Mar 19, 2020 | Articulos, Corodiario de una Crisis, La Opinión
CORODIARIO DE UNA CRISIS | Día 4 | Miércoles 18/03/2020 | Resulta que cuando ayer les contaba que yo de mayor quiero ser como esos economistas que se apuntaron a predecir la última crisis de las hipotecas… cuando ya la sufríamos, estaba hablando del prejuicio de retrospectiva. Esto es, del sesgo que han padecido, entre otros, nuestros hiperpatriotas de Vox como Iván Espinosa de los Monteros (el marido de la precoz arquitecta Rocío Monasterio, prima a su vez de la diputada murciana Lourdes Méndez Monasterio) y que les sirvió para echarle en cara la gestión de la crisis del coronavirus Covid-19 al cariacontecido Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno del miércoles. Ni más ni menos. Pero no han sido los únicos. El presidente les devolvió la pelota. (más…)
Feb 23, 2020 | Al cabo de la calle, Articulos
Sus señorías no salían de su asombro. Unas a otras se miraban extrañadas preguntándose si estaban oyendo lo mismo. Las más avezadas creían que todo era fruto de un recurso de la oratoria del líder que, al final, acabaría dejando sorprendidos a propios y a extraños. Quienes habían hecho de la sumisión virtud en todo momento asentían sin percibir apenas lo que sucedía. En la tribuna de prensa muy pocos se dieron cuenta de que aquello era extraño. Igual ocurría entre el escaso público que había acudido a presenciar el debate. Qué más daba, porque solo estaba allí con el fin de hacer su papel de clac, dejarse ver como estómagos agradecidos que eran. Lo de menos era el contenido de la intervención. Lo de más que se les viera… por lo que pudiera pasar.
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Ene 12, 2020 | Al cabo de la calle, Articulos
La derecha lo borda y cuando se pone a repartir carnés de patriotismo no hay quien le gane. Carnés de españoles auténticos, de defensores de la hispanidad, de los valores cristianos del mundo civilizado. A lanzar en un tono impostado y agudo los vivas al Rey, a España y a la madre que nos parió no la supera nadie. A la Constitución, ya es otro cantar, porque la Carta Magna es un libro gordo de Petete de quita y pon. Una vez me interesa, otra no. Y que no se le recuerde, por favor, acabáramos, qué votó cuando hubo que hacerlo allá por el año 78 del siglo pasado. La derecha entonces no se expresaba como tal. Formaba parte del cascarón del propio Régimen, de donde viene y va, querría ir… y a mucha honra. (más…)
Dic 14, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos, La Opinión
La escena sucede en la sala de estar de una vivienda cualquiera. Ella tiene la pierna extendida sobre un pequeño taburete acolchado, puesto que le han ordenado guardar reposo por un problema muscular. Él pasa a su lado dispuesto a sentarse en el sofá, porque el partido de la Champion está a punto de comenzar. Absorto en sus cosas, sin percibir que hay alguien en la estancia golpea la extremidad de la susodicha y ésta, de manera instintiva, lanza un exabrupto y reclama que tenga cuidado por donde pasa. Él, ni corto ni perezoso, le responde con un improperio y reclama que es ella quien debe tener cuidado y advertir de la situación. Ya está el lío montado. Así empiezan las guerras, las domésticas, las políticas y las mundiales. Qué se le va a hacer. Este es el género humano. Así somos nosotros.
El poeta irlandés William Butler Yeats escribió que “en los
sueños comienzan las responsabilidades”, y yo sueño con ese día en el que
asumamos las nuestras, desde las personales y familiares hasta las sociales,
políticas o económicas. Un día en el que no miremos hacia otro lado. En el que
dejemos de escupir al otro sus culpas o fracasos, mientras que desviamos la
mirada cuando alguien nos recuerda que el tiempo corre a nuestro lado. No a
nuestra contra, porque esa es una visión cortoplacista, sino en paralelo con lo
que decimos y hacemos. Con lo que proclamamos.
