Nada más ser nombrado vicepresidente del Gobierno de Franco, en junio de 1973, Luis Carrero Blanco encargó un informe relativo a las deterioradas relaciones entre la Iglesia postconciliar y el Estado nacional-católico. En ese trabajo realizado por los servicios de información, entre ellos, la temida Brigada Político-Social, destaca un curioso dato: mientras que el 11 por ciento del clero secular español es desafecto al régimen franquista, en el caso de la Diócesis de Cartagena, de los 387 sacerdotes seculares, los desafectos eran 89 (un 23 por ciento, casi uno de cada cuatro). Sólo las diócesis del País Vasco y de Navarra tenían porcentajes superiores de desafección política.
Primeros recuerdos
A ese año se remonta mi primer recuerdo de Cartagena. Hay olores que se agarran a tus fosas nasales de tal forma que, hasta pasado un tiempo, siguen trasladándote al lugar en el que se inhalaron, por mucha distancia que haya. Se convierten en la evocación de una experiencia que tarda muchos años en diluirse. Era la primera que viajé a la ciudad y en mi memoria quedó grabado un lúgubre piso de la barriada de la Puerta de la Villa, al que se accedía por unas empinadas escaleras. En él vivía mi amiga Conchi junto a sus padres, Carmen Álvarez y Santiago Pintado, y el resto de sus hermanos: Juanito, Santi y Luci. Todos compartían vida con un sacerdote yeclano, a la sazón párroco de la Catedral Antigua.
Santa María la Vieja atesoró a finales de los 60 muchas historias de vida repletas de deseos de cambio
Sí, sí… entre las ruinas de la que es, sin duda, una de las primeras sedes episcopales de la península ibérica, se alzaba una parroquia llamada de Santa María la Antigua. En ese momento yo apenas tenía nueve años. Aunque traspasé sus derruidos muros y conocí los locales anexos a la pequeña capilla que aún permanecía en pie, no podía ser capaz de adivinar la vida que se atesoraba en ese recinto desde mediados de los años sesenta. Una savia que fue pasión pura para muchas personas, jóvenes y mayores, atraídas por los deseos de cambio social, político y religioso, en el contexto del denominado tardofranquismo de una ciudad militarizada, no solo marcada por la presencia del Ejército sino por una serie de empresas estratégicas en las que una convulsa clase obrera trataba de abrirse paso en sus reivindicaciones.
Renovación conciliar
Esas historias de vida son las que tratado de recoger ese cura yeclano Pedro Castaño Santa en La otra cara de la Catedral Antigua (2022), que retrata todo lo vivido en la Parroquia de Santa María la Antigua entre los años 1967 y 1976 en los que estuvo adscrita a la Diócesis de Cartagena y donde, en sus poco más de cien páginas logra cumplir el principal objetivo que le ha llevado a remover recuerdos y a recopilar documentos y fotografías de esos años: mantener viva la memoria de lo que allí aconteció. Y lo hace de una manera ordenada que arranca con su ubicación en la ciudad y los primeros pasos de las misas que allí se celebraban desde los años cuarenta en la única capilla que se salvó de los bombardeos del ejército sublevado, sí, de los ataques de las fuerzas de la mal llamada Cruzada contra el comunismo y el ateísmo.
A la izquierda, un momento de la presentación del libro en el Casino de Cartagena. En la imagen de la derecha, Pedro Castaño, en el centro, junto a quienes participaron en la presentación del libro, el pasado 23 de febrero, en el Edificio Moneo, en Murcia.
No resulta extraño, pues, que entre esas ruinas creciera una experiencia litúrgica de la mano de la renovación conciliar del Vaticano II, así como una pastoral encarnada en la realidad del mundo obrero de entonces. Desde los más jóvenes de la JOC, a los más veteranos de la HOAC y lugar de encuentro de los curas obreros de la comarca, junto a muchos otros que bien podrían formar parte de aquel numeroso grupo del clero secular desafecto al Régimen.
Lugar de la memoria
Santa María la Antigua fue sede de reuniones clandestinas donde se organizaban huelgas, almacén de distribución de la editorial ZYX (una de las pocas que combatía la ignorancia y la indiferencia del franquismo a través de la cultura popular), lugar que acogería la Educación de Adultos y el colectivo Carmen Conde, centro de formación y de ocio para jóvenes, comedor comunitario, guardería laboral, hasta sala de conciertos, sede de la Cofradía del Cristo de Socorro, punto de encuentro de las Comunidades de Base y Casa de Acogida. Cada una de esas realidades está atravesada por hombres y mujeres embarcados en deseos de cambio. Muchos quedan en mis recuerdos personales, como Pepe Ros o Juan Andreu. La mayoría de esa gente estaba contagiada por una fe que los llevaba a no tener miedo a manifestarla. También había personas que, desde su agnosticismo o ateísmo militantes, eran capaces de estrechar lazos por un bien superior que no era otro que combatir la injusticia.
El historiador Antonio Martínez Ovejero, que fue aprendiz en la Bazán, dirigente de la JOC, militante de la USO y destacado político socialista en los primeros años de la democracia, tiene muy claro que la Catedral Antigua reúne todos los requisitos para ser designada como Lugar de la Memoria Democrática de Cartagena. Tras recorrer el libro de Pedro Castaño no quedan duda y estoy seguro que quienes vivieron esos años podrán dar fe de ello. De ahí que no resulte extraño suscribir la afirmación de Milan Kundera, acerca de que la lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido. Una memoria que ayudaría a entender, entre otros, los momentos presentes de la política, la Iglesia y el sindicalismo.
No le hizo falta exhibir la navaja. Fue suficiente con la amenaza y el amago de esgrimirla desde el interior de su raída chupa. El joven yonqui era incapaz de mirar directamente a los ojos. Su voz cascada, su tono exasperado y su mano izquierda interponiéndose entre su maltrecho cuerpo y la puerta de la cabina telefónica fueron suficientes. Tranqui, colega, le espeté, que te doy lo que tenga. Y lo que tenía era un arrugado billete de 5.000 pesetas con el que pensaba pasar la semana. Han transcurrido cuatro décadas, pero tengo viva esas imágenes como si hubieran acaecido hace unas horas. Acababa de hablar con mis padres para darles cuenta de las novedades de los últimos días. Experimenté la vulnerabilidad, la impotencia y el desasosiego frente a quien que es capaz de lo que sea para meterse un chute. No merecía la pena hacerse el valiente. Eran las ocho de la tarde y había una vida por delante.
Lazos de hermandad
La escena tuvo lugar en una calle lateral de la entonces Parroquia (desde 2007, Centro Pastoral) de San Carlos Borromeo, en Entrevías, en el extrarradio del barrio de Vallecas. Una iglesia en la que celebraba Enrique de Castro (Madrid 1943-2023), y a la que acudíamos una variopinta grey convocada por la prueba de una fe que es capaz de mover montañas, corazones y deseos escondidos. Eran los años en los que el caballo campaba a sus anchas por los distritos más pobres de la capital. Barrios obreros, repletos de conciencia, castigados por el jaco, y hermanados por el paro, la precariedad y la pobreza. Allí, ente aquellas paredes, en un templo humilde, en sus locales, bajo la advocación de un santo que, paradojas del destino, era el patrón de los trabajadores de la bolsa y de la banca, se fraguaba un testimonio encarnado de los que marcan una vida.
Esos salones parroquiales estaban pariendo redes de solidaridad, de denuncia, de lazos de hermandad, como los de las Madres contra la Droga, los Traperos de Emaús, la Coordinadora de Barrios y, un poco después, los movimientos de Papeles para Todos y para Todas. Vivir cualquier eucaristía en sus bancos provocaba un escalofrío que recorría los cuerpos mortales como expresión palpable de un misterio de fe y trascendencia que era imposible aprisionar entre aquellos muros. Eso ocurría en un lugar llamado Entrevías… y entonces, sin metro.
Ternura derramada
Muy cerca de allí, camino del Pozo del Tío Raimundo, en una casita baja con patio, Enrique de Castro abría sus puertas a chavales de la calle, a aquellos que Carlos Saura retrató en Deprisa, deprisa (1981). A jóvenes parejas que habían huido de sus casas en busca de un hogar en medio de la nada. Allí siempre había una mesa dispuesta para celebrar la vida en torno a un plato de comida. La ternura se derramaba en aquellas estancias, en mitad de historias de dolor. Eran tiempos para saborear que la miseria y el desarraigo son capaces de vapulear los proyectos y las tentaciones de quedarse al margen de la vida de los otros. De quienes no cuentan.
San Carlos Borromeo, con Pepe Díaz y Javier Baeza, compañeros de Enrique, era un santuario, un lugar de peregrinación y acogida, un lugar de encuentro en el que sentir a un Dios cercano, a un Dios que lucha en la calle, a un Dios de rostro curtido, al que se aprecia que forma parte de tu gente. Que no es distante ni está secuestrado por quienes se creen poseedores de una verdad absoluta, arrebatada a las personas sencillas, a las humildes, a las sin nadie.
Luz en su mirada
Años después volví a encontrarme con Enrique de Castro en las batallas protagonizadas por la Coordinadora de Barrios a lo largo y ancho de toda España. Estuvo varias veces aquí, en Murcia. A mediados de los 90 se le notaba cansado, agotado, pero nunca vencido. No había desaparecido esa luz de su mirada. Una mirada que se apagó la semana pasada pero que ha estado repleta de fortaleza y compromiso. Primero, como cura obrero, apoyando el sindicalismo que renació en las sacristías. Después, como acompañante de toxicómanos, de sus madres, y de personas migrantes. Defendió, sin avasallar, su opción por los últimos y, como suele ser habitual, se granjeó la incomprensión de parte de la jerarquía de su iglesia, esa misma que fue cómplice de la ejecución del obrero de Nazaret hace dos milenios.
Parte de sus vivencias las dejó por escrito en ¿Hay que colgarlos? (Popular, 1985), y en aquel otro que encabeza estas letras, Dios es ateo (Popular, 1997), un título que es un aparente oxímoron pero que reflejaba sus convicciones y vivencias más profundas. Allí afirmaba, entre otras cosas, que «para el rico siempre será peligroso que el pobre encuentre su fe porque entiende ésta como una amenaza contra sus seguridades y poderes adquiridos, por lo que ha decidido comprarla y devolverla como una moneda adulterada que sirve a sus propios intereses. Ya no será fe sino creencia, cuyo objeto es un Dios garante del orden establecido impuesto por los poderosos, de la sumisión, la obediencia y la moral clasista. Un dios que garantizará los pactos de religión con el poder de los Estados, las inquisiciones medievales y las de ahora, que impondrá dogmas oscurantistas, al igual que las sectas, sólo accesibles a teólogos y eclesiásticos, pero no al pueblo…». Hasta pronto, Enrique.
Un bello (y a la vez, duro) libro que recoge toda una vida sustentada en grandes ideales
“Si quieres vivir libremente, nos ha dicho José Bergamín, procura vivir encadenado. Y encadenada vivo a los recuerdos abusando de la paciencia de los que me escuchan”. Así refiere María Teresa León (Logroño, 1903 – Madrid, 1988) las páginas conclusivas de su Memoria de la melancolía (Roma, 1970), uno de los textos más bellos que han caído en mis manos en los últimos tiempos. El conmovedor testimonio de quien tuvo la dicha de vivir el tiempo de cambio y utopías de nuestra dolorosa España de los años 30, y la tragedia, a la vez, por pagar un alto precio en el exilio argelino, francés, argentino o romano junto a Rafael Alberti. Rica y privilegiada memoria de quien ha sido testigo de un siglo y de innumerables compañeros de viaje, como Picasso, Unamuno, Neruda, Machado, Rosa Chacel, Louis Aragon, Rubén Darío, Bertolt Brecht, Frida Kahlo, Camus, Paul Éluard…
Heridas que paralizan
Vivir encadenado a los recuerdos nos trae a veces complicaciones arracimadas de sueños, golpes, vivencias y heridas que paralizan y frenan impulsos vitales que precisan unas gotas de aire para alimentar la esperanza. Evocar todo aquello que hemos sido desde niños, invocar a nuestros ancestros y tratar de hallar esas resonancias que aparecen cuando menos se les espera se convierte en un sanador juego para descubrir, sinceramente, quiénes somos y en qué nos hemos convertido.
