y de creatividad. Hay tantas oportunidades, que no debemos dejarlas escapar. •

Diez lecciones del 23J

Diez lecciones del 23J

Una vez transcurridas poco más de setenta y dos horas desde que vivimos la noche electoral quizá sea un buen momento para hacer un repaso de algunas lecciones que podemos aprender del 23J. Bien es verdad que, a menudo, olvidamos muy pronto el argumento defendido un tiempo atrás para subirnos al carro de un nuevo análisis y lanzar así una opinión que siente cátedra. Somos fieles seguidores del sesgo de retrospectiva, que no es otro que el prejuicio definido como un sesgo cognitivo que sucede cuando, una vez que se sabe lo que ha ocurrido, se tiende a modificar el recuerdo de la opinión previa a que ocurrieran los hechos en favor del resultado final. En la pandemia tuvimos tiempo de ejercerlo, pero es que desde el mismo domingo por la noche la opinión publicada (que no la opinión pública) este fenómeno se ha repetido. Sirvan estas notas para un humilde análisis de lo ocurrido.

Lección 1: Hasta el rabo, todo es toro. 

La sabiduría del refranero español nos enseña que hasta el final de un hecho o acontecimiento no hay que confiarse, sino estar preparado para alguna sorpresa o imprevisto, como el torero que piensa que el astado ya ha recibido bastante castigo cuando la verdad es que puede revolverse inesperadamente y darle una cornada. Nunca hay que dar nada por hecho, nada por perdido, nada por ganado… Y, en nuestro caso, nunca hay que dar por derrotado a Pedro Sánchez, al sanchismo o como lo que quieran llamar. Eso lo sabe muy bien Mariano Rajoy, Pablo Casado, Albert Rivera, y, si me apuran, hasta Susana Díaz y Pablo Iglesias. El propio Feijóo le ha visto las orejas al lobo y ya se espera a la siguiente candidata.

Lección 2: Las encuestas son solo eso, encuestas. 

Y, sobre todo, nada neutrales, porque salvo raras excepciones siempre se nos ofrece una interpretación de sus resultados a partir de los datos recogidos en bruto (eso que se llama la cocina de la encuesta). Llevamos ya varias convocatorias electorales en la que nos saturan con informaciones sobre predicciones, tendencias, trackings, porcentajes, oleadas, etcétera, etcétera. ¿De qué han servido tantos y tantos gráficos sobre el reparto de escaños por bloques, partidos, coaliciones? Y, sobre todo, ¿qué interés había en dar por hecho que la victoria del PP y Vox era inevitable? ¿O que la experiencia del Gobierno de coalición había sido negativa por el apoyo de los separatistas catalanes y los filoetarras vascos? Este fenómeno demoscópico está ligado, inexorablemente, a la siguiente lección.

Lección 3: Los medios de comunicación no son neutrales.

Nunca lo han sido, desde que el mundo contemporáneo comenzó a contar la actividad comercial de las principales ciudades del capitalismo naciente a través de las hojas de avisos. Pero a veces se nos olvida y parece como si necesitásemos que alguien nos confirmase nuestras opiniones por encima de las propias intuiciones o criterios objetivos. Los grandes grupos de comunicación siempre toman partido en un escenario de confrontación política y lo hacen a través de sus programas informativos o de entretenimiento, da igual, y, desgraciadamente, por medio de sus profesionales que, salvo excepciones, son la voz de su amo. En esta campaña lo han hecho y tenemos en la mente casos muy sonados.

Lección 4: La agenda de lo que se habla no es la de los problemas cotidianos.

Unida a la anterior, podemos aprender que muchas veces hablamos sobre los temas que alguien nos marca y que, coincidirán conmigo, no tienen que ver con los graves problemas que afectan a la ciudadanía. Cogemos el “que te vote Txapote” y no debatimos sobre la precariedad, la vivienda, la falta de futuro, de las verdaderas dificultades de las familias, al menos los que se juegan en el presente y en el medio plazo. O en el ámbito de la izquierda, por ejemplo, nos enredamos en temáticas que afectan a la identidad sexual y absolutizamos las posiciones de una parte del feminismo y las convertimos en lugares excluyentes frente a otros debates en los que tendríamos que incidir en este conflicto cultural en el que nos encontramos.

Lección 5: Las ramas de la superioridad moral no deben ocultar el bosque.

O lo que debe llevarnos a ser más humildes en los análisis y en la defensa de nuestras convicciones. Si una parte de la clase obrera se siente identificada con las posiciones que defiende Vox, sin ir más lejos, como pasa con otras fuerzas de la ultraderecha europea o americana, debemos preguntarnos, cuando menos, a qué se debe este fenómeno. El conflicto cultural debe de estar en el centro de la acción política. De ahí que partidos, organizaciones sindicales y asociaciones de todo tipo que trabajan por el cambio social deben de cuidar todos aquellos aspectos que tienen que ver con la formación de la conciencia.

Lección 6: La pureza de principios puede esconder intereses personales.

Relacionada con alguna de las anteriores otra enseñanza que nos ofrece el 23J es que, a menudo, se utilizan argumentos sobre la pureza ideológica y de principios cuando, en realidad, entran en juego los factores personales que tienen que ver más con los egos, protagonismo, envidias y posiciones antagónicas que forman parte de la tradición de la izquierda. La incompatibilidad de las familias que vienen del socialismo o del comunismo, con las mezclas que en su interior han ido fraguándose a lo largo de los años, se han agudizado en estos tiempos líquidos de la inmediatez y de las redes sociales, que ofrecen una militancia que, en ocasiones, se mueve pisando poco la realidad de la calle y mucho la virtualidad de los me gusta, retuits y número de seguidores.

Lección 7: Las emociones dominan la acción política. 