El Mar Menor se muere, y los principales causantes de esa muerte tienen nombres y apellidos e identificaciones fiscales
Parece que estamos condenados a vivir en un mundo
infantilizado, en un mundo temeroso en el que somos cómplices de escoger a
personas inmaduras, dotadas de un caparazón inasequible a cualquier estímulo
que les pueda provocar un movimiento de cambio. Creemos que si cerramos los
ojos las cosas no suceden. Que si ocultamos la pobreza a base de luces y
árboles de Navidad la exclusión no existe, que los números son eso, números sin
rostro. Pero resulta que por mucho que elevemos el volumen de la música los
lamentos no quedan enmudecidos. La realidad de la desigualdad es la que es y el
Informe Foessa de Cáritas nos la ha recordado esta semana. Bueno, nos la viene
recordando desde hace décadas, pero parece que da igual. Total, como resulta
que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pues ya están las
responsabilidades compartidas, y aquí paz y después gloria.
El Mar Menor se muere, y los principales causantes de esa
muerte tienen nombres y apellidos e identificaciones fiscales. Forman parte de
consejos de administración, ejecutivas de partidos políticos y organizaciones
profesionales y empresariales. Los encuentras en el organigrama de las
administraciones públicas, están en despachos o en sus casas disfrutando de un
supuesto y apacible retiro. Menos mal que la Fiscalía ha hecho su trabajo. Sin
medios, eso sí, pero con dignidad. Y ahora resulta que la responsabilidad es de
todos. Que todos tenemos culpa. O lo que es lo mismo, que indultemos a los que
están arriba, en los gobiernos, en las cúpulas de las empresas agrícolas o
urbanísticas. Los que han derogado leyes protectoras del medio ambiente, los
que han mirado hacia otro lado, los que han impulsado desarrollos urbanísticos
y agrícolas, los ejecutores de los proyectos y planes, todos ellos, pobrecitos,
son muy sensibles y no pueden ser blanco de las críticas y d campañas de
descrédito. De los ataques, de los reproches. Qué impresionables son. Animalicos,
si todo lo hacían por nuestro bien. Y además los votábamos, les dábamos premios
y más premios. Todos ganábamos, vendíamos y comprábamos por doquier.
Pues miren ustedes. Resulta que yo no he sido. Si golpeo la
pierna de mi parienta sentada en el sofá de casa voy y le pido perdón. La
siguiente vez prestaré más atención y trataré de ser más consciente de donde
estoy y lo que tengo a mi alrededor. Dejen de tratarme como un pelele. Yo no
les voté ni les votaré. No especulé con mi segunda vivienda, porque no la tengo.
Si un día meé en el agua, de eso no viene una anoxia. La falta de oxígeno es la
que noto cuando pretenden engatusarme con su relato de las responsabilidades
compartidas, ese relato que le compran muchos. Yo no. A mí suena a eso de la
obediencia debida, cómplice de genocidios y masacres en muchas partes del
mundo. Olvídenme con discurso del ‘y tú más’. Hagan su trabajo, el de la
mayoría silenciada, no el de convertirse en lo que son: títeres de quien rige
los destinos mirando al personal como monederos andantes. Y al menos, si no son
capaces de asumir su responsabilidad, cállense y siéntese en un sofá, con la
pierna extendida.
Dic 1, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Si 10.034 personas continúan con las protestas de la campaña #SOSMarMenor de forma prolongada, conseguirán el objetivo de salvar este espacio natural. O al menos recuperar una gran parte del ecosistema de la laguna y de su entorno. Solo tienen que seguir el ejemplo de lo conseguido por 15.651 vecinos y vecinas de Murcia capital en su lucha por el soterramiento de las vías del tren a su paso por la ciudad. De forma constante, de forma pacífica y, sobre todo, de forma activa.
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Nov 17, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos, La Opinión
De la despedida
de Alberto Carlos Rivera Díaz del pasado lunes me quedo con la última parte
de su intervención. Anunció su dimisión como presidente de Ciudadanos, que no
ocupaba su escaño y su abandono de la vida política. Sin autocrítica, porque
eso parece que no va con los macho-alfa aspirantes a presidente, pero con un
argumento que me sonó falso: su confianza en la nueva etapa de que ahora será
mejor hijo, mejor padre, mejor pareja y mejor amigo. Todo porque había llegado
el momento de dedicarse a su familia. ¿Qué había hecho hasta entonces? ¿De
dónde alimentaba su visión del mundo real?