De ahí que homenajear a una de las Sinsombrero es la mejor ocasión para el reencuentro con las páginas de este diario en el que, a lo largo de casi veinticinco años, siempre he intentado estar al cabo de la calle. Con mayor o menor lucidez, según el momento vital, con ausencias y lapsos incluidos. Dios nos libre de quienes se creen poseedores de una clarividencia lineal a lo largo de su existir.
María Teresa León fue una de aquellas mujeres de la Generación del 27 que apenas estudiamos en ese BUP de Vicente Aleixandre, Cernuda y, a lo sumo, Alberti. Eclipsadas por el peso cultural repleto de expresiones políticas y culturales que hoy podríamos calificar de patriarcales, ya no sirven excusas para colocar en primera línea a aquellas destacadas figuras de la pintura, la escultura, la literatura, la escena, la universidad y la investigación en sus diferentes manifestaciones.
Páginas que trascienden
Las páginas de Memoria de la melancolía trascienden la mera biografía de quien ha vivido en primera persona un compromiso político en una turbulenta etapa de la España que pudo haber sido algo más que una unidad de destino en lo universal en la que quedó. Testigo de los cambios que se vivían en un mundo marcado por los totalitarismos, algunos sustentados en una ideología por la que dejó sus orígenes burgueses por la opción que le iba a complicar su vida, no se resignó a mirar de lado ante lo que se avecinaba.
En otro momento escribí que la melancolía es un estado de ánimo que nos une a través de fronteras físicas y temporales y es difícil encontrar un periodo histórico o una cultura sin rastro de sentimientos melancólicos. Ahora lo hacemos sobre todos esos sentimientos que suscitan a la autora el exilio, el desarraigo. La evocación por otro tiempo pasado, uno que pudo haber sido y no fue.
No consigo ser capaz de sentir lo que puede pasar por el corazón de una persona exiliada, de una refugiada. El exilio es atroz
Hablar de la obra de María Teresa León es hacerlo de la novela, el teatro, el cuento, la poesía, el ensayo y el guion para cine. Ella educó, cantó y animó en la Guerra, y fue parte de empresas teatrales y de colectivos culturales. Activa protagonista en la supervisión del traslado de las obras del Prado, de Toledo, de El Escorial, hablaba por la radio y era traductora. Como ella recuerda, «siempre haciendo algo”. Y se pregunta: “¿Por qué estaremos siempre haciendo algo las mujeres? En las manos no se nos ven los años sino los trabajos…».
No consigo ser capaz de sentir lo que puede pasar por el corazón de una persona exiliada, de una refugiada. El exilio es atroz. El desarraigo, una maldición ante el que cabe poco más que dirigir una mirada de ternura. Cuando veo esas imágenes en blanco y negro de quienes tuvieron que abandonar su país para morir en otra tierra no puedo por menos que dejar escapar unas lágrimas de dolor. Tanta esperanza e ilusiones frustradas en el paso de los Pirineos o en los barcos que cruzaban el Atlántico camino de México o la Argentina, o se quedaban a pocas millas en destino a Orán. Como hoy lo hacen en Siria, en la República Democrática del Congo o Sudán, entre otros países. Son más de 25 millones las personas refugiadas bajo el mandato de ACNUR a consecuencia de conflictos y persecuciones.
Pobre España
María Teresa se permite pedir perdón por “la reiteración de las palabras tristes” al hablar de la guerra. “No he evitado cuando lo creí necesario llamar pobre a mi España ni desgraciado a mi pueblo, ni desamparados a los que padecieron persecución, ni desesperados a los que sufrieron tantas enfermedades de abandono”, afirma. Desesperada a finales de los años 60 porque “sé que ya en el mundo apenas se nos oye” reafirma, sin embargo, que “siempre habrá quedado el eco, pues el único camino que hemos hecho los desterrados de España es el de la resignación. Pero feliz el pueblo que puede recuperarse tantas veces para sobrevivir. Es el orgullo del desdichado. (…) Tal vez yo no debería haber escrito este libro, pero escribir es mi enfermedad incurable”. Como la nuestra.
Nana Pez ilustrará esta nueva etapa de Al Cabo de la Calle. Es una artista plástica multidisciplinar, pedagoga social y psicopedagoga.
Justina Jiménez Salcedo falleció en la madrugada del pasado martes, 18 de octubre de 2022, en el Hospital Morales Meseguer de Murcia. No murió sola. Se entregó en los brazos del Padre-Madre Dios tras una vida intensa, en compañía de sus hermanas Juani y María. El resto de su familia, amigas, compañeras y compañeros de mil de batallas en la fábrica, el barrio, la librería Demos, en la HOAC… hemos estado junto a ella con la fuerza y energía del Espíritu que a lo largo de su vida le ha derramado y llenado de dones y gracia.
Nacida en la pedanía caravaqueña de Cañada de la Cruz en el año 1951, a los pocos años llegó junto a sus padres y hermanos a Molina de Segura, polo de atracción de centenares de personas en busca de un empleo en las fábricas de la conserva y sus industrias auxiliares. En una de esas empresas, Emursa, dedicada a la fabricación de envases metálicos, recaló Justina muy joven, donde empezó a vivir sus primeras experiencias de compromiso sindical para la mejora de las condiciones de trabajo de sus empleadas, especialmente mujeres.
De la fábrica a la Demos
Allí conoció a la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y a la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y su compromiso como enlace sindical dio paso, posteriormente, a implicarse directamente en el impulso de la Librería Demos de Molina de Segura, una de las tres que se crearon en la Región (además de la de Murcia y la de Yecla), de manos de la Editorial ZYX y con militantes hoacistas.
Gracias al centro de adultos de la Escuela Equipo consiguió el Graduado Escolar. Le movía implicarse en la difusión de la lectura como instrumento de la promoción del pueblo, en unos años donde la cultura dominante venía marcada por el franquismo y la represión social, política y sindical. Una implicación en favor de la cultura obrera que le llevó durante varias décadas a estar en el mostrador, la trastienda, los expositores de libros y, sobre todo, con la sonrisa, la acogida y la palabra amable a cualquiera que traspasase la puerta de la tienda en busca de algún texto o juego educativo que precisase.
Actividades con niños y menores en San José Obrero.
Opción por las mujeres
Su compromiso también le llevó al barrio de San José Obrero de Alcantarilla, donde vivió unos años trabajando en favor de la promoción de las mujeres gitanas. Esas que en su funeral declararon que gracias a ella habían llegado a ser hoy lo que son, y que ofrecieron una corona de flores como recuerdo de “Tus gitanicas de La Puebla”. Su humilde vivienda acabó siendo una ludoteca.
En la Eucaristía de despedida en la Parroquia de la Sagrada Familia, presidida por su gran amigo, el sacerdote y consiliario Joaquín Sánchez, la familia hoacista de su Equipo Trinidad (que le ha acompañado en los últimos veinte años) le dedicó unas palabras que trataron de resumir quién ha sido Justi para todas y cada una de las personas que acudieron la tarde del miércoles 19 a su despedida entre lágrimas, risas y, sobre todo, a sumarse en agradecimiento y homenaje por su vida.
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Algunas imágenes de la vida de Justi en la HOAC: 1. En un Día de la HOAC, junto a Eulalia (ya en manos del Padre) y Carmen Álvarez | 2. Durante una Asamblea Diocesana (al fondo, Pepe Tornel) | 3. En su casa, junto a sus compañeros y compañeras de su equipo Trinidad. 4. En la Librería Demos, en el año 2011, durante una visita de la presidenta de la HOAC, Pino, junto a Irene Torregrosa y Consuelito.
Humildad y generosidad
En primer lugar, destacaron que, seguro que estaba muy contenta por reunir a tantas personas, pero, a la vez, estaría abrumada por ser ella el centro de atención de este encuentro. Ella nunca ha querido llamar la atención y sobresalir a lo largo de su vida. Pero dejemos que sean una serie de rasgos que la definen el mejor homenaje que podamos ofrecer de esta militante obrera cristiana, que tanto ha querido a la HOAC y que, en acción de gracias, lo ha dado todo a lo largo de su vida.
Justi es humildad. En la sencillez y en la atención a los detalles, Desde sus regalos a la atención a lo pequeño. A sus plantas. A su patio cuidado con esmero y con la ayuda de su cuñado Paco.
Justi es generosidad. De su tiempo, de su dinero, de su entrega a los demás, especialmente a las personas más sencillas.
Justi es compromiso. En el cuidado a sus hermanos pequeños, especialmente Ventura y Juani. En la fábrica, junto a sus compañeras Alicia, Mariana, Maruja, Antoñica, Asunción, Antonia, Mari Cruz, Marisol y Julia, entre muchas otras. En los barrios de San José Obrero, en Alcantarilla, y Fátima, en Molina de Segura. En la cultura, a través la Librería Demos.
Justi es esperanza. En sus largos años de enfermedad no ha habido quejas. Ha dado gracias a Dios cuando se despertaba cada día, como nos ha recordado su entrañable amiga Elena.
Justina Jiménez, tras el mostrador de la Librería Demos, en Molina de Segura.
Rebeldía y felicidad
Justi es humanidad y acogida. Con su mirada lúcida y brillante, en esa cercanía y pasión por la familia a la que siempre ha querido reunir junto a sus hermanas María y Juani, con su hermano Ventura que falleció prematuramente hace unos años, con sus cuñados Paco, Fernando y Toñi, sus sobrinos, sus padres, su perro Jacky…
Justi es rebeldía. Nada de lo humano le ha sido ajeno. Tuvo claro desde siempre que era hija de la clase obrera y a ella se debía. Era crítica, observadora y rebelde. En realidad, siempre se ha rebelado contra cualquier poder establecido y lo ha hecho siguiendo el modelo de quien ha sido guía en toda su vida: Jesús de Nazaret.
Justi es felicidad. La que ha trasmitido a lo largo de su vida y que en la tarde de su despedida disfruta por estar reunidos en su recuerdo, atribulada por tanta expectación, contenta por celebrar la vida. Orgullosa de formar parte de la gran familia de la HOAC y colocarse junto al Padre-Madre Dios en la compañía de Eulalia, Tere Contreras, Pepe Tornel, Pedro López, Manuel Arnaldos… entre muchos otros.
De lo que estamos seguros es de que Justi nos guardará un sitio cálido y cómodo junto a ella en esa vida eterna en la que reina la paz y la justicia. Y hará mientras suena el Gracias a la vida, como lo hizo esa tarde, en su funeral, en la voz del barítono Julián Millán, hijo de su amiga Elena.
La legislatura entra en su último año con una experiencia singular marcada por la pandemia, la confrontación política, la guerra de Ucrania y la crisis energética y climática.
La aprobación de 75 leyes, junto a la convalidación de 87 reales decretos-leyes, es el balance, hasta mediados de septiembre, de una legislatura, la XIV, con el primer Gobierno de coalición en el panorama reciente político español. Nunca hasta ahora la joven democracia española había conocido un consejo de ministros formado por representantes de varias formaciones políticas.
El tradicional bipartidismo, marca de la casa desde el año 1977 y que ya se había quebrado con el resultado de las elecciones de 2015 (Podemos y sus coaliciones obtuvieron 67 diputados y Ciudadanos, 40), dejó paso en enero de 2020 a la formación de un Gobierno distinto.
En este Ejecutivo, el PSOE ocupó 17 carteras ministeriales, que se sumaron a las 5 de la formación política liderada por Pablo Iglesias, incluida una de las cuatro vicepresidencias. Para llegar a este momento había sido necesaria una repetición electoral en noviembre de ese mismo año 2019 tras la imposibilidad de un acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez.
Ruptura del bipartidismo
«Quedó demostrado que se podía romper una cláusula histórica de que solo gobernaría el bipartidismo, una experiencia que iba a ser determinante sobre todo para las generaciones más jóvenes, aquellas que impulsaron el 15-M». Así lo asegura Javier Sánchez Serna, secretario de la Mesa del Congreso y diputado de Unidas Podemos por Murcia.
Si hay algún rasgo sobre el que construir el relato del Gobierno de coalición es el de que los acontecimientos externos han manejado los tiempos políticos de la gestión desde sus inicios: en marzo, la pandemia de coronavirus y sus consecuencias; dos años después, la invasión rusa de Ucrania. Y hasta podemos sumar una nueva crisis del capitalismo, en la que se incluyen las consecuencias de la emergencia climática, junto al colapso de las fuentes energéticas basadas en los combustibles fósiles.