La movilización en las semanas previas al 23J ha sido determinante para que la ciudadanía más concienciada acudiera a votar, por encima de todo. Una movilización a la que han contribuido los sindicatos, con su apelación a que el mundo del trabajo se jugaba mucho. Al lobo neoliberal se le han visto por fin las orejas y lo que podía traer aparejada la coalición PP-Vox una vez conocidas sus posiciones mantenidas hasta ahora sobre la reforma laboral, pensiones, salarios, sanidad o educación. Si en la campaña de las municipales y autonómicas del 28 de mayo triunfaron los argumentos viscerales contra el denominado sanchismo, con los pactos con Bildu y ERC, la tolerancia a la ocupación de viviendas y el apoyo de la inmigración irregular, ahora se le ha dado la vuelta a ese mantra frente al peligro de lo que se avecinaba.

Lección 8: Las campañas electorales, a veces sirven. 

Si los resultados de la campaña del 28M dieron al traste con buenos gobiernos municipales y autonómicos –con alcaldes y alcaldesas de lujo– porque el foco estuvo en otro sitio, la del 23J ha permitido enseñar que en dos semanas la tendencia de los votos puede cambiar el escenario. Al equipo de campaña de Feijóo, sin ir más lejos, aún deben de estar pitándole los oídos por no haber tenido resuelta la comunicación de crisis frente al caso del narco Marcial Dorado. O cómo afrontar la prepotencia de su candidato frente los periodistas que ejercen como tales (caso de Silvia Intxaurrondo, de TVE), o la animadversión frente a los medios públicos por la soberbia de no haber querido asistir al debate de RTVE y los ataques de miembros de su equipo de campaña a la radiotelevisión pública, como hizo González Pons. Esta presunta derecha moderada se mostró como realmente es. La campaña empezó de una manera y acabó de otra.

Lección 9: España tiene un problema territorial. 

Los pactos postelectorales vuelven a traer al escenario de la actualidad y la agenda política el conflicto entre territorios que, más temprano que tarde, habrá que afrontar. Eso sí, siempre que haya madurez y altura de miras de querer trabajar por el bien común (todas las partes) y no hacer batalla de la identidad nacional por encima de todo. Cataluña y Euskadi, especialmente, deben encontrar su acomodo en un Estado federal, por ejemplo, para el que se deben sentar bases comunes de compromiso solidario en el encaje de las identidades, los sentimientos y la equidad territorial y la solidaridad en el reparto de los recursos existentes. Paradójicamente, estas semanas de calor deberían enfriar un poco los ánimos para llegar al final del verano y comienzos del otoño con los primeros acuerdos. Las opciones no son sencillas y no descarten un verdadero bloqueo, porque el PSOE no puede pagar un precio alto. Hay que escuchar mucho lo que tiene que decir el PSC de Salvador Illa.

Y Lección 10: La política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. 

Esto es, que lo que aquí se juega afecta a toda la ciudadanía. Por lo tanto, que, una vez metidos nuestros votos en las urnas, no podemos retirarnos para que se lo jueguen todo solo unas pocas personas o grupos interesados. Los partidos o coaliciones deben impulsar la participación de la militancia y del resto de la sociedad, porque los profesionales de la cosa pública no son los únicos que deben ejercer este papel. Como tampoco de los asesores de comunicación, esos supuestos expertos y politólogos que pecan, en buena parte de los casos, de una parcialidad palmaria. Es verdad que hemos delegado en los primeros para que actúen con responsabilidad, pero el futuro también depende de que no nos retiremos a los cuarteles de invierno. De todo se aprende.

Justina Jiménez, ejemplo de sencillez en el compromiso de toda una vida

Justina Jiménez, ejemplo de sencillez en el compromiso de toda una vida

Justina Jiménez Salcedo falleció en la madrugada del pasado martes, 18 de octubre de 2022, en el Hospital Morales Meseguer de Murcia. No murió sola. Se entregó en los brazos del Padre-Madre Dios tras una vida intensa, en compañía de sus hermanas Juani y María. El resto de su familia, amigas, compañeras y compañeros de mil de batallas en la fábrica, el barrio, la librería Demos, en la HOAC… hemos estado junto a ella con la fuerza y energía del Espíritu que a lo largo de su vida le ha derramado y llenado de dones y gracia.

Nacida en la pedanía caravaqueña de Cañada de la Cruz en el año 1951, a los pocos años llegó junto a sus padres y hermanos a Molina de Segura, polo de atracción de centenares de personas en busca de un empleo en las fábricas de la conserva y sus industrias auxiliares. En una de esas empresas, Emursa, dedicada a la fabricación de envases metálicos, recaló Justina muy joven, donde empezó a vivir sus primeras experiencias de compromiso sindical para la mejora de las condiciones de trabajo de sus empleadas, especialmente mujeres.

De la fábrica a la Demos

Allí conoció a la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y a la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y su compromiso como enlace sindical dio paso, posteriormente, a implicarse directamente en el impulso de la Librería Demos de Molina de Segura, una de las tres que se crearon en la Región (además de la de Murcia y la de Yecla), de manos de la Editorial ZYX y con militantes hoacistas.

Gracias al centro de adultos de la Escuela Equipo consiguió el Graduado Escolar. Le movía implicarse en la difusión de la lectura como instrumento de la promoción del pueblo, en unos años donde la cultura dominante venía marcada por el franquismo y la represión social, política y sindical. Una implicación en favor de la cultura obrera que le llevó durante varias décadas a estar en el mostrador, la trastienda, los expositores de libros y, sobre todo, con la sonrisa, la acogida y la palabra amable a cualquiera que traspasase la puerta de la tienda en busca de algún texto o juego educativo que precisase.

Opción por las mujeres

Su compromiso también le llevó al barrio de San José Obrero de Alcantarilla, donde vivió unos años trabajando en favor de la promoción de las mujeres gitanas. Esas que en su funeral declararon que gracias a ella habían llegado a ser hoy lo que son, y que ofrecieron una corona de flores como recuerdo de “Tus gitanicas de La Puebla”. Su humilde vivienda acabó siendo una ludoteca.