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Nov 3, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Imaginen la escena: Alberto Carlos Rivera, disfrazado de
fantasma; Cayetana Álvarez de Toledo, con negro satén vestida de bruja,
acompañada de Pablo Casado con un tornillo lateral en la cabeza, cual
Frankenstein; Pablo Manuel Iglesias, de zombi; Santiago Abascal, de jinete sin
cabeza; Íñigo Errejón, de bebé ataviado con traje de murciélago, con alitas y
todo, y Pedro Sánchez, con disfraz de esqueleto superviviente de mil batallas.
Todos ellos, de recorrido casa por casa, con la cantinela del “¿truco o voto?”.
La respuesta no se hace esperar: “¡truco, truco…!”. Porque del voto, mejor no
hablar. Un voto que ha vuelto como un búmeran, recordemos, por la incapacidad
de llegar a acuerdos. De dialogar. De mirar un poco más allá de la estrategia
de supervivencia y el tacticismo. Amén de construir eso que los politólogos de
cabecera llaman ‘el relato’ con el que justificar lo injustificable.
Lo grave del truco o trato tiene que ver con la
lección que nos han dado quienes, en teoría, están embarcados en acoger y
albergar la representatividad de la ciudadanía. Porque no olvidemos que estamos
aquí porque ellos no han sido capaces de sentarse en serio, mirarse cara a
cara, a los ojos, no a los plasmas o a los timelines (cronologías) de las redes
sociales, y abordar con sentido común que las estrategias son papel mojado
cuando las necesidades son tantas, especialmente de quienes peor parte se han
llevado de esta etapa de los sacrificios impuestos, en forma de precariedad y
desigualdad.
No me negarán que en este mundo del espectáculo las ramas de
los eslóganes emocionales y las frases de laboratorio no nos dejan ver el
bosque de la realidad política. Lo alejado que están los temas de las
maquinarias electorales de aquellos que afectan a la vida de las trabajadoras y los trabajadores, en especial
los más vulnerables, que deberían ser el objetivo principal de una acción
política a la altura de la dignidad humana. No descubrimos nada si se los
recuerdo: la pobreza y exclusión, el empleo insuficiente y precario; la
insostenible deuda pública y privada, la orientación económica hacia el
crecimiento que no resuelve la desigualdad entre sectores de la población, ni
entre comunidades autónomas, ni atiende las necesidades de las personas; la
débil solidaridad y cooperación internacional al tiempo que aumenta el gasto
militar; y el fracaso de las políticas contra el calentamiento global basadas
en la mercantilización del entorno.
No todo vale. Bien es verdad que los gurús que mueven los
hilos de las campañas electorales tratan de banalizar la política. Y que en
ocasiones los propios medios de comunicación, convertidos en actores
principales de la vida pública, promueven una visión de las campañas
electorales como una competencia descarnada por el poder, sin mayor vocación de
servicio, sustituyendo el debate de ideas y propuestas por el espectáculo y el
escándalo.
De ahí que sea deseable acabar con la práctica del insulto,
la falacia y la crítica indiscriminada a la clase política para no contribuir
al envilecimiento de la vida social y al deterioro de la conciencia cívica. Y
ahí entramos todos, porque depende también del papel de cada persona y
colectivo en las redes sociales y de los medios elegidos para informarnos.
Frente al truco o trato es el momento para renovar
nuestra cultura política. No se resuelve en una semana, pero este período es
una oportunidad extraordinaria para promover otra manera de entender la política,
a través de un mayor grado de participación y compromiso personal que va más
allá del voto. Incorporando la dimensión política a nuestras vidas podemos
exigir que se atienda a las verdaderas necesidades del pueblo, buscando el bien
común y priorizando a los más empobrecidos, y que los programas reflejen la
acción de gobierno que efectivamente se quiere llevar a cabo. Movilizaciones ciudadanas
como las de #SOSMarMenor o como la del soterramiento de las vías, las mareas,
los pensionistas… son ejemplos de ello. La política sigue siendo importante. Y
votar, también. Tomen nota y recibiremos un dulce por recompensa. ¡Voto, voto…!
Oct 20, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
“El mar es el lugar de donde venimos y a donde, gracias al cambio climático, vamos”. John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014, así lo afirmaba cuando vino a recoger el galardón hace un lustro. No en balde, abre y cierra una de sus grandes novelas, El mar, con referencias a ese personaje animado que preside esta historia sobre la memoria. “Se marcharon, los dioses, el día de la extraña marea”, escribe al comienzo, y termina el último párrafo con “una enfermera vino a buscarme. Me di la vuelta y la seguí hacia el interior del hospital, y fue como si me adentrara en el mar”.