Pero a diferencia de crisis anteriores, como la de 2008 con el boom inmobiliario y las hipotecas basura, las medidas del Gobierno de España no han ido en el sentido de un austericidio que castigase a los sectores populares más vulnerables. «Hemos ido confirmando que la crisis esta vez no la pagamos la gente, sino que ha habido un reparto equitativo de los costes y se ha impulsado un escudo social para proteger a los más débiles», indica Sánchez Serna.
Reparto de la crisis
La aplicación de los ERTE, que han salvado millones de empleos y cientos de miles de empresas o la aprobación del permiso retribuido recuperable para que los trabajadores no esenciales permanecieran en casa manteniendo sus ingresos, fueron algunas de esas medidas. Como la suspensión de los desahucios sin alternativa habitacional a las personas en situación de vulnerabilidad o la ampliación de la prórroga de los contratos de alquiler durante seis meses para evitar subidas abusivas.
O la prohibición de cortar los suministros (agua, luz, gas) a los consumidores más débiles, junto a la ampliación del bono social o la aprobación de 7.000 millones en ayudas directas para sectores especialmente afectados (hostelería, turismo, comercio, etc.).
De forma paralela se han ido aprobando leyes y medidas con los objetivos de un empleo de calidad y salarios dignos, como la subida del salario mínimo de 735 a 1.000 euros al mes (un 36%). También la primera reforma laboral que supone una recuperación de derechos para los trabajadores y trabajadoras y que incorpora medidas ambiciosas para luchar contra la temporalidad y la precariedad, así como para reequilibrar la negociación colectiva entre trabajadores y empresarios.
Hay que sumar la prohibición del despido objetivo por bajas médicas y la despenalización de los piquetes o la ley rider para acabar con el fraude de los falsos autónomos en las plataformas digitales de reparto, con una normativa pionera en Europa y el resto del mundo para proteger a un colectivo hasta entonces desprotegido social y jurídicamente. Amén del reconocimiento de los derechos de las trabajadoras del hogar, de su derecho a paro y protección por desempleo.
Viñeta de MiCruz
Complicidad de otras fuerzas
Sin olvidar claro está, en el balance de estos casi tres años de gobierno, entre muchas otras, de leyes relativas en materia de igualdad, derechos feministas y LGTBI.
Se suman la revalorización de las pensiones, la mejora de la calidad de las residencias de mayores, los derechos de la infancia y la juventud, y la defensa de la educación y sanidad públicas.
Además, hay que contar la creación del ingreso mínimo vital y otras medidas legislativas de calidad democrática y derechos fundamentales, como la ley de la eutanasia o la de memoria democrática, y la derogación del voto rogado y de la ley Berlusconi para no demorar la instrucción de causas judiciales.
Hay que contar con el papel que han jugado otras fuerzas políticas a la hora de respaldar la inmensa mayoría de las medidas impulsadas por el Ejecutivo. Ahí están ERC, Bildu, el PNV, Más País o Compromís, aliados en su momento en la moción de censura que derrotó al PP de la corrupción de Mariano Rajoy.
A juicio de Unidas Podemos, en estos años de Gobierno de coalición, «hemos aprendido que formar parte del Consejo de Ministros no es tener el poder, que cada paso cuesta mucho y que los procesos políticos necesitan contar con mucho pueblo detrás, sobre todo para reclamar el derecho a la vivienda o a la sanidad», precisa el diputado murciano.
«También es verdad que el Gobierno ha encontrado grandes limitaciones, especialmente porque la pandemia ha llevado consigo la desmovilización, pero solo haber formado parte del mismo ha sido una victoria», precisa, a la vez que señala que «al PSOE también le ha venido bien que estuviésemos nosotros, porque ha comprobado que se puede gobernar en coalición y les han salido más colmillos frente a los poderes fácticos; hay medidas que han salido adelante porque estábamos nosotros».
Leyes mordaza y de vivienda
La tramitación de la primera Ley de Vivienda, para poder regular los alquileres, frenar los desahucios y ampliar el parque público de vivienda, aprobada en Consejo de Ministros en febrero de 2022 y ahora en fase de ponencia, es uno de los retos pendientes.
«Hemos solicitado que se acelere al máximo su aprobación para responder a la emergencia habitacional, al igual que esperamos la derogación de la ley mordaza y la aprobación de los Presupuestos para 2023, que garanticen el escudo social frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania».
A esos escenarios se sumará la reforma fiscal, con el fin de que las cargas y los ingresos se repartan de una manera justa, y no soporten las rentas del trabajo las pensiones, la sanidad o la educación, mientras que el capital y las grandes empresas se queden fuera.
Todo ello en medio de un clima de crispación política promovida desde el PP y VOX, con un discurso de fondo: la visión patrimonialista del Estado que tiene la derecha y que siempre trata de deslegitimar cualquier Gobierno de izquierdas o progresista. Sin olvidar la incertidumbre por la situación económica, aderezada por una guerra mediática (y, por tanto, cultural) en la que los medios de comunicación no son neutrales.
Artículo publicado en el número 1654 (octubre 2022) de la revista Noticias Obreras
Siempre nos quedan los clásicos. Cuando perdemos la esperanza a la hora de encontrar algún autor que nos emocione, llega un clásico de la literatura de cualquier época y despierta a ese bicho que nos ha inoculado la pasión por las buenas historias, los personajes desgarrados, los diálogos dinámicos y las tramas que se sostienen.
En este verano de escaparate de la crisis climática, con sus incendios devastadores, el medio año guerrero en Ucrania, el disfrute de vacaciones como si fueran las últimas y el visto bueno a la ley del sí es sí (y así, mal que le pese a nuestra derecha gritona), han tenido que llegar dos clásicos de la novela negra (George V. Higgins y Raymond Chandler) para recordarnos que aún hay motivos para la esperanza. La esperanza de gozar con las conspiraciones de una serie de personajes grabados en nuestra memoria ligada al cine, las patrañas negras y a un desfile de héroes, secundarios y personalidades corrompidas en su día a día o, simplemente, pasando sin pena ni gloria por la vida.
El placer del diálogo
El primero de ellos nos ha ofrecido el placer del diálogo por el diálogo, sin grandes descripciones ni interioridades varias para explosionar en unas vivencias marcadas por la violencia en el Boston de la segunda mitad del pasado siglo. En Los amigos de Eddie Coyle, publicada en el año 1970 y cuya edición en español la tenemos en Libros del Asteroide (2018, 6ª edición), George V. Higgins es capaz de adentrarnos en una red de situaciones y villanos que no sorprenden haber embelesado a autores de la talla como Don Winslow o Dennis Lehane.
Diálogos, tramas y personajes se alejan de los estereotipos que hasta entonces parecían dominar la novela negra, con esa visión maniquea de los buenos y los malos. Aquí hay cantidad de grises. La propia experiencia del autor, como periodista, abogado y ayudante del fiscal, permite dar una voz real a quienes se mueven en ese mundo del hampa, no tan lejano a los ambientes que nos tocan vivir a diario. Por mucho que, en ocasiones, parezcan distantes. No se pierdan a estos amigos.
Escritura de agonía
Y si les queda alguna duda sobre qué llevarse a sus manos antes de comenzar el otoño, Raymond Chandler les resuelve el enigma. De entre las novelas en las que su protagonista estelar, Philip Marlowe, tiene que enfrentarse a lo que los clientes le reclaman,El largo adiós, publicada en el año 1953 y que en España la podemos encontrar en diversas ediciones (como la de Cátedra de 2005), ofrece una imagen madura y más humana del genial detective. La serie comenzó en el año 1939 con El sueño eterno, pero el propio Chandler reconocería que esta novela que nos ocupa sería la mejor y más lograda, “mi mejor libro”, calificando su proceso de escritura como de “agonía”.
Al igual que sucedió con Pierre Lemaitre (el parisino que inauguró esta serie de Lecturas veraniegas), me alegra su coincidencia con Chandler al profesar admiración con estos escritores tardíos. Son buenos ejemplos de que nunca debemos perder la esperanza en alcanzar los sueños, por mucho que cueste materializarlos.
El detective irónico
En El largo adiós se mezclan dos historias aparentemente distintas, pero con más puntos en común de los que cabría imaginar. El propio detective se convierte en solucionador de los embrollos y víctima de estos, atrapado en un clima de relaciones vacías y exentas de sinceridad, de mansiones y urbanizaciones alejadas de la dureza de la gran ciudad, pero salpicadas del poder, la corrupción y la violencia física e institucional. Ni la entereza moral, ni la ironía, ni, por supuesto, la franqueza de nuestro héroe, quedan a salvo de que se vea envuelto en los entresijos de personas que, o bien ocupan profesiones en las que se les suponen comportamientos honrados, o su estatus es inalcanzable y se creen dueños de un poder infalible frente al resto de los mortales.
La vida es una novela negra, en la que los variopintos actores y actrices bailan con lo que deparan sus decisiones. Nunca viene mal saberlo y, sobre todo, degustarlo.
Ficha técnica de LOS AMIGOS DE EDDIE COYLE
N.º de páginas: 202 Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE ISBN: 9788492663446 Año de edición: 2011
Ficha técnica de EL LARGO ADIOS (SERIE PHILIP MARLOWE 6)
N.º de páginas: 456 Editorial: CATEDRA ISBN: 9788437621241 Año de edición: 2005 Colección: LETRAS UNIVERSALES
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Sobre prejuicios y literatura dentro de la literatura
Los prejuicios son siempre eso, prejuicios. Y en cualquier aspecto de la vida como de la literatura solo nos llevan a perdernos oportunidades, embadurnadas, eso sí en muchas ocasiones, de soberbia, altanería y una supuesta autoridad moral e intelectual rayana en la ignorancia. En el campo de las letras, a la hora de enfrentarme a los superventas, estoy seguro de que esa manía me ha llevado a perderme textos y autores sobre los que han actuado más la ofuscación que un simple acercamiento crítico a lo que ha triunfado en el mercado editorial.
Un sugerente autor
Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) era uno de esos autores a los que nunca había decidido adentrarme, pese a la intriga que despertaba el hecho de algunas de las temáticas que abordaba en sus novelas. Hasta que llegó Terra Alta (Planeta, 2019), un premio Planeta ni más ni menos. Quién iba a decir que, a partir de ese momento, habría un antes y un después en mi visión sobre el escritor al que debo para siempre el poder saborear uno de los textos que más me han impactado, con sus reflexiones de plena actualidad y una trama de las que te enganchan desde las primeras líneas.
No, no me refiero a la historia del brutal asesinato de un rico matrimonio ambientada en esa comarca catalana, cuyo caso trata de resolver Melchor Marín, un joven mosso d’esquadra destinado a una pequeña ciudad en la que podría pasar desapercibido tras su protagonismo en los sucesos de 2017 en Cambrils, tras el atentado de las Ramblas barcelonesas. Resulta que nuestro protagonista es un apasionado lector de Los miserables, la obra de Víctor Hugo en el que la justicia vence a la injusticia, la moral a la irracionalidad, el amor frente al odio y el bien al mal.
Literatura que lleva a literatura
Literatura dentro de la literatura o, mejor dicho, literatura que lleva a la literatura. Ese es al menos el camino que me llevó a conocer a los personajes y ambientes de la Francia revolucionaria post napoleónica, en los que se desenvuelve Cosette, la niña prototipo de la inocencia, hija de Jean Valjean, renacida en el retoño de Melchor y que aparece en toda la serie que completa Independencia (Tusquets Editores, 2021) y, sobre todo, en El castillo de Barbazul (Tusquets Editores, 2022). De ahí que las continuas referencias a la historia de esa novela épica del XIX que aparecen en la primera obra de la trilogía de Javier Cercas sean una invitación a ampliar los lazos con el regusto de poder disfrutar lo que es capaz de suscitar la literatura en cualquier lector. Como es otra sugerente invitación en la referencia a otras lecturas que salpican la vida de Melchor Marín, como es el ruso Iván Turgenev. Algo más de lo que hablamos.