En la Eucaristía de despedida en la Parroquia de la Sagrada Familia, presidida por su gran amigo, el sacerdote y consiliario Joaquín Sánchez, la familia hoacista de su Equipo Trinidad (que le ha acompañado en los últimos veinte años) le dedicó unas palabras que trataron de resumir quién ha sido Justi para todas y cada una de las personas que acudieron la tarde del miércoles 19 a su despedida entre lágrimas, risas y, sobre todo, a sumarse en agradecimiento y homenaje por su vida.


Algunas imágenes de la vida de Justi en la HOAC: 1. En un Día de la HOAC, junto a Eulalia (ya en manos del Padre) y Carmen Álvarez | 2. Durante una Asamblea Diocesana (al fondo, Pepe Tornel) | 3. En su casa, junto a sus compañeros y compañeras de su equipo Trinidad. 4. En la Librería Demos, en el año 2011, durante una visita de la presidenta de la HOAC, Pino, junto a Irene Torregrosa y Consuelito.


Humildad y generosidad

En primer lugar, destacaron que, seguro que estaba muy contenta por reunir a tantas personas, pero, a la vez, estaría abrumada por ser ella el centro de atención de este encuentro. Ella nunca ha querido llamar la atención y sobresalir a lo largo de su vida. Pero dejemos que sean una serie de rasgos que la definen el mejor homenaje que podamos ofrecer de esta militante obrera cristiana, que tanto ha querido a la HOAC y que, en acción de gracias, lo ha dado todo a lo largo de su vida.

Justi es humildad. En la sencillez y en la atención a los detalles, Desde sus regalos a la atención a lo pequeño. A sus plantas. A su patio cuidado con esmero y con la ayuda de su cuñado Paco.

Justi es generosidad. De su tiempo, de su dinero, de su entrega a los demás, especialmente a las personas más sencillas.

Justi es compromiso. En el cuidado a sus hermanos pequeños, especialmente Ventura y Juani. En la fábrica, junto a sus compañeras Alicia, Mariana, Maruja, Antoñica, Asunción, Antonia, Mari Cruz, Marisol y Julia, entre muchas otras. En los barrios de San José Obrero, en Alcantarilla, y Fátima, en Molina de Segura. En la cultura, a través la Librería Demos.

Justi es esperanza. En sus largos años de enfermedad no ha habido quejas. Ha dado gracias a Dios cuando se despertaba cada día, como nos ha recordado su entrañable amiga Elena.

Justina Jiménez, tras el mostrador de la Librería Demos, en Molina de Segura.
Rebeldía y felicidad

Justi es humanidad y acogida. Con su mirada lúcida y brillante, en esa cercanía y pasión por la familia a la que siempre ha querido reunir junto a sus hermanas María y Juani, con su hermano Ventura que falleció prematuramente hace unos años, con sus cuñados Paco, Fernando y Toñi, sus sobrinos, sus padres, su perro Jacky…

Justi es rebeldía. Nada de lo humano le ha sido ajeno. Tuvo claro desde siempre que era hija de la clase obrera y a ella se debía. Era crítica, observadora y rebelde. En realidad, siempre se ha rebelado contra cualquier poder establecido y lo ha hecho siguiendo el modelo de quien ha sido guía en toda su vida: Jesús de Nazaret.

Justi es felicidad. La que ha trasmitido a lo largo de su vida y que en la tarde de su despedida disfruta por estar reunidos en su recuerdo, atribulada por tanta expectación, contenta por celebrar la vida. Orgullosa de formar parte de la gran familia de la HOAC y colocarse junto al Padre-Madre Dios en la compañía de Eulalia, Tere Contreras, Pepe Tornel, Pedro López, Manuel Arnaldos… entre muchos otros.

De lo que estamos seguros es de que Justi nos guardará un sitio cálido y cómodo junto a ella en esa vida eterna en la que reina la paz y la justicia. Y hará mientras suena el Gracias a la vida, como lo hizo esa tarde, en su funeral, en la voz del barítono Julián Millán, hijo de su amiga Elena.

Un Gobierno de coalición con muchas luces

Un Gobierno de coalición con muchas luces

La legislatura entra en su último año con una experiencia singular marcada por la pandemia, la confrontación política, la guerra de Ucrania y la crisis energética y climática.

La aprobación de 75 leyes, junto a la convalidación de 87 reales decretos-leyes, es el balance, hasta mediados de septiembre, de una legislatura, la XIV, con el primer Gobierno de coalición en el panorama reciente político español. Nunca hasta ahora la joven democracia española había conocido un consejo de ministros formado por representantes de varias formaciones políticas.

El tradicional bipartidismo, marca de la casa desde el año 1977 y que ya se había quebrado con el resultado de las elecciones de 2015 (Podemos y sus coaliciones obtuvieron 67 diputados y Ciudadanos, 40), dejó paso en enero de 2020 a la formación de un Gobierno distinto.

En este Ejecutivo, el PSOE ocupó 17 carteras ministeriales, que se sumaron a las 5 de la formación política liderada por Pablo Iglesias, incluida una de las cuatro vicepresidencias. Para llegar a este momento había sido necesaria una repetición electoral en noviembre de ese mismo año 2019 tras la imposibilidad de un acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez.

Ruptura del bipartidismo

«Quedó demostrado que se podía romper una cláusula histórica de que solo gobernaría el bipartidismo, una experiencia que iba a ser determinante sobre todo para las generaciones más jóvenes, aquellas que impulsaron el 15-M». Así lo asegura Javier Sánchez Serna, secretario de la Mesa del Congreso y diputado de Unidas Podemos por Murcia.

Si hay algún rasgo sobre el que construir el relato del Gobierno de coalición es el de que los acontecimientos externos han manejado los tiempos políticos de la gestión desde sus inicios: en marzo, la pandemia de coronavirus y sus consecuencias; dos años después, la invasión rusa de Ucrania. Y hasta podemos sumar una nueva crisis del capitalismo, en la que se incluyen las consecuencias de la emergencia climática, junto al colapso de las fuentes energéticas basadas en los combustibles fósiles.

