Ene 10, 2021 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
El año que acabé mis estudios en el Madrid de finales de los 80 prácticamente todos mis compañeros y compañeras de curso encontramos trabajo. Sí, sí, encontramos trabajo, como suena, y teníamos poco más de 22 tacos y una vida por delante, amén de una profesión para la que habíamos estudiado. Sí, sí, créanselo. No eran empleos de camareros o repartidores, camareras o reponedoras de supermercado, tampoco ocupaciones para captar clientes dispuestos a traicionar a su seguro de toda la vida en busca de mejores condiciones. No se trataba de oficios para atar a nuevos parroquianos en las incipientes compañías de telefonía móvil, ni siquiera para ser comerciales de inmobiliarias, que para eso ya llegarían el boom y la burbuja años después. (más…)
Nov 15, 2020 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
En este noviembre de la segunda ola que languidece me siento como esos caballos lentos de la novela de Mick Herron (Salamandra, 2018), espías del MI5 británico que la han pifiado en un momento de su vida y son relegados a La Ciénaga, un edificio en el que se dedican a trabajos tediosos, con el fin de que decidan marcharse sin indemnización alguna. Dan igual las faltas cometidas: el olvido de unos documentos en un tren, la confusión a la hora de detener a un sospechoso, caer en alguna de las múltiples adicciones a las que lleva una vida sin vida corriente o hablar con quien no se debe. Las razones son lo de menos. De lo que se trata es de aguantar el ostracismo al que es condenado quien comete la pifia. (más…)
Feb 2, 2020 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
He aceptado la invitación y en las últimas semanas he consentido sumarme a iniciar un camino de la anatema al diálogo, de la maldición y de la enemistad a la hermandad, a la sororidad, ese término tan bello que apela a la relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento. Pasar de la incomunicación al encuentro, de considerarla como religión proscrita a religión reconocida, del desprecio al respeto, de las descalificaciones infundadas a los debates argumentados, de los estereotipos y prejuicios a la crítica serena. Es la calzada que se abre para conocer mejor el islam, esa religión que profesan más de 1.500 millones de personas en el mundo y que se caracteriza por cinco grandes pilares: la profesión de fe, la oración, la limosna, el ayuno y la peregrinación. (más…)
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Dic 29, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
El año pasado acabó con El dolor de los demás, esa terrible historia de Miguel Ángel Hernández, con ese regreso al pasado que no cesa de volver y que fue capaz de conmover hasta la más recóndita de las entrañas ancladas en la infancia y la adolescencia. Caminos cruzados de experiencias y escenarios comunes en la huerta, la iglesia y los dramas cercanos dieron paso a una guía de lectura que ha sido lo más reconfortante en un año repleto de vivencias circulares. Delphine de Vigan, en Nada se opone a la noche, fue la encargada de clavar, quizá sin pretenderlo, la primera herida en un corazón cansado de soportar la oquedad resultante entre el deseo y la realidad, la expectativa y el presente. París, los años 60, la familia numerosa y la reconstrucción de una historia familiar que pretendía pasar desapercibida entre el nacimiento de los hijos, sus avances profesionales y el vendaval que atraviesa la vida de quienes tratan de construir sus edificios vitales sin socavar los cimientos de los ancestros. (más…)
Oct 27, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
La exhumación del Caudillo, la precampaña electoral, los
datos de la EPA, la marcha de Mario Draghi, la nueva oportunidad para el
Brexit, los disturbios en Chile, la segunda vuelta en las elecciones
bolivianas, la aparición de 39 cadáveres de inmigrantes chinos en un camión
frigorífico en Essex (Reino Unido) o el serial del procès… Sí, sí, todo eso
está muy bien, pero no me negarán que lo que de verdad mueve a las mujeres y a los
hombres es la mirada ante la vida, ante las relaciones humanas. El juego de
pareceres, de sucesos cotidianos, de pequeñas decisiones que son capaces de hacernos
reír o llorar, soñar o poner los pies en la tierra, avanzar o quedarnos parados
el resto de la existencia, odiar o amar con la misma intensidad y volumen. Los
acontecimientos son importantes. Las noticias, también. Sean locales o
mundiales. Provoquen reacciones o simplemente deambulen en las parrillas sin
pena ni gloria… y a otra cosa, mariposa.