Serie Terra Alta
Invitación a la lectura
Aunque El castillo de Barbazul es la novela que cierra la trilogía, en este verano que entra a su fin, si no lo han hecho ya, devórense la serie completa porque estoy seguro de que no les va a defraudar. Tramas, personajes, giros y un estilo propio, ya que el propio Cercas ha afirmado que su ideal son “novelas fáciles de leer y difíciles de entender”. Si les suman algunos ingredientes de actualidad, como que acaban de cumplirse cinco años del atentado de Las Ramblas y los sucesos de Cambrils, junto al argumento de Independencia que le traerá a la memoria la serie Intimidad, de reciente gran éxito en Netflix, mejor que mejor. No les digo nada más que incluso en ellas aparecen vínculos con nuestra Región de Murcia, en concreto con la pedanía de El Llano de Molina de Segura, donde vive una antigua compañera de profesión de la madre asesinada de nuestro protagonista.
Héroes, villanos, personajes reconocibles, nacionalismo irredento, sentido de la justicia, escenarios cercanos y tramas que no nos son ajenas completan un menú a la altura de un gran escritor, de una gran historia y de una literatura capaz de codearse con la de autoras y escritores más valorados por la crítica. Renuevo la promesa de dejar de lado los prejuicios e intentar la aproximación libre de ataduras e ideas preconcebidas a las obras que caigan en mis manos. A eso también les invito.
Ficha técnica sobre EL CASTILLO DE BARBAZUL (Serie Terra Alta III)
N.º de páginas: 400 Editorial: TUSQUETS EDITORES ISBN: 9788411070843 Año de edición: 2022 Lugar de edición: BARCELONA
Ilustración: EVA VAN PASSEL GAMBÍN
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O de cómo es posible narrar el silencio de tres mujeres
Ilustración: Eva van Passel Gambín
El dolor que provocan a menudo los recuerdos es capaz de traspasar los límites más insospechados. El silencio es, a veces, la única salida que los humanos hallamos para sentirnos vivos. Si esos recuerdos van unidos a las experiencias de la maternidad, a la pena, al desgarro o a cualquier otro drama que se esconde en cada familia, el resultado puede ser un conjunto de historias entrelazadas de tres mujeres de diferentes generaciones.
Esto es algo de lo que sucede en La bajamar (Literatura Random House, 2022), la segunda novela de Aroa Moreno Durán (Madrid, 1981), una nueva invitación a la lectura en este verano de locura que parece ser el último antes de una gran crisis. Y les aseguro que no es una novela fácil, de esas que dejan un sabor dulce en mitad de la canícula. Como tampoco lo fue La hija del comunista (Caballo de Troya, 2017) un texto íntimo y político que narra una parte de la historia del exilio en el Berlín oriental desde la mirada de una niña que va creciendo y descubriendo la vida en un contexto tan singular como fue el del telón de acero.
Esta fue la primera novela de Aroa Moreno Durán.
Experiencia de la maternidad
En La bajamar encontramos tres planos narrativos que son los de sus protagonistas, marcados por la experiencia de la maternidad, en la que se repiten comportamientos y experiencias que parecen superados en la generación más cercana. Pero qué va, los conflictos se repiten. Los reproches, también, y todo ello en el contexto de unas mujeres que vienen de abajo, de realidades obreras, cercanas, a las que salpican experiencias de promoción y de cambio pero que, al fin y al cabo, parecen destinadas a vivir los mismos conflictos.
El exilio vuelve a estar presente en esta novela, como ocurrió en la primera, al igual que los secretos, los miedos y temores que arrancan del contexto político en el que se desenvuelven los acontecimientos. La potencia narrativa de Aroa Moreno no está exenta de dolor, como ella misma ha reconocido públicamente, porque no es sencillo sumergirte en lo que se siente con la maternidad si no la has vivido en primera persona. Si no has aprendido, junto a tu bebé, cómo huele ese diminuto ser que es capaz de transformar tu existencia desde el cuidado y los propios miedos.
Demonios familiares
La crianza en tres contextos distintos no es tan diferente cuando en el fondo persisten los secretos, los sufrimientos, el dolor propio y ajeno, la práctica ausencia de las figuras paternas (y masculinas, por supuesto) y el reproche. Sobre todo, el reproche. Porque han permanecido ocultas en el tiempo las razones que hubieran podido explicar los porqués de los demonios familiares.
Y no olvidemos, por supuesto, el mar. Tan presente entre las gentes del Norte, que marca la fronteras físicas y mentales. sobre todo, aquellas que tiene que ver con la distancia emocional entre los seres queridos. También es fuente de riqueza, y asociado a ella, motivo de dolor al enfrentarse con un elemento de la naturaleza en el que el género humano es vulnerable.
El dolor duele
Si quieren degustar una prosa bella y, a la vez, desgarradora, de una escritora a la que auguro un futuro envidiable (porque el presente, ya lo es) no dejen de lado a las protagonistas (Ruth, Adriana y Adirane), ni a las secundarias. El dolor duele, pero la literatura es capaz de enlazar ficción e interpretación de la realidad sin perder de vista las emociones y sentimientos que suscitan en quienes la profesan para dejarse llevar por una historia potente y, sobre todo, consciente. Con la mirada de una mujer sobre otras mujeres. Con el silencio que golpea las conciencias. Con la tragedia presente, de generación en generación.
Ficha técnica de LA BAJAMAR
N.º de páginas: 192 Editorial: LITERATURA RANDOM HOUSE Idioma: CASTELLANO ISBN: 9788439739937 Año de edición: 2022
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Historias de amor en una urbanización del ‘boom inmobiliario’
Una pregunta puede ser esta: ¿Es posible construir una historia de amor en mitad de la nada, o lo que es lo mismo, en medio de una urbanización sin terminar que es hija de la burbuja inmobiliaria de hace dos décadas? La respuesta tras leer Lejos (Tusquets, 2022) de Rosa Ribas (El Prat de Llobregat, 1963) está clara: sí, sí es posible. Otra pregunta: ¿La historia de amor puede estar salpicada de misterio, tensión narrativa, personajes perfectamente identificables y un desenlace inesperado? Otra respuesta: claro, faltaría más.
Varios registros
Pues aquí tienen la última novela de esta gran narradora de la generación de los baby boomers a la que pertenezco y que juega con las sagas de jóvenes investigadoras para aderezar unas historias muy bien contadas y que enganchan desde las primeras páginas. Confieso mi admiración por esta novelista a la que llegué hace unos años por casualidad -como suelen suceder casi todas las buenas experiencias- con la trilogía de la joven periodista Ana Martí ambientada en los años 50 de nuestra España, y cuyas obras Don de lenguas (2013), El gran frío (2014) y Azul marino (2016), publicadas por Siruela, fueron escritas a cuatro manos con Sabine Hoffmann. Casi nada.
Pero Lejos tiene otros registros. Estamos en la actualidad, pero sin necesidad de tener que describir noticias o acontecimientos en el momento presente. Información, la justa, porque de lo que se trata es de crear un clima en torno a un hábitat cerrado y asfixiante, donde se gestiona la tensión y la violencia entre los personajes. Por cierto, personajes que tampoco se nos presentan con retratos detallados acerca de su personalidad o sus historias de vida. Incluso algunos apenas aparecen, si no es por el oficio que desempeñan.
Personajes intensos vs personajes vacíos
Los escenarios asfixiantes en los que se transcurren los hechos no nos son ajenos. Los conocemos bien. Somos capaces de identificarlos, puesto que urbanizaciones fantasmas, a medio terminar, con grúas o sin ellas, con carteles desgastados y vallas metálicas oxidadas, pueblan los extrarradios de nuestras ciudades. Por ello no resultan extraños esos personajes de clase media-alta vacíos en su existencia, como tampoco quienes pueblan las periferias de esas promociones de viviendas, entre los que se esconden historias negras que apenas necesitan ser contadas en detalle. Lo de menos es cómo han llegado hasta allí. Lo interesante es que, al menos, las diversas historias de amor que aparecen en la novela (la actual y la que se adivina en el pasado) son creíbles, puras, intensas. Sin necesidad alguna de conocer sus pormenores para que, quienes las lean y se sumerjan en ellas, sean/seamos capaces de hacerlas nuestras.
Final abierto
Y un aspecto que resulta especialmente interesante es que en una novela no hay que contarlo todo. Ya no solo por final abierto, sino de dónde vienen los personajes, qué han protagonizado en el pasado y por qué se comportan así. Una invitación al lector, a la lectora, a disfrutar tanto de la historia presente como a imaginar su origen y, por supuesto, a construir un desenlace que se ofrece como un candado sin llave o contraseña.
Ficha técnica de LEJOS
Editorial: Tusquets Editores Colección: Andanzas País de publicación: España ISBN: 978-84-1107-096-6 N.º páginas: 288 Fecha publicación: 06-04-2022
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… o el eterno debate sobre si la salsa es un género musical
Muchos de ustedes saben de mi pasión por la novela negra, entusiasmo que arrancó con las historias político-policiales del Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, continuaron con las del comisario Salvo Montalbano de Andrea Camilleri y se recrearon con las series de Kostas Jaritos de Petros Márkaris o del comisario Brunetti de Donna Leon. En ese catálogo de buen hacer se enmarcó el hallazgo del inspector Mario Conde del escritor cubano Leonardo Padura (La Habana, 1955), con unos casos que tienen lugar en diversos escenarios de la Cuba castrista sabiamente ambientados con la singularidad de unos personajes que nos son ajenos.
Pero el libro que quiero recomendarles tiene más que ver con la faceta periodística del autor que con la puramente literaria. Se trata de Los rostros de la salsa (Tusquets, 2021), algo más que una recopilación de entrevistas y reflexiones con los grandes maestros de la música latina en torno a la pregunta de si existe la salsa o no. No obstante, Padura no se dedicó por completo a la literatura hasta el año 1995, y fue precisamente dos años después cuando publicó en Cuba una primera edición de este libro y en 1999 en México.
ILUSTRACIÓN | Eva van Passel Gambín
Algo más que entrevistas
La versión actualizada de este trabajo recoge entrevistas actualizadas con los grandes maestros del género de la talla de Ruben Blades, pasando por las conversaciones mantenidas con Cachao López, Willie Colón, Juan Luis Guerra, Mario Bauzá, Johnny Ventura, Pappo Lucca… y así hasta trece músicos que han hecho historia. Entrevistas realizadas en diferentes lugares del mundo con motivo de las giras que estos geniales músicos o bien en las ciudades en las que viven y los ha visto nacer.
Para algunos de ellos no hay más salsa que la de tomate de los espaguetis, como confiesa Johnny Pacheco y, sin embargo, no se puede negar la existencia de un género que es la versión actualizada en los años 70 del son cubano en el contexto de las comunidades latinas de Nueva York. Ciudad donde nace un sello discográfico, Fania Records, que reúne a una serie de artistas que revolucionan el panorama de la música latina con diferentes visiones sobre la ortodoxia de ritmos y expresiones musicales. Es música caribeña que nace de una manera singular en la ciudad de los rascacielos, con ramificaciones en República Dominicana, Puerto Rico o Panamá.
Imagen de la rueda de prensa posterior al concierto de las Estrellas de Fania del 2 de agosto de 1990, a la que asistió el autor de este blog. En el centro, la genial Celia Cruz, junto a los artistas que participaron en el evento, entre ellos, Johnny Pacheco.
El gozo con la Fania
Una de las experiencias más gozosas a la hora de sumergirme en este libro que, como digo, es más que un texto recopilatorio de entrevistas, fue rememorar uno de los conciertos que la Fania All Star protagonizó en España en el verano de 1990. Ver reunidos a Willie Colon, que abrió el concierto en la madrileña Plaza de Toros de Las Ventas tal día como hoy, un 2 de agosto, pero de hace treinta y dos años, con un elenco de los principales artistas agrupados en ese sello de discos, no tiene nombre. Pasado el tiempo es una de las experiencias más gozosas de mi vida.
Una formación de lujo que reunió en esa ocasión, bajo la batuta del dominicano Johnny Pacheco, a los cantantes Celia Cruz, Cheo Feliciano, Ismael Quintana, Adalberto Santiago, Pete (El Conde) Rodríguez, Ismael Miranda y Roberto Blades -hermano pequeño de Rubén-; a una sección rítmica en la que figuraban los percusionistas Ray Barretto, Roberto Roena y Nicky Marrero, el pianista Papo Lucca o el bajista Bobby Valentín, y a un notable grupo de trompetistas y trombonistas.