Pero a diferencia de crisis anteriores, como la de 2008 con el boom inmobiliario y las hipotecas basura, las medidas del Gobierno de España no han ido en el sentido de un austericidio que castigase a los sectores populares más vulnerables. «Hemos ido confirmando que la crisis esta vez no la pagamos la gente, sino que ha habido un reparto equitativo de los costes y se ha impulsado un escudo social para proteger a los más débiles», indica Sánchez Serna.

Reparto de la crisis

La aplicación de los ERTE, que han salvado millones de empleos y cientos de miles de empresas o la aprobación del permiso retribuido recuperable para que los trabajadores no esenciales permanecieran en casa manteniendo sus ingresos, fueron algunas de esas medidas. Como la suspensión de los desahucios sin alternativa habitacional a las personas en situación de vulnerabilidad o la ampliación de la prórroga de los contratos de alquiler durante seis meses para evitar subidas abusivas.

O la prohibición de cortar los suministros (agua, luz, gas) a los consumidores más débiles, junto a la ampliación del bono social o la aprobación de 7.000 millones en ayudas directas para sectores especialmente afectados (hostelería, turismo, comercio, etc.).

De forma paralela se han ido aprobando leyes y medidas con los objetivos de un empleo de calidad y salarios dignos, como la subida del salario mínimo de 735 a 1.000 euros al mes (un 36%). También la primera reforma laboral que supone una recuperación de derechos para los trabajadores y trabajadoras y que incorpora medidas ambiciosas para luchar contra la temporalidad y la precariedad, así como para reequilibrar la negociación colectiva entre trabajadores y empresarios.

Hay que sumar la prohibición del despido objetivo por bajas médicas y la despenalización de los piquetes o la ley rider para acabar con el fraude de los falsos autónomos en las plataformas digitales de reparto, con una normativa pionera en Europa y el resto del mundo para proteger a un colectivo hasta entonces desprotegido social y jurídicamente. Amén del reconocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar, de su derecho a paro y protección por desempleo.

Viñeta de MiCruz

Complicidad de otras fuerzas

Sin olvidar claro está, en el balance de estos casi tres años de gobierno, entre muchas otras, de leyes relativas en materia de igualdad, derechos feministas y LGTBI.

Se suman la revalorización de las pensiones, la mejora de la calidad de las residencias de mayores, los derechos de la infancia y la juventud, y la defensa de la educación y sanidad públicas.

Además, hay que contar la creación del ingreso mínimo vital y otras medidas legislativas de calidad democrática y derechos fundamentales, como la ley de la eutanasia o la de memoria democrática, y la derogación del voto rogado y de la ley Berlusconi para no demorar la instrucción de causas judiciales.

Hay que contar con el papel que han jugado otras fuerzas políticas a la hora de respaldar la inmensa mayoría de las medidas impulsadas por el Ejecutivo. Ahí están ERC, Bildu, el PNV, Más País o Compromís, aliados en su momento en la moción de censura que derrotó al PP de la corrupción de Mariano Rajoy.

A juicio de Unidas Podemos, en estos años de Gobierno de coalición, «hemos aprendido que formar parte del Consejo de Ministros no es tener el poder, que cada paso cuesta mucho y que los procesos políticos necesitan contar con mucho pueblo detrás, sobre todo para reclamar el derecho a la vivienda o a la sanidad», precisa el diputado murciano.

«También es verdad que el Gobierno ha encontrado grandes limitaciones, especialmente porque la pandemia ha llevado consigo la desmovilización, pero solo haber formado parte del mismo ha sido una victoria», precisa, a la vez que señala que «al PSOE también le ha venido bien que estuviésemos nosotros, porque ha comprobado que se puede gobernar en coalición y les han salido más colmillos frente a los poderes fácticos; hay medidas que han salido adelante porque estábamos nosotros».

Leyes mordaza y de vivienda

La tramitación de la primera Ley de Vivienda, para poder regular los alquileres, frenar los desahucios y ampliar el parque público de vivienda, aprobada en Consejo de Ministros en febrero de 2022 y ahora en fase de ponencia, es uno de los retos pendientes.

«Hemos solicitado que se acelere al máximo su aprobación para responder a la emergencia habitacional, al igual que esperamos la derogación de la ley mordaza y la aprobación de los Presupuestos para 2023, que garanticen el escudo social frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania».

A esos escenarios se sumará la reforma fiscal, con el fin de que las cargas y los ingresos se repartan de una manera justa, y no soporten las rentas del trabajo las pensiones, la sanidad o la educación, mientras que el capital y las grandes empresas se queden fuera.

Todo ello en medio de un clima de crispación política promovida desde el PP y VOX, con un discurso de fondo: la visión patrimonialista del Estado que tiene la derecha y que siempre trata de deslegitimar cualquier Gobierno de izquierdas o progresista. Sin olvidar la incertidumbre por la situación económica, aderezada por una guerra mediática (y, por tanto, cultural) en la que los medios de comunicación no son neutrales. 