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Oct 6, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos, La Opinión
En el día de hoy no sé a ciencia cierta si las tropas
nacionales han alcanzado los últimos objetivos militares. De lo que sí estoy
seguro es de que han conseguido adentrarse por los recovecos que la democracia
permite a todo el mundo. Están en las instituciones, presiden comisiones
parlamentarias, se les escucha, se les permite que hayan marcado la agenda y se
han convertido en fundamentales para aprobar presupuestos tras constituir
gobiernos que venían arrastrando la enfermedad de la corrupción. Eso sí, con la
complicidad necesaria, de una parte, de quienes hasta la fecha se mostraban
como adalides de la regeneración y de la nueva política. De otra, la que jamás
había ocultado que albergaba en su seno a esa milicia siempre dispuesta a
volver a sus orígenes. Eso de los cordones sanitarios es muy europeo, pero aquí,
en las esencias patrias, no se lleva.
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Jul 28, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Carlos Alberto Rivera debe de estar que se sube por las paredes. ¿Cómo se les ha escapado a mi gente de Murcia una iniciativa sin igual?, se pregunta contrariado estos días. ¿De qué me sirve hacer un Consejo de Administración de la franquicia a mi imagen y semejanza si luego nos perdemos las mejores? Está claro que el autodenominado líder de la oposición, se empeñen Casado y Teo de hacérselo ver, no le va a perdonar a su portavoz Mario Gómez, enjugascado como está con la cartera de Fomento y adalid de las antiredes clientelares de los contratos menores, que una iniciativa como la de Vox se les haya ido de las manos en el Ayuntamiento de Murcia
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Jul 20, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Este fin de semana voy a
dormir más tranquilo. La altura de miras de Vox, Ciudadanos y, lógicamente, del
PP, han desbloqueado el acuerdo de investidura en la Región de Murcia. A la
Comunidad de Madrid le quedan horas. Ya hay garantes contra el adoctrinamiento político
en las aulas. Mis sobrinos y sus compañeros y compañeras de clase serán
formados en aquellos valores patrios que ansían, bajo la supervisión de la
Inspección educativa. Qué grandes son. Si es que no puedo evitarlo. Me
emocionan. Sinceramente era lo que todo el mundo quería. Lo que reclamábamos en
las calles, en los talleres, en los hospitales y en nuestras casas. Lo acordado
en los hoteles va a misa, porque la derecha, cuando dice de ponerse de acuerdo,
lo hace hasta en la cama.
Permítaseme, sin embargo, que
visto lo visto en las últimas semanas, pueda desear enviar al rincón de pensar
a mucha gente de distinto pelaje y condición. No solamente por el espectáculo político
vivido aquí, en esta tierra, sino en otros lugares del país y, si me apuran,
del mundo mundial. Al rincón de pensar para eso, para pensar, reflexionar,
meditar, rezar, hacer mindfulness… lo que quieran según sus creencias.
En primer lugar, por la
inmediatez del momento, quiero remitir a ese espacio a quienes han venido
diciendo en campaña electoral que harían unas cosas y han hecho otras. Por
coherencia de la buena. Por el valor de su palabra y porque no se inmutan y
creen que la cosa no va con ellos. Modelo de virtud y virtuosismo.
Expido a ese retiro a quienes
no hablan de la precariedad, del valor de la negociación colectiva, de la
pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades o la transmisión
intergeneracional de la exclusión social. Pero eso sí, son todos muy
emprendedores y quieren aligerar las trabas administrativas para el dinero porque
han redescubierto que el liberalismo es lo mejor de lo mejor. Vamos, anda.
Se trata de despachar al rincón de pensar, en definitiva, a toda esa tribu de individuos que precisan un alto en el camino para comprobar que sus vidas las controlan realmente ellos.
Deseo facturar a ese
escondite a quienes solo tienen ojitos para su ombligo, los del yo, mí, me,
conmigo… y si queda algún hueco, pues vuelta a empezar. Aquellos que miran con
soberbia por encima del hombro, que son clasistas y que, por tanto, son sumisos
con los poderosos y crueles con los débiles. Quienes se creen sus propias
mentiras y viven en un permanente dualismo entre lo que dicen creer, lo que
realmente profesan y lo que hacen. Personas con creencias delirantes y
comportamientos confusos. Patologías más comunes de lo que cabría pensar.