Varios de esos artistas son entrevistados por Leonardo Padura en Los rostros de la salsa, y las referencias a otros tantos no dejan pasar inadvertida una música que es capaz de suscitar movimiento, vida, alegría, pasión, sensualidad y ritmo. Y en las páginas de este texto aparecen en boca de sus protagonistas y del propio autor.
Ficha técnica de LOS ROSTROS DE LA SALSA Nº de páginas: 288 Editorial: TUSQUETS EDITORES ISBN: 9788411070157 Año de edición: 2021 Lugar de edición: BARCELONA Fecha de lanzamiento: 06/10/2021
Discografía básica de la salsa
En la parte final del libro se incluye una discografía básica sobre la salsa, que he recopilado en esta lista de Spotify.
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Al final lo habéis logrado, malditos bastardos. Soy Sanchista, mire usted. El caso es que no lo voté cuando tuve oportunidad en las primarias y me incliné por Patxi. Papá, eres un perdedor, me espetó uno de mis hijos cuando aquella noche le confesé que a quien había apoyado yo quedó tercero de tres. Seré un perdedor, pero soy tu padre, le contesté. Volví a experimentar un nuevo quebranto como cuando saboreé el amargo sabor de la derrota en aquel referéndum de la OTAN en el 86. Derrotas y capitulaciones padecidas en este mundo de la política de los sinsabores, las expectativas no cumplidas, los egos y liderazgos mal entendidos o las consecuencias de tomar partido por algo frente a esas mayorías que buscan acomodo en la falsa seguridad de una libertad mal entendida, que es todo menos liberal y liberadora.
Su resiliencia, ese carácter que parece mostrar que no le afecta nada y esa manera de crecerse ante las adversidades, ese temple… al final han conseguido que me haga sanchista. Sí, sí, amigos y amigas, no sientan que les he defraudado. A estas alturas de la vida ya no estamos para cogérnosla con papel de fumar. Basta ya de lo políticamente correcto. Es tiempo de arremangarse y gritar a los cuatro vientos que ya no valen las medias tintas. Que el periodismo siempre ha sido así, por mucho que idealicemos a sus asalariados, sus periódicos, radios o televisiones. Que lo de la libertad de expresión es una milonga, como ya nos decía en la Facultad hace cuarenta años el catedrático de Derecho de la Información Enrique Gómez Reino y Carnota, cuando nos invitaba a sindicarnos para poder ejercer nuestro poder frente a las empresas que nos iban a contratar.
Pedro Sánchez y María Jesús Montero, durante el último Comité Federal | Foto: PSOE
¡Viva el vino!
A los medios de comunicación Pedro Sánchez nunca les cayó bien. Ni a los de la derecha (por supuesto, ni cuando está dormido), ni a los que leemos, escuchamos o vemos quienes estamos encorsetados en la centroizquierda. Ni cuando parecía un chico de la camada de Pepe Blanco y compañía que nunca había roto un plato ni, por supuesto, cuando le plantó cara a la máxima autoridad frente al Comité Federal que buscaba una abstención para que fuera investido presidente Mariano Rajoy al grito de ¡viva el vino! No daban un duro por él y mira tú que fue capaz de conquistar el corazón de la militancia socialista para mostrar que no hay aparato que valga cuando hay un relato que merece la pena. Años atrás sucedió algo parecido con Josep Borrell frente a Joaquín Almunia, pero en esa ocasión los poderes fácticos sí pudieron contra el actual jefe de la diplomacia europea. Es que es la economía (el poder, en realidad), amigos.
Camino del sorpasso
Esos mismos medios que nunca han apostado por Pedro son los que ayudaron a ganar visibilidad al primer Podemos, al que mimaron y promocionaron con ánimo de que pudiera dar el sorpasso al PSOE. Con unos mimos con tanta mala leche como los que prodigaron en su momento a nuestro Julio Anguita. En ambos casos estuvieron a punto, salvando las distancias, de dinamitar al PSOE, que ese, en realidad, ha sido siempre el principal objetivo de los poderes terrenales. Saben que, dañando al partido de Pablo Iglesias, el centenario, será mucho más fácil permitir que gobierne esa derecha que siente que el poder, la Justicia, la calle, la sociedad, la familia, el municipio y el sindicato son suyos por la Gracia de Dios. Sin descubrir que Dios no es un gracioso que consienta tanta tontería y maldad. Podemos lo ha sufrido en sus carnes, especialmente en las últimas semanas cuando se han hecho públicos los audios del excomisario Villarejo. Pero no sé de qué tenemos que extrañarnos. Esto ha pasado en la historia reciente de nuestra democracia y el fin no es otro que mantenerse en el poder sea al precio que sea.
Moción de censura
Confieso que, pese a no ser santo de mi devoción (en la intimidad, eso sí) aunque milite en su mismo club, empecé a ser seducido por sus encantos políticos con la moción de censura. Es verdad que el PP se había ganado a pulso su descrédito con la corrupción, la gestión de los recortes sociales y el híper nacionalismo español frente a la indómita Cataluña, pero no me negarán que no fue una gran jugada. Y esas primeras medidas en el Gobierno y esas elecciones en las que se retrataron todos, como nuestro amigo Albert Rivera (¿alguien se acuerda de él?), el Pablo Iglesias de entonces, la repetición electoral y la capacidad de adaptación a las circunstancias para poder formar un Gobierno progresista de coalición, el primero de la etapa democrática.
Pandemia y guerra
Y zas, con él llegó la pandemia. Ni más ni menos. Se gobernó mirando a los sectores más débiles de la sociedad. Y eso no lo pueden tolerar los poderes de este mundo. Ni lo van a reconocer jamás. Y joder, hemos tirado hacia delante. Con el acierto del trabajo conjunto de mucha gente, la que está metida en la política del día a día, que ha sido capaz de ir dando pasos legislativos en muchas materias, y de la propia sociedad en su conjunto. Aunque le haya calado el mensaje de que la culpa de todos los males la tiene Pedro Sánchez. De los ERTE, la reforma laboral, las medidas para los autónomos, las sucesivas subidas del salario mínimo, la política de becas, la estabilización del personal empleado público, el resto de las medidas sociales, por no hablar de la apuesta por la recuperación europea con los fondos next Generation … mejor lo dejamos de lado, ¿verdad? Y si éramos pocos llegó la guerra de Ucrania y, casi a la par, una nueva crisis del capitalismo con la inflación galopante. Las respuestas a nivel europeo con el tope del precio del gas han caído del cielo gracias a la derecha, ¿no es cierto? O los anunciados impuestos a la banca y a las energéticas… Y qué me dicen de colocar en la agenda la crisis ecológica, mientras apagamos los incendios (por cierto, con una UME cuya creación criticó la derecha) y controlamos el precio de la luz y los combustibles.
La derecha se siente ungida por un bien superior que le lleva a defender hasta el extremo que el poder es suyo, que los gobiernos son suyos
A estas alturas a lo mejor han dejado de leer este artículo porque piensan que he llegado al punto de ser abducido por el sanchismo, esa medicina que es la causa de todos los males que aquejan este mundo. Como la que José Luis Rodríguez Zapatero esparció en su momento, cuando le tocó hacer frente a una crisis en toda regla y que trató de cargar a sus espaldas con la responsabilidad que, siento decirlo, sólo sabe hacer la izquierda. Sea tibia o tenue…o socialdemócrata, para más señas. La derecha, sin ir más lejos, siempre busca culpables en los otros. Raramente reconoce sus errores. Se siente ungida por un bien superior que le lleva a defender hasta el extremo que el poder es suyo, que los gobiernos son suyos… y, cuando lo pierden o no alcanzan los segundos, siempre es porque hay alguien que se los ha arrebatado de manera ilegítima, se llame 11-M, los nacionalistas, los comunistas o ETA. Válgame el Señor. Si hasta ha integrado a quienes tuvo enfrente en los procesos internos del partido.
Imagen tomada de http://letraslibres.com/politica/anatomia-del-sanchismo/
La culpa es de…
Y, para terminar. Si la fobia contra Pedro Sánchez en el escenario nacional me ha llevado a caer en sus garras qué puedo contarles de la culpa que en esa caída le toca a esta Región de Murcia. A ese gran amor que le profesa la derecha, la ultraderecha y buena parte de la llamada sociedad civil, la de cualquier hijo de vecino que recibe la dosis diaria de mensajes contra todo lo que huele a aquél. Que, si sube el gasoil, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si el Mar Menor se muere, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si el soterramiento de las vías del tren se ha conseguido en Murcia, la culpa es de Pedro Sánchez (¡uy, no, el retraso del AVE!). Que, si hay un Gobierno regional repleto de tránsfugas con personas que no mantuvieron su palabra y su firma, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si la atención primaria está como está, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si el presidente engaña a sus compañeras de partido, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si la agricultura intensiva es pan para hoy y hambre para mañana, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si hay agua del Trasvase o que no, la culpa es de Pedro Sánchez. Que, si nuestros jóvenes no ven futuro en Murcia, la culpa es de Pedro Sánchez…
Llegados a este punto, seguro que entenderán ahora que sea sanchista hasta más no poder. Si es que me lo han puesto muy fácil. Sean valientes, ande, anímense, rompan con las reglas y confiésenlo ustedes también. Que hay sitio.
Uno de los grandes descubrimientos de este año en el Taller de Escritura Creativa en el que participo desde hace un tiempo, bajo la atenta mirada y dirección de la narradora y psicoanalista Lola López Mondéjar, ha sido el de la escritora norteamericana Bonnie Jo Campbell (Kalamazoo, 1962), una potente narradora y de primer nivel de la Norteamérica rural. En concreto, ha sido a través de Madres, avisad a vuestras hijas (Dirty Works, 2021) uno de sus escasos libros editados en España.
Es un hallazgo de los pocos que consigue despertar emociones al sumergirte en el denominado “realismo sucio”, en el que los personajes no se estilizan y giran en torno a una trama oscura. Un género que hereda la denominada literatura del arroyo o grit lit, aquella que se basa en los ambientes rurales, normalmente sureños o del Medio Oeste, de la Norteamérica profunda.
ILUSTRACIÓN | Eva van Passel Gambín
Relatos salvajes
Nos encontramos ante un libro de relatos salvajes, de cuentos en los que las madres reclaman a sus hijas que no repitan los errores que ellas han cometido. Cuentos en los que aparecen unas relaciones intensas de rivalidad entre madres e hijas, donde aflora la falta de comprensión y la violencia sexual, directamente cometidas contra las mujeres. Espacios en los que las madres están sometidas al poder de los hombres. No nos enfrentamos a madres acogedoras, en la que, por tanto, se deduce que la maternidad no ha sido elegida voluntariamente.
Tenemos una escritura limpia, diferente, sorprendente, que avanza a un ritmo sereno que poco a poco va golpeando al lector, a la lectora. Es, si me permiten la expresión, de una oralidad literalizada. Otro de los grandes logros de la escritora norteamericana Bonnie Jo Campbell.
Son historias duras, realistas y, en ocasiones, desconcertantes. En las que el tema del silencio atraviesa todos los relatos, en los que las protagonistas no hablan de sus miedos ni de sus experiencias directamente (van apareciendo de forma casual, porque no quieren o no pueden expresar su debilidad. De una manera tan descarnada que sorprende, en ocasiones, la sordidez de las situaciones vividas y la pobreza de emociones que les han suscitado.
ILUSTRACIÓN | Eva van Passel Gambín | Basada en la portada del libro ‘Madres, avisad a vuestros hijos’
Mujeres fuertes
En el relato que da título al libro, Madres, avisad a vuestras hijas, nos encontramos con un monólogo interior de una madre dirigida a su hija que, en realidad, es un falso diálogo, un soliloquio. Y en medio de este, la progenitora ironiza sobre los estudios de género que han hecho triunfar a su pequeña, como muchas mujeres que han sufrido la violencia machista. Vomita las experiencias de una vida repleta de rabia en la hija que sale de la situación opresiva.
Se trata de un hilo conductor de un relato en torno a la masculinidad. Es la antítesis de mujeres fuertes, que han parido muchos hijos y que han perdido la sensibilidad. La maternidad queda ocultada por detrás de la pasión, la genitalidad… en busca de un hombre.