Artículo publicado en el número 1654 (octubre 2022) de la revista Noticias Obreras


Resumen de logros del Gobierno

Rompe las reglas, cura el sistema

Rompe las reglas, cura el sistema

Con esa potente frase que inspira este artículo promocionó Netflix en Estados Unidos la primera temporada de esta serie. La historia es diferente a la que podemos encontrar en otras de médicos, enfermeras o, simplemente, ambientadas en hospitales. Y el caso es que esta serie va de médicos, de enfermeros, de gestores, de sus casos y vidas unidas por el New Amsterdam, el hospital público del mismo nombre situado en la ficción en la ciudad de Nueva York. (más…)

Miles de vecinos y vecinas exigen el soterramiento de las vías del tren en una lucha histórica

Miles de vecinos y vecinas exigen el soterramiento de las vías del tren en una lucha histórica

La ciudad de Murcia (440.000 habitantes) vive movilizada desde los primeros días de septiembre por las protestas de miles de vecinos y vecinas, que se han echado a la calles para reclamar el soterramiento del actual trazado ferroviario para la llegada del AVE. Una reivindicación que se remonta a comienzos de los años 90, cuando aún el proyecto de la Alta Velocidad no estaba sobre la mesa, ya que las vías del tren parten a la ciudad en dos al contar con una estación de ferrocarril ubicada en el barrio de El Carmen desde mediados del siglo XIX. Esta situación ha provocado molestias y una desigualdad palpable en recursos, infraestructuras y movilidad de quienes viven en los barrios y pedanías del sur del casco urbano frente el resto de la ciudad. Y unas demandas que no han respuestas o se han incumplido los acuerdos y compromisos suscritos por las administraciones públicas. (más…)

Dieta contra la obesidad digital

Dieta contra la obesidad digital

¿Es posible la desconexión digital? Sufrimos de “obesidad digital” al no establecer límites entre la jornada de trabajo y el descanso para vivir, que produce estrés, sentimiento de cansancio y vacía de contenido lo relativo a los riesgos psicosociales

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Agenda social en un Parlamento fragmentado

Agenda social en un Parlamento fragmentado

El nuevo año nos va a traer un escenario distinto en el Congreso de los Diputados. La fragmentación política de la Cámara tras las ya lejanas segundas elecciones del pasado junio aventura una etapa diferente a las que estábamos acostumbrados. Un nuevo tiempo en el que los análisis preestablecidos deben de ser modificados y en el que todos los actores sociales y políticos deben aprender. En este breve análisis que ofrecemos, nos vamos a detener en el papel que quiere jugar el Partido Socialista, inmerso en un proceso interno convulso que le llevará hasta el congreso previsto en vísperas del próximo verano.

“El PSOE quiere liderar una oposición útil, con el objetivo de alcanzar una agenda económica y social que pretende reducir las desigualdades y las injusticias en nuestro país, porque pensamos que es necesaria para que la gente vivía con dignidad y crecer económicamente”. Quien lo afirma es Pedro Saura, el portavoz socialista en la Comisión de Economía y azote en los últimos años del ministro Cristóbal Montoro, especialmente contra la amnistía fiscal que promovió durante la legislatura de la mayoría absoluta de Rajoy.

En esa agenda social y económica se enmarca la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la derogación la reforma laboral, medidas alcanzadas en las últimas semanas, así como una Renta Mínima de Inserción, junto a las comunidades autónomas, y la eliminación de los copagos a los pensionistas. También que se recupere el poder adquisitivo de los pensionistas, la mejora de las ayudas a los parados mayores de 50 años y a los de larga duración, “que necesitan unas prestaciones de desempleo dignas y políticas activas para incorporarse al mercado de trabajo, y medidas contra la pobreza infantil”. Y todo eso con una reforma fiscal que permita la financiación del Estado de bienestar, “no con más deuda y déficit, sino que reviertan los regalos fiscales que el gobierno del PP ha concedido en los últimos años de manera irresponsable”, asegura Saura.

El PSOE no quiere en el Congreso solo derogar las políticas que van contra la justicia social, como la ley de educación o la política sanitaria, “sino poner encima de la mesa una agenda para avanzar en el Estado del bienestar, que no olvidemos que es uno de los más pequeños de la Unión Europea, y vamos a estar en la calle con los sindicatos”.

En cuanto a la negociación de los Presupuestos, el PSOE ve prácticamente imposible su apoyo, y ya ha dicho que no al techo de gasto y sí a los objetivos de déficit. ¿Y por qué? “Pues porque es el techo de gasto del Estado, que incluye recortes. La Seguridad Social supone el 34 por ciento del PIB, y es una parte del Estado de bienestar, porque éste no solo reside en las comunidades autónomas. Hablamos de las pensiones, de las prestaciones por desempleo, la dependencia, las ayudas de maternidad… Y pensamos que aquí va a haber recortes, porque el gobierno ya anunciado que van a crecer menos que la inflación”. Por lo que resulta prácticamente imposible el apoyo a los presupuestos.

En cuanto al resto de grupos, el Partido Socialista pretende seguir liderando la oposición, porque en el Congreso se puede sentar con todas las fuerzas políticas. Recuerda Saura que “ahora mismo no hay ninguna norma que se pueda aprobar en el Parlamento sin contar con nosotros y por eso el PSOE no puede pensar en estrategias sino como ser más útil a la gente, liderando el cambio político y reduciendo el sufrimiento de la gente”. Un ejemplo de ello es la aprobación el pasado 13 de diciembre (por 168 votos a favor, 131 en contra y 42 abstenciones) de su proposición no de ley en la que se pide la derogación de la reforma laboral que aprobó el PP en solitario en la legislatura de su mayoría absoluta.

Agenda socialdemócrata

No se ocultan, sin embargo, los problemas derivados de la crisis interna de los últimos meses. “El PSOE tiene que resolver el problema del liderazgo, buscar la cohesión interna y conseguir una narrativa potente desde el Grupo Parlamentario, que va a ser muy importante en estos años”, indica el portavoz de Economía, quien no oculta las discrepancias con Podemos. “El problema de Podemos es que detrás de un proyecto político tiene que haber un proyecto económico sólido, y ese no lo conocemos, porque el que tiene está pensado para una economía cerrada, que a medio plazo tendría problemas para financiar el estado de bienestar”.