En lo de las relaciones humanas, cada maestrillo tiene su librillo.
Maestros hay muchos. Recetas, no digamos. Y librillos, lo que se dice
librillos, para todos los gustos. Desde el Cómo ganar amigos e influir
sobre las personas, hasta El monje que vendió su Ferrari,
pasando por Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Padre
rico padre pobre, Los cuatro acuerdos o el clásico Los
hombres son de Marte, las mujeres de Venus. Y no me digan que no les
llama la atención un perfecto manual de autoayuda de un bloguero de éxito
titulado El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda,
que viene a tirar por tierra todo lo que el resto de super ventas nos venían a
decir, como aquello de empoderarnos (¡Jo, qué tiempo verbal más moderno de un
verbo tan antiguo!) y alimentarnos de positividad. Su autor, Mark Manson,
viene a desmontar esas tesis con el siguiente argumento: pues mira, resulta que
no, que las expectativas sobre nosotros mismos carecen de sentido hasta que no
sepamos gestionar (otro verbo de moda) la adversidad.
Pero cuando creíamos saberlo casi todo resulta que andábamos
equivocados. O entretenidos. O engatusados, quién lo sabe. Que antes de que
vinieran a contarnos y describirnos, por ejemplo, las características de las
personas tóxicas, esas que su vida carece de sentido si no expelen a todas
horas veneno a su alrededor, ya teníamos modelos clásicos para identificarlas.
Es lo que William Shakespeare nos cuenta en el drama de Otelo con un
personaje que es el arquetipo o modelo original y primario en el arte de amargarle
la vida al más pintado. Hablamos de Yago, el alférez del moro, el general al
servicio de Venecia, que da nombre a la obra escrita, sin ir más lejos, en
1604, casi ayer. Su venganza por no haber sido elegido oficial frente al otro
candidato, Casio, le lleva a resarcirse construyendo una falsa historia de cama
de Desdémona, la prometida de Otelo, y que conduce al desenlace de… No, no, no
voy a hacerles un spoiler para quienes aún no hayan tenido la fortuna
de leer esta obra.
Si tienen la oportunidad y, por
supuesto, la dicha, de sumergirse en la trama, quizá descubran en Yago a esos
personajes que habitan a nuestro alrededor. A esos tránsfugas que destilan odio
y resentimiento a raudales por no haber sido elegidos para la gloria, para ocupar
un cargo o liderar determinadas organizaciones. A mí me vienen varias a la
mente, como quienes pierden unas primarias en un partido político o quienes han
depositada tantas expectativas en el logro de un objetivo para el que han
empleado toda su energía que no saben gestionar (¿les suena?) que todo no salga
como esperaban. O aquellos que tratan de ocultar sus complejos, frustraciones y
fracasos contaminando todo lo que encuentran a su paso. Personas falsas, sin vida interior, incapaces
de querer a nadie, que odian con el mismo ahínco que en algún momento han
podido amar. Y frente a ellas, un
consejo: miren hacia otro lado. Dejen que el veneno siga su curso y la
toxicidad encontrará un antídoto que todo lo vence: la indiferencia. Vamos, si
se puede.
