Ay, qué dolor
Esta escena tiene lugar en una gran sala que era entonces la del Cine Ideal, próximo a la céntrica Plaza de Jacinto Benavente en el Madrid de los Austrias, antes de que estos locales se reconvirtieran en multicines, en bingos o en franquicias de grandes firmas comerciales. Domingo por la tarde. Programa triple: Perros callejeros y Perros callejeros II, de José Antonio de la Loma, y Deprisa, deprisa, de Carlos Saura. Ni una butaca libre. Jóvenes de Usera, Carabanchel y Vallecas escapamos al centro de la capital. Suenan los acordes de las guitarras y Los Chunguitos comienzan con aquello de “Hiciste la maleta” y todo el cine tiembla con el redoble de los golpes en el suelo que los espectadores se encargan de interpretar, mientras sigue la canción, “ay, sin decirme adiós; ay, qué dolor; ay, qué dolor; ay, qué dolor; ay, qué dolor”. (más…)