Estamos ante un libro insólito, como afirma Tes Nehuén en su blog Bestia lectora, que nos va a obligar a escuchar en bucle a Dolly Parton en The House of the Rising Sun, que fue una de las canciones que inspiraron el título y acompañaron la escritura de este libro extraordinario, tal y como afirmó la propia autora.
Literatura del arroyo
Les confieso que tras leer este libro de Bonnie Jo Campbell quedé seducido por este tipo de literatura del arroyo o noir rural, y hurgué en los orígenes de este subgénero con la lectura de El callejón de las almas perdidas (Sajalín, 2022), de William Lindsay Gresham. No se la pierdan. Una novela adaptada al cine por Guillermo del Toro, que comenzó a ser escrita por su autor, miembro de las Brigadas Internacionales, muy cerca de Valencia en el año 1938.
Y, por supuesto, no dejen de lado otros libros de Bonnie Jo Campbell, como Desguace americano, Érase un río, su secuela Q Road, todos ellos publicados en Dirty Works, el proyecto editorial consolidado por Javier Lucini y Nacho Reig.
Me cuento entre los miles de lectores que Pierre Lemaitre tiene en todo el mundo. No recuerdo cuándo y ni por qué cayó en mis manos Irène, la primera de las novelas de la serie del comandante Camille Verhoeven, pero desde el primer instante caí en sus garras. Las de un autor que es capaz de mantener la tensión hasta el último extremo y de ambientar los crímenes con una plasticidad similar a la de Quentin Tarantino.
He querido que estos artículos sobre lecturas veraniegas, a las puertas de una octava ola de la Covid-19, sean una invitación a compartir con quien corresponda las lecturas que caen en mis manos en esta canícula pandémica.
Textos que forman parte del acervo de sus creadores y creadoras, a la par que son capaces de suscitar recuerdos y emociones a la hora de la inmersión en las tramas.
Riqueza de personajes
Estreno la temporada con La gran serpiente (2022, Salamandra Narrativa) al parecer la primera novela del genial escritor y guionista francés que no tuvo suerte de encontrar vida literaria entre los lectores hasta este mismo año en el que ha sido editada en España. De ahí que el propio autor dudase en retocarla antes de entregarla a la imprenta porque en estos tiempos líquidos algunas referencias parecen pasadas de moda (por ejemplo, algunos jóvenes lectores no sé si conocerán las cabinas telefónicas que había en nuestras calles y plazas y que gozan de una presencia constante en la historia que nos ocupa).
Pierre Lemaître, fotografiado por SAMUEL KIRSZENBAUM | Imagen tomada de www.elpais.com
Sus personajes no tienen desperdicio. Desde Mathilde, la protagonista, hasta los perros, el inspector que la persigue, su amor platónico que le señala los objetivos a eliminar y el resto de los policías, asesinos y víctimas. Llena de un humor ácido, negro hasta la médula, con héroes oficiales convertidos en villanos, la novela es capaz de sumergirnos en una atmósfera llena de tensión y violencia pese a la lluvia parisina y a una narración repleta de ironía.
Historias negras
Realmente nos enfrentamos a una historia negra que es una delicia (pese a la violencia inherente y, en la mayoría de las ocasiones, sin sentido alguno). La aconsejo como lector y, llegados a este punto, habrán adivinado también, como apasionado de la literatura y las historias truculentas. Y lo hago a quien quiera sumergirse en este autor tardío al que profeso, inevitablemente, devoción.
Quienes prefieran entrar de lleno en la tetralogía del comandante Verhoeven, vayan al título que señalé al comienzo y continúen con Alex, después Rosy & John, y finalicen con Camille. La figura de este héroe urbano contrasta con su apariencia física que, en todo momento, La comparo con la imagen del pintor Toulouse-Lautrec de la película que dirigió John Huston en 1952. No les cuento más acerca de esta saga para que la descubran ustedes.
Miserias del capitalismo
Pero aún hay más. Gracias a José Luis Palacios, redactor jefe de la revista Noticias Obreras, saboreé otra novela de Pierre Lemaitre hace ya unos cuantos veranos. Se trató de Recursos inhumanos, en la que la desesperación por el desempleo, el juego de las empresas con sus trabajadores que pasan de los 50 y las falsas ideas preconcebidas del éxito y el mal llamado empoderamiento (que achaca cualquier logro al simple deseo en la jungla del mercado), dan paso al desenlace trágico nunca esperado por las compañías. Netflix ofrece una versión de la novela en formato de serie que, pese a estar bien lograda en la caracterización de sus personas y trama, nunca está a la altura de la narración del texto que refleja las miserias humanas del capitalismo actual y el secuestro de los asalariados.
Y, para terminar: no se pierdan la trilogía de entreguerras Los hijos del desastre, formada por Nos vemos allá arriba (2014), Los colores del incendio (2018) y El espejo de nuestras penas (2020). Ya me dirán qué les parece a la hora de escoger sus lecturas veraniegas.
Ficha técnica de La gran serpiente
Nº de páginas: 320
Editorial: SALAMANDRA (PUBLICACIONES Y EDICIONES SALAMANDRA, s.a.)
ISBN: 9788418681240
Año de edición: 2022
Reseña en la edición en papel de «La Opinión» de Murcia.
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Si alguien me preguntase por qué he mantenido siempre en mi vida un deseo de cambio social y político respondería que se debe a mi experiencia con la HOAC. El ADN del compromiso me caló desde niño al comprobar el intento de vivir la fe cristiana en medio del mundo del trabajo. Por eso, la tarde ha estado repleta de recuerdos, imágenes, sensaciones y miradas de personas que se han cruzado en mi vida, en la de mi familia y en la de decenas y decenas de hombres, mujeres y niños que pertenecen a esa biblioteca de vida que cada uno arrastra consigo. Hace 75 años nacía la Hermandad Obrera de Acción Católica en la Basílica de la Milagrosa, en Madrid, y una eucaristía de acción de gracias ha servido como colofón a los actos desarrollados en toda España por este aniversario. Han aflorado fotogramas en los que acompañaba a mi padre a sus reuniones del sindicato vertical en el que actuaba infiltrado como enlace sindical de su fábrica de Talleres Avenida en Ibi, al puesto de libros de la editorial ZYX, al encierro en el colegio de los Jesuitas de Alicante (en el verano del 75), las sucesivas asambleas diocesanas, de zona y generales, incluso de jóvenes… de un movimiento de frontera en el que la formación de militantes obreros cristianos tiene su razón de ser para ser y sentirse Iglesia en el mundo del trabajo. Un barco sobre aguas turbulentas.
ILUSTRACIONES | Eva van Passel Gambín
#Domingo 07nov | LÁGRIMAS EN EL TREN
Si no tuve suficiente ayer con la misa de los 75 años de la HOAC (y todos los reencuentros con varias generaciones de cristianos comprometidos en el mundo sindical, político, de la exclusión y de la propia Iglesia), Zisis Lambros va y me hace llorar. Reconozco que estoy muy sensible, vulnerable, frágil. Es lo que tienen estos primeros días de noviembre, en los que nuestros muertos llaman a la puerta para recordarnos que siguen ahí. ¡Eh, eh… que no nos olvides!, parecen decirnos. Ese viejo comunista de la saga del comisario Kostas Jaritos (del escritor Petros Márkeris, no se olviden), viene a recordarnos que la izquierda ha muerto y que la revolución pendiente es la de los pobres. Me cuesta aceptar que sea así, pero no le falta razón cuando comprueba (y comprobamos) que muchas de las grandes utopías han sido adocenadas por este sistema que es capaz de justificar lo injustificable. La pobreza nos golpea, aunque la vorágine del consumo nos anestesie para ocultar que la penuria de millones de seres humanos es otro de los barcos sobre aguas turbulentas.
#Lunes08nov | MADRID, DE PUENTE
Este pasado fin de semana me ha permitido añorar los años vividos en Madrid. La capital está de puente por la Almudena y siempre he disfrutado al recorrer sus calles en bicicleta y descubrir rincones variopintos repletos de personas y personajes para todos los gustos. Ahora los espacios, los barrios, están afectados por la gentrificación, y quienes han vivido la experiencia de ser y sentirse madrileños (aunque hayan venido de cualquier rincón de España y del mundo) se consideran extraños y desplazados en su ciudad. Es un fenómeno que suma un nuevo barco sobre aguas turbulentas.
#Martes 09nov | FARSA ELECTORAL
Deriva es la que vive Nicaragua desde hace años. Un sátrapa y antiguo guerrillero sandinista, Daniel Ortega, lleva tiempo avergonzando a quienes un día creímos ver en la revolución nicaragüense una experiencia distinta a la que habían llegado otros países latinoamericanos. La experiencia poética de artistas como Ernesto Cardenal, los puentes tendidos entre la religiosidad y la política o la solidaridad internacional fueron bandera hasta que los instintos más primarios triunfaron sobre los racionales y un nuevo dictador vino a sumarse a una saga que nunca desaparece en ese continente. Como en otras partes del mundo. La sinrazón es otro barco sobre aguas turbulentas
#Miércoles 10nov | GENTE ESPECIAL
En la visita que realizo al centro de día y a la residencia de Aspapros de Molina de Segura, que acoge a personas con discapacidad intelectual, vuelvo a constatar que tengo la sensibilidad a flor de piel. Que una mirada, una sonrisa, un saludo, un gesto, un regalo o una palmada en la espalda son capaces de conmoverme. Si ya nos cuesta vivir con todo aquello que nos parece distinto a lo habitual, qué decir si tenemos que relacionarnos con personas especiales que rompen nuestros rígidos moldes de lo que es normal o no. Nuestros prejuicios son un barco sobre aguas turbulentas.
#Jueves 11nov | VOTO COHERENTE
Trato de ponerme en el lugar de Odón Elorza y seguramente hubiera votado lo mismo que él en la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional. Asumiendo las consecuencias. Él ya lo hizo cuando se negó a la abstención en aquella investidura fatídica para que Mariano Rajoy fuera presidente. Es verdad que la derecha nunca se hubiera sacrificado para desbloquear la parálisis política, como sí lo hicieron aquellos parlamentarios. Pero todo tiene un límite. En política, como en la vida, no todo vale, y la conciencia está por encima de la conveniencia y el realismo. Es cierto que cuando uno forma parte de un club asume sus normas y decisiones de la mayoría. Aunque no todo vale. La coherencia es, en ocasiones, un barco sobre aguas turbulentas.
Mañana comienza en Glasgow la COP26, esto es, la Conferencia de las Partes, esto es, la reunión de los casi 200 países que integran la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Un encuentro en el que todo son buenas intenciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, o lo que es lo mismo, apelar a una intervención seria del ser humano para no mandar a paseo el planeta que nos alberga. Esta es, a fin de cuentas, la verdadera intención que hay detrás de las sesiones, declaraciones, buenos deseos y anuncios varios. No sé si llegamos a tiempo, porque el conflicto es de tal envergadura que apenas queda margen para el cambio. Esa mirada cortoplacista que lo preside todo, más el ansia de un consumo desbocado (no olvidemos que dentro de unos días llegará la avalancha de un viernes negro), son aliados para dejar poco espacio a la esperanza.
#Domingo 31oct | VÍSPERA DE DIFUNTOS
La muerte regresa de nuevo a la vida cotidiana. Son días en los que el tripotaje nos recuerda que nuestros difuntos siguen muy presentes, pese a que hayan transcurrido años desde que iniciaran ese viaje sin retorno. Aprovecho para recorrer las calles del cementerio cercano a las Pozas, en Yecla, y vuelvo a rezar ante los nichos de mis abuelos, de mi padre, de Pablo y de algunos tíos paternos y maternos. No olvido su sonrisa. Ni las historias familiares, algunas plagadas de partidas violentas. Nuestros muertos continúan en innumerables conversaciones, nos transmiten sus nombres de generación en generación y perpetúan su legado trascendiendo espacio y tiempo.