Ilustración basada en el cuadro «Othello et
Desdémone» de Théodore Chassériau
Ago 19, 2018 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
El juego de la amistad
El juego de la amistad se repite cada verano. Aunque hayan transcurrido meses y meses sin saber uno del otro, la cita es obligada. Desde hace años, Consuelo, una de las mejores amigas de quien esto suscribe, acude a un lugar del centro -hasta que cerró, era en Ipanema, en pleno corazón universitario de la ciudad- para intercambiar un libro. Es la ofrenda prevista que salda deudas de tiempo de silencio, de distancias impuestas por vidas cruzadas, de paréntesis imprevistos que se abren y cierran de nuevo cada doce meses. Así es el solaz afecto que renace en cada instante en el que los textos escritos por otros reflejan el estado de ánimo de cada uno de los protagonistas de esta historia de cariño cómplice. Se trata, en suma, de adivinar sobre qué historias y personajes puede uno sentirse parte de una relación a tres, en la que se cuela esa celestina que es la literatura. (más…)
Mar 24, 2018 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
…o aprobar esas asignaturas pendientes es uno de los grandes acontecimientos de nuestra particular vida de mortales insatisfechos. Encontrar un amor reconstruido a pedazos, perdonar de verdad, ser capaces de volver a iniciar una relación filial, hallar ese paraíso anhelado en sueños tras desenterrar fantasmas enquistados en nuestro yo más consciente… En fin, elija cualquiera de esas materias para descubrir que ese monstruo imaginario que nos asustaba desde niños es menos feroz de lo que lo pintan. Ese miedo que nos ha paralizado a lo largo de la existencia es el que ha servido de excusa para no dar saltos adelante, permanecer quietos y justificar lo injustificable. (más…)
Sep 2, 2017 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
No se conoce bien a una persona hasta que se viaja con ella. Hasta que no se comparte la intimidad de una maloliente habitación de algo llamado hotel donde lo más parecido a una ducha es una palangana con agua turbia. Hasta que no se soportan los olores corporales a bordo de un todoterreno que recorre la pista de la sabana durante horas en silencio por temor a un asalto en cualquier momento de la noche. Hasta que cocinas en un camping, aguantas la cola para ver la exposición de temporada en el museo centroeuropeo de moda, comes unas carnes o pescados, salteados con arroces y verduras bañadas en salsas especiadas mientras cierras los ojos y saboreas algo diferente. (más…)
Ago 26, 2017 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
La escena tiene lugar a comienzos de los 90 en un restaurante de Yecla. El escritor Manuel Vázquez Montalbán había sido invitado por la agrupación local del PCE con motivo de la donación que hizo un viejo comunista de una colección completa de Mundo Obrero a la biblioteca municipal, y que había conservado durante los años duros de lucha antifranquista. Hizo el viaje en coche desde Barcelona, no cobró un duro y estaba completamente relajado y ocurrente. Compartía con los comensales algunos de sus recuerdos como miembro de una peculiar célula comunista en la clandestinidad. El padre literario de Pepe Carvalho relató que durante un tiempo el partido lo consideró un infiltrado del régimen. Y todo por un comentario que hizo tras recibir la consigna de que debían de estar preparados para la lucha armada. “Mi célula la formaba una militante coja, un camarada veterano, otro que no oía mucho y un servidor. Y se me ocurrió decir en voz alta que como no viniera Carrillo y su puto cuñado a empuñar las armas, poco teníamos que hacer”, contaba entre risas de los asistentes a la cena, mientras imaginábamos la escena. (más…)
Jul 15, 2017 | Al cabo de la calle, Articulos, Mis lecturas
Que un perro mordiera el abrigo de una niña en una calle de Yecla a finales de los años 40 del pasado siglo tuvo consecuencias más allá de las que esa pequeña vivió ese mal día. El miedo desembocó en fobia y ésta caló en su descendencia en forma de rechazo a cualquier contacto animal, al menos de las especies cuadrúpedas que pueblan las casas familiares en forma de mascotas. Lo positivo del asunto es que aquella niña, ya convertida en mujer, fue capaz de identificar el momento y lugar del que procedía su aversión a los canes y que hoy, desde la distancia de toda una vida, le permite afrontar este y otros miedos cosechados a lo largo de las experiencias vividas. (más…)