Hay una coincidencia en que hay que resolver el problema de la austeridad, “pero ellos lo plantean con más endeudamiento, y eso supone más austeridad en el futuro y en algún momento habrá que parar. Nosotros pensamos que la austeridad se combate con más ingresos públicos, por eso le hemos exigido al Gobierno que revierta una parte de la reforma fiscal, de tal manera que de los 7.500 millones de euros que se van a recaudar más el año que viene, casi 5.000 vienen del impuesto de sociedades a las empresas más grandes. El PSOE está condicionando de tal manera que la agenda socialdemócrata entra en la política española progresivamente sin estar en el gobierno”.

A la pregunta final de si la ciudadanía llegará a percatarse de esta nueva manera del PSOE de hacer política, Pedro Saura concluye que “me preocupa más en este momento alcanzar medidas que permitan que las familias lleguen a final de mes que la gente entienda un planteamiento estratégico. Me parecen mejor los principios que las estrategias. Porque este tipo de acuerdos o de mejoras no son incompatibles con hacer oposición en el Congreso. Y pone el ejemplo del voto contrario del PSOE frente al acuerdo alcanzado por el PP y Ciudadanos para nombrar al presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que venía del mundo de las empresas cotizadas, y venía a ser una puerta giratoria al revés. El Gobierno pierde en el Congreso, cada semana, en comisiones y pleno, en torno al 80 por ciento de las votaciones. No es incompatible hacer oposición con obtener objetivos. Es frustrante oponerse a todo, sino conseguir acuerdos que beneficien a los ciudadanos.

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Artículo publicado en la revista Noticias Obreras de enero de 2017 (número 1.591)

Un combinado de tronos

Un combinado de tronos

La política en nuestro país se ha convertido en los últimos tiempos en un Juego de Tronos en el que cada uno de los actores tiene claro lo que tiene que hacer el otro, en el que la interpelación a lo correcto preside cada una de las acciones, en donde las jugadas están milimétricamente calculadas, los escenarios no se escogen al azar y los pasos están tan medidos que nadie desvela sus cartas. Y frente a los personajes, una mayoría a la que se le ha preguntado en dos ocasiones, que parece empeñada en nuevos territorios que nadie alcanza a concretar y a la que le cuesta entender todo, pues ve cosas que no se contemplan en su vida cotidiana.

En el contexto actual resulta complicado encontrar el quid de una cuestión salpicada de nuevos actores, instrumentos y realidades. Todo ello aderezado en un bol de elementos de difícil maridaje. Porque todo son vetos, incompatibilidades manifiestas e imposibles acuerdos… pero eso sí, nadie es responsable. Porque en la política, como en la vida, siempre son otros los culpables con tal de no asumir el protagonismo, el control y las consecuencias de nuestras acciones y decisiones. En el quehacer diario de cualquier votante, en cambio, todo gira en torno a la responsabilidad, entendida como qué no has hecho para que algo no salga, o qué has hecho directamente mal de forma que no sale.

pitonisa_miVayamos por partes. No podemos negar que el PSOE ocupa gran parte del centro del protagonismo tras los resultados electorales del 20-D y del 26-J. Aunque existiese (y aún exista) la voluntad contraria, este escenario era el preferido por muchos al ser el reflejo del final del bipartidismo y el resultado de los nuevos actores en un supuesto eje izquierda-derecha que ya es muy complicado sostener. Su candidato, Pedro Sánchez, ha tenido que bregar con una oposición interna y externa difícilmente imaginables para otro dirigente político que se la jugó en unas primarias como secretario general, que ganó, y que desde el primer momento ha tenido un escaso margen de maniobra.

Ya sabemos que la cultura de izquierdas es cainita con quienes están al frente de las direcciones de los partidos, ya que hasta el militante más alejado del trabajo político (y por supuesto el votante) sabe lo que tiene que hacer el otro. En el caso de los barones o baronesas del partido, qué les voy a contar. No se la jugaron en su momento, pero esgrimen su ascendencia por encima de todo. Piense el lector por qué gobiernan en sus respectivas comunidades, quiénes les apoyan con sus votos o su abstención, y luego traslademos sus reticencias a que para la gobernabilidad de España su secretario general intente el acuerdo con Ciudadanos y Podemos. Mientras que todo el debate queda en el lado de las estrategias, alianzas y combinaciones posibles, sigue pendiente la clave esencial que está detrás: la crisis de la socialdemocracia, y por ende, la construcción de un nuevo discurso político, que no persigue otra cosa que ofrecer una alternativa a la globalización de la desigualdad y la precariedad, con un instrumento político renovado y un discurso diferente al del populismo. Y es que tampoco en la vida de diario los votantes funcionamos en la familia, en el trabajo, con las amistades, tirando de populismo. Éste,  como la falta de responsabilidad, son cosas infinitamente alejadas de lo que nos pasa todos los días y, en cambio, es lo que se nos ofrece…

Porque, desde el máximo respeto y, en algunos casos salvando las distancias, el discurso populista no puede ser el de dar a la gente lo que de manera inmediata, emocional y simple quiere. Y no me negarán que mucho de lo que nos ofrecen hoy Ciudadanos y Podemos se asemeja a ello. Tanto que los vetos mutuos que entre ambos se esgrimen tiene mucho que ver con un discurso compartido en su estructura para acertar con esa parte del electorado que no ve en los partidos tradicionales la solución en estos tiempos complejos. Bien es verdad que en el caso de Podemos entran en juego más elementos. Ha conseguido trasladar al discurso político las emociones y sentimientos que se echaban en falta en los partidos tradicionales de la izquierda (léase en especial, IU, con las notables consecuencias que ello ha supuesto para ésta a la hora de buscar una tabla de salvación en su alianza el 26-J, y que seguro que no será nada fácil de mantener en los próximos meses). Saber captar el estado emocional de la indignación, de la desesperación ante las consecuencias de esta nueva vuelta de tuerca del capitalismo globalizado en nuestro país en forma de crisis y estafa económica, no es suficiente para construir una alternativa en la que tienen que tener cabida muchos más actores.  Lo que no tengo claro es que sus dirigentes estén la altura de las circunstancias para llegar a acuerdos que desbloqueen la situación. Encajar en las estructuras institucionales lleva su tiempo.