ILUSTRACIÓN | Eva van Passel Gambín
#Lunes 01nov | SANTIDAD
Cada día tengo más claro hay personas que tienen un brillo especial desde el momento que ponen un pie en la vida de otra gente. Que siembran paz donde hay discordia y enfrentamientos. Que aportan sensatez frente a la sinrazón. Que miran de frente a los estrábicos, esos especímenes que tratan de eludir sus responsabilidades. Pero eso sí, sin reproche alguno. Estoy de enhorabuena cada vez que me cruzo con estas personas santas, las que van en zapatillas, las que apenas dejan un hilo de voz en sus intervenciones, las que tienen pudor, porque su sencillez preside sus comportamientos. No precisan de la beatificación previa. Irradian santidad por los cuatro costados.
#Martes 02nov | A DOS BRAZOS
Comienza la doble campaña de vacunación de la gripe y la tercera dosis contra la Covid_19. Mañana se vacuna mi madre y miles de mujeres como ella que hasta el momento han resistido este año y medio pandemia con una fortaleza física y anímica envidiables. No obstante, a personas mayores con una salud más deteriorada este tiempo maldito sí les ha pasado factura. Confiemos en que hemos aprendido algo. Por lo menos, la lección de que somos vulnerables.
#Miércoles 03nov | PABLO
Su pelo ensortijado, su mirada limpia, su optimismo desbordante, su sonrisa ingenua y sus ojos que se perdían cuando arrugaba sus párpados. Todos estos rasgos juntos sigo recordándolos hoy, veintiocho años después de que no despertase en aquel apartamento en el que vivía, junto a la iglesia del Padre Joseíco, la parroquia murciana de San Francisco Javier. Había vivido hasta entonces con la intensidad escogida, por encima de su miocardiopatía dilatada y los desvelos de quienes llevábamos su lesión cardíaca con temor y temblor. Esta noche pasada he vuelto a soñar contigo, Pablo, y no atisbo a imaginar qué hubiéramos vivido contigo todo este tiempo en el que no estás en cuerpo, pero sí en alma.
#Jueves 04nov | KOSTAS JARITOS
El mismo día que acabo con la lectura de dura historia personal de Tienes que mirar(Impedimenta, 2017) de la escritora y periodista rusa Anna Starobinets comienzo a degustar la última novela de Petros Márkeris de la saga del comisario Kostas Jaritos: Ética para inversores (Tusquets,2021). Me siento ya de la familia de este personaje tan entrañable, prototipo del policía que rompe los esquemas preconcebidos, y que arrancó allá por el año 1995 con Noticias de la noche (Ediciones B, 2000). No desvelo nada, pero quien quiera conocer la historia reciente de Grecia, de manera similar a la España de la transición con el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, la Cuba castrista del Mario Conde de Leonardo Padura o la Sicilia de la Cosa Nostra del Salvo Montalbano de Andrea Camilleri, no debe de perder la oportunidad de sumergirse en esta serie.
#Viernes 05nov | MONEY FRIDAY
Quince meses después regreso a Madrid. El viaje en tren es completamente diferente. Los viajeros no hablamos entre nosotros. Vamos con la cara semi cubierta con las mascarillas y nadie consume bebidas en el interior del vagón. La distancia social es una realidad. La pandemia nos ha cambiado. La capital también es distinta. No encuentro el sabor de la libertad por ninguna parte. Yo lo degusté de verdad en aquellos años de Tierno Galván al frente de la Alcaldía en la Casa de la Villa. Ahora se palpa en las listas de espera de la sanidad pública. Y todo en un Black Friday que es uno de esos días de exaltación del consumo por el consumo. Menos mal que aún quedan espacios para permanecer al margen. ¿O, no?
La crisis de suministros atasca la globalización. Hemos vuelto a salir a la calle y, sobre todo, a los centros comerciales, porque no va a ser todo comercio electrónico. Las grandes empresas de la distribución en España esperan una locura del consumo en las compras navideñas. Es lo que tiene la vuelta a la desesperante normalidad, o sea, al consumismo desenfrenado. Los impulsos compradores se han reactivado y ese aparente sosiego provocado por la pandemia parece haber llegado a su fin. El planeta respiró un poco durante aquellos meses de la primavera del pasado año, pero vuelta a empezar: A gastar toca y a pillar lo que queda, no vaya a ser que los chinos nos den más de un disgusto
#Martes 26oct | ENAMORADA DE SÍ
Líbrenos, Dios, Alá, Netflix o Amazon de esas personas que jamás reconocen haber cometido un error. De aquellas que poseen un sentido de privilegio y necesitan una admiración excesiva y constante. De esas que esperan que se reconozca su superioridad, incluso sin resultados que la justifiquen. De las que exageran los logros y los talentos. De las que están preocupadas por fantasías acerca del éxito, el poder, la brillantez, la belleza o la pareja perfecta. Son las que responden a una personalidad narcisista y suelen ser muy rencorosas e irrespetuosas con las personas que sienten que les han fallado. Si le unen, además, un poder de seducción para extraer de forma vampírica la última gota de sangre con quienes se relacionan tenemos, no lo duden, a la narcisista y sociópata perfecta. No digamos nada si en algún momento trabajan a tope para inspirar lástima a causa de sufrir una enfermedad. Entonces se convierten en vips del narcisismo. Porque el mundo, la política, los supuestos amigos, la familia y todos los que la rodean se convierten en meros instrumentos. Conozco a más de uno (y, sobre todo, a más de una doncella y profetisa) que responde a estos rasgos: prepotencia, necesidad excesiva de atención constante, exagerada en sus propios logros, preocupada (y ocupada) por la fantasía con tener éxito y belleza, ser muy inteligente o poseer poder y, sobre todo, que usa a los demás en su beneficio para extraer de ellos lo que desea. Jamás aceptará reconocer un error o las críticas. Y lo que peor lleva es que las castiguen con el látigo de la indiferencia. Poco a poco.
#Miércoles 27oct | 639.826 FIRMAS
La Junta Electoral Central, en su Oficina del Censo Electoral, ha recibido las rúbricas que permitirán que llegue a buen puerto la Iniciativa Legislativa Popular en favor de otorgar de personalidad jurídica al Mar Menor. Ha sido casi un año de un trabajo enorme, en plena pandemia, de un movimiento ciudadano que quiere sentar las bases de una conciencia medioambiental y una protección al entorno totalmente nueva. Un empuje, un brío que recuerda mucho al que durante más de tres décadas ha llevado a cabo la Plataforma Pro-Soterramiento en la ciudad de Murcia. Un logro que nos reconcilia en esta Región de Murcia con lo mejor de su gente.
#Jueves 28oct | ESPECTÁCULOS
No puedo con las interrupciones e intervenciones abruptas cuando alguien está hablando. Lo peor que siempre he llevado en diferentes etapas en las que he trabajado en un parlamento o en un ayuntamiento son las broncas entre señorías o ediles. Es superior a mis fuerzas. Es verdad que a los que profesamos el eneatipo 9 del eneagrama nos cuesta lidiar con el conflicto. Somos mediadores por naturaleza, de ahí que no lleguemos nunca a entender cómo se pueden insultar en un salón de plenos personas elegidas por la ciudadanía para resolver y/o gestionar la cosa pública. Tampoco soy un ingenuo y reconozco que vivimos un tiempo en los que la política institucional está repleta de actores y actrices principiantes. Esas que declaman a grandes voces o lanzando improperios para ocultar su ignorancia en la materia que debería de ocuparles o bien para desviar la atención de sus fracasos en los encargos a resolver. Lo sucedido ayer en los plenos de los ayuntamientos de Murcia y Cartagena no tiene nombre. Lo lamentable es que lo vemos a diario en otros foros. No digamos nada en las redes sociales.
#Viernes 29oct | ABUELA DE LAS VÍAS
Escribía esta semana sobre el narcisismo y resulta que el santoral cristiano celebra hoy, viernes, el santo de San Narciso de Jerusalén, entre otros. Un obispo al que se le atribuye mucha paciencia y fe, tan distinto al joven griego castigo por Némesis por su engreimiento. Paciencia y fe que ha profesado Ana, la abuela de las vías, durante los años en los que no faltado a las concentraciones en el paso a nivel de Santiago el Mayor para conseguir el soterramiento del tren a su paso por la ciudad de Murcia. El domingo, a las 11 de la mañana, recibirá un homenaje en el antiguo paso a nivel que le brinda la gente de la HOAC, entre ellos Joaquín Sánchez, y otro Joaquín, en este caso García Abellán, Chipola, que la ha retratado admirablemente.
El alumnado ha vuelto a clase. Las oficinas vuelven a llenarse de gente. Los negocios del ocio nocturno retoman su actividad prácticamente sin restricciones y las actividades culturales y deportivas ven cómo las limitaciones de aforo quedan en mínimos porcentajes. Pero nada será igual que antes. No sé si para bien o para mal. Nos besaremos menos y estrecharemos las manos como los centroeuropeos: con la mirada. ¿Habremos aprendido algo?
#Domingo 19sep | BAJO EL VOLCÁN
Recuerdo que de niño vi por primera vez por televisión las noticias de la erupción de un volcán en Canarias. Ocurrió en octubre de 1971, hace la friolera de 50 años: el Teneguía, en el sur de la isla de La Palma. Aquellas imágenes en blanco y negro se me quedaron grabadas y no tienen nada que ver con el amplio despliegue informativo -mediático, que se dice ahora-, y hasta político de estos días en los que en la barra del bar (bueno, aún en las terrazas) encontramos a un vulcanólogo que nos pone al día de las novedades a tiempo real. Una catástrofe natural como la que vivimos esta semana pone de manifiesto, una vez más, las desigualdades sociales, la mirada hacia otro lado de algunas administraciones públicas frente al urbanismo sin control y, sobre todo, la vulnerabilidad de la especie humana cuando la naturaleza actúa como tal.
#Lunes 20sep | A LA CAZA DEL HAITIANO
Las imágenes son impactantes. Agentes fronterizos a caballo de Estados Unidos persiguen a emigrantes haitianos cuando trataban de cruzar el río Texas. Policías provistos de lazos para cazarlos, cual si fueran reses en su huida desesperada de la miseria. Escenas repletas de un dramatismo que provocan el rechazo más absoluto cuando se tiene un mínimo de sensibilidad y de entrañas de misericordia. Algo similar a lo que producía contemplar a las personas subsaharianas atrapadas en las concertinas de Ceuta y Melilla para evitar su llegada a territorio español. El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor frente al drama migratorio. El río Texas es un cementerio, como el Mediterráneo, en las rutas en busca de futuro.
#Martes 21sep | BRUJAS
Menuda la que se ha liado hoy en el Congreso de los Diputados cuando un diputado de Vox ha llamado “bruja” a la parlamentaria socialista Laura Berja, durante la defensa de una iniciativa de su grupo para penalizar el acoso a las mujeres en las clínicas abortivas. Don José María Sánchez García, que así se llama el acusador, es juez en excedencia, doctor en Derecho y catedrático de la Universidad de Sevilla. Ya ha protagonizado otros encendidos debates, pero la trascendencia de este insulto sobrepasa los límites, puesto que es de sobra conocido el destino final de estas mujeres a lo largo de la historia. Un ataque made in Vox que sigue su estrategia de cuerpo a cuerpo contra todos. Suscribo el deseo de mi amigo Antonio Arco de que un destacamento de la UME debería tener su base en el Congreso para intervenir en situaciones como la comentada. Y no hablemos en otros parlamentos, como el poblado por tránsfugas que se dan golpes de pecho en Cartagena.
#Miércoles 24sep | SILENCIO EN KABUL
Ya se han acabado las urgencias. Ya no estamos allí y ahora que se las apañen como puedan. La agenda manda y ahora ya no toca hablar de las afganas, ni de los refugiados, ni de lo que nos ha costado esa intervención militar, ni del fracaso. Es lo que tiene la política internacional. Que es efímera, como la vida misma.
#Jueves 23sep | PUIGDEMONT EN CERDEÑA
Las aventuras de Carolus Puigdemont en Sardinia podría ser un título más de la saga de Astérix y Obelix: Pero más bien es un capítulo doble, para una nueva temporada, de una serie de Netflix que parece no tener fin. Una etapa de un largo periplo vagando por Europa para difundir la cultura catalana, protagonizado por un esperpéntico personaje (con todos los respetos para quienes lo respaldan en Cataluña), huido de la Justicia y que se cree en posesión de una verdad por encima del común de los mortales.