Se trata de despachar al
rincón de pensar, en definitiva, a toda esa tribu de individuos que precisan un
alto en el camino para comprobar que sus vidas las controlan realmente ellos.
Con sus luces y sus sombras y, lógicamente, con sus certezas y contradicciones.
En un habitáculo en el que no está excluido nadie que tenga dos dedos de frente
y sepa mirar a los ojos y afrontar las consecuencias de sus actos. Yo me apunto
el primero, sin dudarlo. No vaya a ser que lo esté necesitando sin falta y aún
no me haya dado cuenta. Allí aguardo a quienes estén dispuestos, permítaseme de
nuevo, a un examen de conciencia ciudadano y laico. Pero eso sí, absténganse de
tomarnos el pelo más de lo que ya lo han hecho.
Jul 13, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Solo recuerdo dos ocasiones en las que mi padre perdió los
nervios y me dio sendas bofetadas en mi infancia. La primera, cuando crucé con
mi hermano la autopista de La Coruña, la A6, en el verano de 1973, durante una
estancia en el municipio madrileño de Las Rozas. La segunda, cuando le rompí su
máquina de fotos Voigtländer
que se había comprado en París en su etapa de emigrante, a principios de los
años 60, y que era una joya preciada con la que plasmó los recuerdos de sus
primeros años de matrimonio.
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Jul 6, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Siempre se ha dicho lo contrario, esto es, que donde comen dos, comen tres. Pero ahora las cosas han cambiado. Ya no hay sitio para uno más, porque lo que hay que repartir es escaso y no se puede permitir que pasen hambre los tres. Máxime cuando puede llegar uno de enfrente curtido en la resistencia (y en la resiliencia, no lo olvidemos) y se lo lleve todo. Por tanto, o dejamos que la ley del más fuerte impere a sus anchas, o que ellos se pongan de acuerdo antes de que intervenga alguien por arriba y dictamine quién sobra y quién se queda.
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Jun 15, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
La tristeza de los últimos días solo la puedo combatir con
la literatura. El desolador panorama que va a quedar en las comunidades
autónomas y ayuntamientos que continuarán gobernados por el PP, con la herencia
de la corrupción y el clientelismo, se deberá a la complicidad de Ciudadanos. A
una estrategia inspirada por Alberto Carlos, el franquiciante de la marca
naranja, que ejecuta de manera obediente y sin mácula los franquiciatarios de
turno. Uno actúa como dueño del producto partidario, de la marca en toda regla,
del servicio a los gobiernos en los que perviva el modelo de negocio político
del centro derecha. Los otros, como receptores del producto a explotar. Y en
medio de ellos, en muchos casos, junto a esos hijos que siempre estuvieron en
la casa de los padres y en los últimos tiempos habían querido buscar su camino
por su cuenta. Pero al fin y a la postre, quien siempre pone la cazuela al
centro son los progenitores. Por eso ha sido tan fácil recuperar la habitación
que habían dejado provisionalmente desocupada.
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Feb 2, 2019 | Al cabo de la calle, Articulos
Quienes acudan este fin de semana a sus parroquias o
participen en cualquier misa dominical se encontrarán con las duras
experiencias que atravesaron en su devenir los llamados profetas. No lo
tuvieron fácil, porque eran esos pepitos
grillo que denunciaban a los cuatro vientos las tropelías de quienes
gobernaban esa parte del planeta de donde arranca la cultura occidental
judeocristiana. Jeremías fue uno de ellos y sufrió persecución. Vamos, que se
la jugó. Lo gracioso del tema del evangelio de Lucas del domingo (si es que
acaso tiene alguna) es que cuando a Jesús le tratan de subir el ego en la
sinagoga tras su predicación va el chaval y les suelta aquello de que “ningún
profeta es aceptado en su pueblo”, los pone frente al espejo de sus
contradicciones nacionalistas y de nación supuestamente elegida y el público se
cabrea de lo lindo: ni cortos ni perezosos lo sacan de la ciudad con intención
de despeñarlo en un precipicio. Lindezas del momento.
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