Porque al fin y a la postre de lo que venimos hablando tiene que ver, por una parte, con la madurez de quienes lideran y dirigen los partidos políticos que entran en juego, bien en fase de construcción (Podemos) o de reajuste para los tiempos nuevos (PSOE o IU). Y, sobre todo, del discurso político sobre el que construir un proyecto que afronte los estragos causados por los recortes y las políticas neoliberales de la desigualdad y la precariedad. A la combinación de esos dos factores hay que sumar, además, la confianza interna o no de quienes juegan en su organización, así como la disposición a aceptar que en una negociación siempre se cede. Máxime cuando a la vista de los resultados electorales 1 + 1 no es igual a 2, sino a 3… para formar gobierno.

A estos imponderables aún hay que añadir más elementos. De una parte, las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi, cuyas consecuencias empezamos a vislumbrar. De otra, un escenario no resuelto en los últimos cuarenta años: la identidad nacional y territorial, con  el encaje de Cataluña (pero no sólo) con el resto de España, donde el factor  emocional es determinante. De nada ha servido hasta el momento las interpelaciones de CCOO y UGT a quienes tienen en su mano cambiar la situación. Agitemos todo ello en esta coctelera de los asuntos públicos para obtener un cóctel de sabor indeterminado. Y lo que es más grave, de un combinado que no parece que vayan a resolver unas terceras elecciones. Que a ello vamos, si nadie lo remedia, querida y querido lector.

Ayuntamientos: segunda transición

Ayuntamientos: segunda transición

El 24 de mayo se cumple un año de las últimas elecciones municipales. Una cita que marcó un antes y un después en el gobierno de una parte de los 8.114 municipios que hay en España. La hegemonía de la derecha se quebró especialmente en ciudades de más de 50.000 habitantes, que permitió la recuperación para el PSOE de numerosas alcaldías y la irrupción de las confluencias de partidos y movimientos ciudadanos en capitales de la importancia de Barcelona, Madrid, Zaragoza, Cádiz o La Coruña. Los nuevos equipos de gobierno se enfrentan a un necesario escenario de reformas que están condicionadas por quien forme el nuevo Gobierno de España, ya que si el PP volviera a ocupar la Moncloa peligraría la autonomía de la política local.

Artículo publicado en NOTICIAS OBRERAS
Mayo 2016 / Nº 1.583

El revuelo político tras las pasadas elecciones del 20 de diciembre, con la incapacidad -hasta el momento- de poder conformar un Gobierno de progreso y cambio en España radicalmente distinto al de Mariano Rajoy, ha eclipsado del escenario mediático los cambios que se han producido en los ayuntamientos. A punto de cumplirse un año de los comicios locales y autonómicos del 24 de mayo -aunque las nuevas corporaciones no se constituyeron hasta mediados de junio-, el escenario del poder municipal en nuestro país es muy distinto al que se configuró en 2011. Un escenario muy marcado entonces por la respuesta del presidente Zapatero a la crisis financiera especulativa y al estallido de la burbuja inmobiliaria. El PP y las derechas nacionalistas coparon la inmensa mayoría de los gobiernos locales y autonómicos, que reforzaron al Ejecutivo de Mariano Rajoy en la Moncloa.

422042_454738057944270_742922513_nEse reforzamiento de las políticas conservadoras tuvo su exponente en la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de las Administraciones Locales (LRSAL), una reforma local aprobada por el gobierno central que supuso un atentando contra los principios de autonomía local reconocidos en la Constitución, un recorte al marco competencial de los ayuntamientos y un frenazo a la prestación de los servicios públicos de calidad a la ciudadanía. También a la consideración que hasta ahora se había tenido del municipio como gobierno político, convirtiéndolo en un mero gestor de decisiones ajenas. No hay que olvidar que los ayuntamientos han sido las administraciones públicas que han sufrido las políticas de austeridad más agresivas e insolidarias.

De ahí que en estos momentos exista un consenso entre los partidos del cambio y candidaturas de confluencias en que derogar esa Ley es imprescindible para garantizar que los municipios sigan siendo la base de la movilización social y de la acción política, ya que los gobiernos municipales han constituido el principal instrumento de integración y cohesión social. La prestación de servicios básicos ha sido impulsora del desarrollo y de la mejora de la calidad de vida de las personas. Así lo aseguraron a Noticias Obreras tanto el coordinador de la Secretaría de Política Municipal del PSOE, Carlos Daniel Casares, como Mari Ángeles García, consejera ciudadana estatal y autonómica de Podemos. Ambos se muestran optimistas ante la experiencia de los nuevos gobiernos locales, que auguran una segunda transición en la escena de la política municipal, la de la acción política de cercanía y proximidad a los ciudadanos.

Nueva reforma local

La derogación de la LRSAL tendrá que dar como resultado la aprobación consensuada en el Parlamento de una Ley de Régimen Local que refuerce la autonomía local, que garantice un sistema de financiación estable y proporcional a unas competencias bien definidas de los entes locales y aquellas que, no siendo propias, previo convenio, puedan desarrollarse con garantías de control y transparencia de la gestión pública. Un consenso imprescindible para impulsar una nueva ley de Haciendas Locales que dote de estabilidad, rigor y recursos las competencias asumidas por las entidades locales, de forma coordinada con la de la financiación autonómica, definiendo con claridad la participación de las haciendas locales en los tributos del Estado (PIE) y en los de las Comunidades Autónomas (PICAs).

De ahí que a juicio de Casares y de la consejera de Podemos es tan importante que se constituya un Gobierno central que garantice la elaboración de ese marco jurídico y financiero imprescindibles para que los gobiernos municipales puedan desarrollar unas políticas que tengan en el centro a las personas, especialmente las más vulnerables y las que sufren la precariedad y la exclusión social.

Carlos Daniel Casares.

Carlos Daniel Casares.