#Viernes 24sep | BUS GRATIS
Al final de la Semana Europea de la Movilidad, en el ayuntamiento en el que trabajo, ha llegado uno de esos anuncios que marcan un antes y un después en aspectos que modifican la vida de sus vecinos, de sus vecinas. A partir del 15 de octubre cualquier persona empadronada y sin deudas con la Administración podrá utilizar de forma gratuita las siete líneas del trasporte urbano de Molina de Segura (75.000 habitantes). Esta medida no es una de esas de los días sin coches o de la bicicleta. Es una apuesta por una movilidad real, sostenible y con objetivos a medio y largo plazo. No es la única, seguro, pero es una verdadera llamada de atención para preguntarnos acerca de cómo vivimos en nuestras ciudades y cómo nos desplazamos. Los pequeños cambios cotidianos son los que consiguen cambiar la vida.
Con esa potente frase que inspira este artículo promocionó Netflix en Estados Unidos la primera temporada de esta serie. La historia es diferente a la que podemos encontrar en otras de médicos, enfermeras o, simplemente, ambientadas en hospitales. Y el caso es que esta serie va de médicos, de enfermeros, de gestores, de sus casos y vidas unidas por el New Amsterdam, el hospital público del mismo nombre situado en la ficción en la ciudad de Nueva York. (más…)
El inicio del curso escolar es un momento de cambio de costumbres, en una semana en la que el recibo de la luz sigue acaparando titulares y tertulias. Mientras tanto, en nuestro pueblos y ciudades se respira un ambiente repleto de alegría, porque hay ganas de Feria y fiestas.
Sábado #04sep | BULOS
Desmontar un bulo lleva lo suyo. Las redes sociales, familiares, laborales y, hasta incluso, de supuestas amistades, están llenas de ellos. El caso de una supuesta ocupación de una vivienda por parte de una marroquí, presunta cuidadora de una octogenaria, es de libro. Sobre todo, cuando se mete por en medio el negocio de la desokupación, el odio al inmigrante o la gota malaya de los mensajes comerciales de las empresas de alarmas. Es fácil creer una mentira, pero desmontarla siempre es más complicado, aunque periodistas de investigación lo han hecho, no sin gran esfuerzo. La mentira siempre se comunica mal, hasta que la audiencia quiere dejarse llevar por el prejuicio, por las ideas preconcebidas.
Domingo #05sep | MÁS SOBRE LA LUZ
Creo que Pedro Sánchez no había previsto que el recibo de la luz iba a ser uno de los grandes problemas a los que hacer frente al final del verano, a las puertas de una recuperación económica. No sé si les pasará a ustedes, pero a mí me tiene mosca ese continuo bombardeo mediático para conocer, al mínimo detalle, el precio del kilovatio hora en el mercado mayorista. Me recuerda el inicio de la crisis de 2008 con el valor de la prima de riesgo, que incorporamos a nuestros comentarios hasta en la cola del Mercadona. No sé por qué, pero a mí me parece que en toda esta batalla de la subida del precio de la luz hay gato encerrado. ¿No será que las compañías eléctricas están jugando a minar la moral del respetable, con una versión quintacolumnista para lograr ciertos objetivos que la oposición política no alcanza, ni de lejos, a conseguir?
Lunes #06sep | VUELTA AL COLE
Me ha tocado vivir en primera persona la vuelta al cole. Ni como padre ni, menos aún, como abuelo. Tampoco como docente. Ha sido por motivos de trabajo. Descubriendo esa mirada inocente de esas niñas, de esos niños, uno vuelve a la infancia. En los rostros de las madres, de las abuelas y abuelos, se adivina la confianza en la entrega de su descendencia para adquirir valores, socialización y aprender algo más que materias. La escuela y, por supuesto, el derecho a la educación en un clima de igualdad, tolerancia, respeto, merecen la mayor de las consideraciones. Como el homenaje a quienes reciben, cada curso, a un alumnado que después reintegra a sus casas para que siga ese proceso de crecimiento en la madurez personal. Lo de las ratios, las medidas anti Covid-19, el transporte escolar y la consejera murciana tránsfuga y negacionista lo dejo para otro momento.
Martes #07sep | LA SÉPTIMA
No hay Séptima sin Sexta, y menos mal. Porque una buena parte de la audiencia televisiva va a encontrar el contrapunto del Gran Wyoming, Antonio Ferreras o Ana Pastor, y ya podrá coger el mando a distancia para encontrar un 7, los sábados por la noche, para alimentarse de un canal de la derecha, o más bien liberal-conservador (que suena más fino, tipo Ayuso) en el que encontrarán cobijo los Eduardo Inda o Paco Marhuenda para impartir su visión de la realidad sin complejos. Como católico lo agradeceré, porque a ver si a partir de ahora quedan libre de esas etiquetas políticas los canales confesionales que han intentado hacerse con ese espacio. O el espacio con ellos, que a veces uno no sabe.
Miércoles #08sep | DENUNCIA FALSA
Anda muchacho que hay que tener reaños y acudir a la comisaría de Policía de la calle Leganitos, a espaldas de la Gran Vía madrileña, para interponer una denuncia falsa de un supuesto ataque homófobo. ¡Cómo están las cabezas…!, como diría mi admirado José Mota, si supieras el daño que le has infligido a las víctimas de los delitos de odio. Hasta le permitiría al funcionario que recogió la denuncia que te hubiese dado una galleta en toda regla por lo que nos has hecho pasar a todos. Hemos sentido vergüenza ajena. Engañaste, incluso, a Santiago Abascal, y eso es lo único que te salva de la quema. Tu cabecica no debe dar mucho de sí.
Jueves #09sep | INSOMNIO PATERNO
Menudo día me ha tocado pasar. Me enfrento a los efectos del insomnio, que apenas puedo combatir intercalando la última temporada de The Good Fight y el sabor de las emociones cruzadas con la lectura de Los Miserables de Víctor Hugo (confieso que no he visto, ni sabía prácticamente nada, del musical a la espera de devorar la novela). En la trastienda, preocupaciones propias de la edad, encajes de las relaciones paternofiliales y de la comunicación en la pareja. Soy de una generación en la que leíamos El Profeta de Khalil Gibran, en especial aquel poema de Tus hijos no son tus hijos. Cuando la realidad te enfrenta a interiorizarlo de verdad, descubres la certeza profunda de esas estrofas. Eso sí, con insomnio de por medio.
Viernes #10sep | GANAS DE FERIA
Septiembre es mes de feria y fiestas. Esta noche me ha tocado la cita anual con mi sobrina Clara en la Feria de Yecla. La atracción del Saltamontes tiene dos clientes fijos y estalla la locura. El año pasado no pudo ser. La pandemia tuvo la culpa, pero en esta ocasión no hay excusa que valga. Ganas de Feria es el lema escogido para volver a encontrarnos con los caballitos, la ola y sus cocioles, los coches de choque, las tómbolas (gloriosa aquella referencia a la Chochona, la muñeca del premio principal) y degustar las mazorcas o los churros con chocolate. Ganas de fiesta.
La serpiente multicolor vuelve cada año a la carretera para los amantes del ciclismo profesional. Paradojas del destino, La Vuelta ha llegado este sábado al Mar Menor para poner en el escaparate nacional el ecocidio de esta singular laguna por la intervención humana. Con la ausencia de Alejandro Valverde por la caída que sufrió en la jornada anterior y la limpieza a golpe de brigada del asfalto por parte de la empresa de limpieza del Ayuntamiento de Cartagena, a la que, ¡oh, qué casualidad!, nadie avisó para no dejar rastro de los mensajes de #SOSMarMenor. Qué curioso lo de que Pablo Casado cortase la cinta del inicio de etapa en Santa Pola. Sin acritud, pero ¿se imaginan lo que hubiera dicho cierta prensa y líderes de opinión si el protagonista hubiese sido otro? No nos enfademos.
Domingo #22ago | AUSENCIAS
Pablo, mi hermano, hubiera cumplido hoy 54 años. Pero lo ha hecho sin estar presente con nosotros. Está en el recuerdo, en todo lo vivido, en la pasión que derrochó durante los 26 años que estuvo entre nosotros. Es lo que tiene agosto, el mes de los Leo, un tiempo de vacaciones que parece que todo lo engulle y, sin embargo, el calor sofocante es incapaz de borrar las imágenes de un tiempo repleto de alegría y desenfado. Con la experiencia de la muerte que, en realidad, forma parte de la vida.
Lunes #23ago | REGADÍOS
Este diario parece un monográfico del Mar Menor, pero es que resulta que la laguna ya no aguanta. Y la comunidad científica alcanza, cada vez más, un consenso sobre el origen del problema y las posibles soluciones. El informe del Colegio de Biólogos se suma. Por duras que parezcan, pasan por una reducción de la agricultura intensiva, esa que esquilma el agua y produce a lo bestia gracias también a los fertilizantes. Y en esto, no valen eslóganes como que la agricultura no es el problema, sino la solución a los males del Mar Menor. Aunque bien pensado sí la sería, pero en otro sentido al que propone el poder de la agroindustria. Pero tras la inspección ocular realizada por el trío de figuras populares (Casado, Teo y Fer MarMenorMan) me quedo pero que mucho más tranquilo.
Martes #24ago | BILLETE CLIMÁTICO
Sobre actuaciones para un planeta más habitable, la que ha decidido acometer Austria: ha creado un billete climático que permitirá usar todos los medios de transporte público del país (autobuses, tranvías, metros, trenes, trolebuses…) por 949 euros al año, mientras que por tan solo 110 euros más podrán viajar hasta cuatro niños junto al portador del billete. Así se lucha contra el cambio climático, modificando hábitos de movilidad, ya que la medida pretende hacer más atractivo el transporte público frente al coche. Nos anuncian que el nuevo Klimaticket comenzará a funcionar a finales de octubre en seis Estados austriacos, y ya veremos qué pasa en los otros tres —incluido Viena— ya que no se han sumado todavía.
Miércoles #25ago | DESIGUALDAD VACUNAL
La pandemia ha hecho aflorar las desigualdades. Ya no solo en los países ricos, donde las diferencias en el acceso a recursos sociales, educativos o sanitarios son evidentes. Aquí ya estamos hablando de la tercera dosis, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en cambio, pide a los países ricos una moratoria que retrase el tercer pinchazo. Su director general ha suplicado este miércoles que “la evidencia sobre los beneficios de las dosis de refuerzo no es concluyentes. Nos enfrentamos, además, a un problema moral cuando hay una gran parte de la población mundial sin vacunar. Los países ricos pueden no usar estas dosis para que otros puedan disponer de ellas. Estamos todos en el mismo barco y tratar solo a una parte de las personas no ayudará a salir de la pandemia”.
Jueves #26ago | MENOS PROFES
En realidad, parece que no estamos todos en la misma nave. La Consejería de Educación de la Región de Murcia va a exigir el uso obligatorio de la mascarilla para escolares y docentes, amén del cumplimiento de unas normas contra la Covid-19, mientras que su titular no se vacuna a la espera de lo que pase en todo el mundo mundial. Además, el curso escolar arrancará con unos 2.000 docentes menos que el último. Y ello porque la «plantilla ordinaria» desciende en 493, según datos de la Consejería publicados en la Programación General de la Enseñanza 2021-22, a la que se suma la pérdida de 1.500 docentes contratados frente a la pandemia en los últimos doce meses.
Viernes #27ago | SEPULCROS BLANQUEADOS
¡Ay de quien se escandaliza con un cartel de Feria y no lo hace con la muerte de más de 500 inmigrantes que el mar se ha tragado en lo que va de año! Sepulcros blanqueados son quienes rechazan a los menores arrojados de los países empobrecidos al Primer Mundo y tienen una mente tan obtusa que tratan de buscar un conflicto donde no lo hay. Quienes dan la cara, porque va de suyo el conflicto y la polémica, y quienes van a remolque. Su presunto fervor mariano se queda en eso, en coronas, mantos y aureolas, mientras que no tienen entrañas de misericordia para conmoverse ante las injusticias. Las bienaventuranzas les parecen un argumentario izquierdista y se arrogan la fe y los sentimientos religiosos para lo que les conviene. A mí no me han escandalizado las fotografías de los carteles de la Feria de Murcia. Es más. Me han encantado. Yo veo tres personajes brillantes que invitan a vivir la fiesta. Bendita alegría.
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