“Tras las elecciones de hace casi un año, a través de acuerdos con fuerzas de izquierda para la investidura de alcaldes o formando parte de la Junta de Gobierno, hemos recuperado gobiernos de muchos ayuntamientos”, indica el coordinador socialista, quien recuerda que el PSOE gobierna en 72 ciudades de más de 50.000 habitantes, mientras que el PP lo hace en 42 de ellas. “Por tanto hay un escenario favorable, con equipos municipales más pequeños, con una experiencia positiva en cuanto a la gestión municipal, y con unos problemas de endeudamiento que se pueden afrontar”, con la excepción de situaciones como la de Madrid, aunque en estos meses se haya reducido una parte de la deuda de más de seis mil millones de euros con la que se encontraron.

“Hay problemas importantes, pero en las grandes ciudades se ha dado un giro a las prioridades políticas con los nuevos equipos de gobierno, actuaciones que tienen que ver con políticas para rescatar a las personas”, señala Casares. “Si tú observas los presupuestos donde gobierna el PSOE, como los de Sevilla, Valladolid, Palma de Mallorca, Alicante, Elche… se han priorizado determinadas partidas para becas, comedores escolares, o medidas contra la pobreza energética… porque se ha dado primacía a programas a personas sin recursos”. Esto ha sido no sólo en los ayuntamientos con alcaldes y alcaldesas socialistas, sino también en aquellos con alcaldías de las confluencias, donde está Podemos o Izquierda Unida.

Aprobación de Presupuestos

Por tanto, el balance de este primer año de nuevos ayuntamientos es positivo, “no se advierten crisis de gobierno con importancia, y un ejemplo de ello es que los presupuestos municipales se han aprobado en tiempo y forma antes del 31 de diciembre en siete de cada diez de estos ayuntamientos”. No oculta que hay cierta hostilidad en los gobiernos municipales de Cádiz o Zaragoza, o en municipios asturianos, como Gijón, y que ha habido problemas en La Coruña, donde el Presupuesto se ha aprobado hace escasas fechas. El responsable socialista concluye señalando que el futuro a corto plazo está muy condicionado por la investidura del Gobierno de España, “porque en los grandes ayuntamientos estamos planteándonos entrar en sus gobiernos, como es el caso de Madrid, donde las relaciones son muy buenas con la alcaldesa Manuela Carmena, y en Barcelona, donde Ada Colau lleva ya tiempo lanzando mensaje a nuestro portavoz, Jaume Collboní, con el fin de consolidar un gobierno que en la actualidad es muy minoritario”.

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Mari Ángeles García subraya que Podemos como tal no se presentó a las elecciones municipales, “porque era un partido que comenzaba a dar sus pasos, formado por gente que venía del mundo asociativo, desde diferentes sectores o colectivos, o de algún partido pequeño… y era muy difícil conformar equipos con personas que apenas se conocían, con sus inquietudes o ideología política”. Ello no ha sido obstáculo para que los nuevos gobiernos, con la presencia de nuevos concejales y concejalas en los ayuntamientos, haya supuesto un aire fresco en estas instituciones, “con una práctica política diferente, sobre todo por la puesta en marcha de la transparencia, que creemos que es una de las mejores medias para ir contra la corrupción, una práctica que era resultado de la inercia de que determinadas personas y partidos estén en el poder durante muchos años y creían no tener que dar cuenta de su gestión a la ciudadanía”.

Destaca la consejera de Podemos que ha sido muy positivo “el hecho de tener que sentarse a negociar, a dialogar, a ejercer la práctica de la cesión, que son actitudes imprescindibles para una nueva política, como la rendición de cuentas”. A su juicio esto ha contribuido “a despertar el interés de la ciudadanía para acercarse a los ayuntamientos, ver qué se decide, hacer propuestas, elevar peticiones o quejas… que antes no ocurría. Había una apatía porque no se sentía al político como alguien cercano, que te representara. Esto es especialmente notable en el caso de los pequeños municipios, donde la gente ve a sus representantes como ellos mismos, incluso porque se visten de otra manera a los políticos tradicionales, como la gente corriente que hace cosas extraordinarias”.

Una política diferente

Mari Ángeles García.

Mari Ángeles García.

En las ciudades grandes, como en Cádiz o Madrid, se observa una diferencia muy grande en la manera de hacer política, cómo se negociaban los contratos, con la revisión de las concesiones y la dación de cuentas. “Algo que define a estas candidaturas es que han facilitado que la ciudadanía vea que su ayuntamiento es próximo y que le pertenece”, precisa. También que se ejercita con naturalidad el diálogo y la negociación entre partidos con sensibilidades semejantes, “que conduce a la necesidad de una nueva transición, una nueva democracia, porque esa práctica democrática tuvo su sentido y su validez en su momento, pero ahora es preciso profundizar la práctica política con nuevos actores”.

Mari Ángeles García asegura que en el ámbito municipal se le ha dado la vuelta a ese grito del 15-M de que “no nos representan”, y no oculta que “los cambios son lentos, porque hemos encontrado dificultades en el funcionamiento de las instituciones, para empezar porque no veníamos del mundo político institucional, por lo que ha habido problemas para encajar en el engranaje de las propias corporaciones, reproduciendo su inercia”. Y también “por hacer cosas diferentes, como ser mucho más inclusivas en determinados actos oficiales, que cuesta también ser entendida por la propia sociedad, como las mociones por la laicidad”.

En definitiva, un año de cambios en nuestros ayuntamientos que aguardan que se despeje el escenario nacional para seguir desarrollando las políticas de cercanía que precisan los vecinos y vecinas, y que reclaman a quienes tienen al lado, en sus salones de Pleno, en sus despachos y, sobre todo, en las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades. Un futuro que pasa también por consolidar el papel de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias), con una nueva composición provocada por los cambios de gobierno local, y su presencia o no en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para alzar una voz sobre la financiación.